Me despierto porque tengo demasiado calor. Abro los ojos y me encuentro con Daemon, abrazándome demasiado fuerte (prácticamente como si fuera un peluche, espachurrada contra su pecho).
Intento separarme pero su agarre no cede, así que recurro a otra técnica.
Deslizo mis manos hacia su torso desnudo y empiezo a hacerle suaves cosquillas, consiguiendo así que se separe incómodo y se de la vuelta.
Sonrío y decido volver a dormir, así que me acerco un poquito a él y cierro de nuevo mis ojos.
***
Despierto unas horas después, debido a que Daemon me está zarandeando ligeramente.
-¿Que pasa?-Pregunto pasando mis brazos por mis ojos.
-Ya es de día.-Responde él.
Quito mi brazo y lo miro. Tiene el pelo revuelto y los ojos cansados, pero está guapísimo.
-No me digas.-Digo irónicamente.-Déjame dormir.
-Aún no ha vuelto la luz.
-Oh.-Me froto los ojos y me incorporo.-Tengo hambre.
-Yo también.-Reconoce.-¿Pedimos algo de comer?
-Es por la mañana, no creo que haya nada abierto.-Me retuerzo entre las sábanas y me froto los ojos.
-Son las dos de la tarde.-Se encoge de hombros.
-¿Las dos?-Exclamo.-Madre mía.
-Voy a pedir pizza.
-De acuerdo.-Me paro a pensar un segundo.-¿Por qué sigues aquí?
Frunce el ceño.
-Osea, no te estoy echando ni nada, solo que... no entiendo por qué no te fuiste por la mañana.-Le explico.
-No sé. Tu cama es cómoda.-Sonríe de lado.-Y me gusta dormir contigo.
Me sonrojo, pero espero que no lo vea.
-Oh. De acuerdo.-Es lo único que consigo decir.
-Por cierto, feliz nochebuena.-Me sonríe y yo abro los ojos como platos.
-¿Ya es 24? Dios, han colgado las notas en el ordenador. Vamos a mirarlas.
Me levanto de la cama y voy hacia mi escritorio. Enciendo el ordenador y entro en la página del instituto.
-¡He aprobado todo!-Exclamo. Cierro el ordenador y me lanzo hacia el cuerpo de Daemon, para luego envolverlo en un abrazo.
-Enhorabuena, enhorabuena.-Me devuelve el abrazo algo sorprendido.
Al estar entre sus brazos, puedo notar su torso bien definido y sus abdominales marcados.
-No me lo puedo creer.-Me aprieto más contra él.
Me separo cuando escucho el móvil.
Lo cojo de la mesilla y veo que es mi padre, Walter. Contesto.
-Hola papi.
-Hola, cariño.-Dice él algo apenado.
-¿Que pasa?-Le pregunto asustada.
-Hay huelga de pilotos. No hay aviones para ir hasta casa. Durará al menos un par de semanas.
-¿¡Qué!?-Exclamo.-Pero... hoy es nochebuena.
-Lo sé, Nim, y nos sentimos fatal. Haríamos cualquier cosa por ir, pero hay temporal y no podemos coger ningún barco. Y en coche no podemos ir, claro. Odiamos que tengas que pasar la navidad sola, mi niña, pero no podemos hacer nada.
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Una irresistible casualidad
Teen FictionNim es una chica de quince años segura de si misma, con un caracter fuerte. Una tranquila noche está en su habitación cuando ve que un chico intenta colarse en su casa para que no lo pille la policía. Y lo más raro es que ella le deja pasar... <...