Esta misma tarde, decidimos salir todos al supermercado rápidamente, ya que los contagié accidentalmente, y alguien tiene que ir a comprar comida.
Por eso, decidimos ir todos, como una piña.
-Vale, este es el plan.-Digo yo, inclinándome hacia delante.
Daemon, Andrea, Byron y yo estamos en círculo alrededor de la mesa de la cocina, con un dibujo del supermercado y con cuadrados por el medio que indican las zonas de los tipos de comida.
-A las 18:00 entramos en el supermercado. Andrea, tú vas aquí-señalo la zona de chocolates-, Byron-señalo las carnes y pescados.- Daemon- Ahora señalo las verduras.- y yo iré a por el detergente para la colada. En cinco minutos todos tendríamos que estar en la cola de la caja, pagando. Si alguien tiene algún problema, que grite "código rojo". Luego, volveremos aquí lo más rápido posible.¿Alguna pregunta?
Los miro expectante. Ellos niegan.
-Estupendo.-Miro el reloj.-Son las 17:32, todos a vestirse y enrollarse en abrigos.
Dicho y hecho, veinte minutos después estamos dispuestos a salir de casa.
Toso y me giro hacia los demás; hago un puchero al verlos a todos con las narices rojas por mi culpa.
-Si por alguna razón no sobrevivo ahí fuera, quiero que sepais que guardo chocolate debajo de mi cama.-Digo a punto de abrir la puerta.
Una vez fuera, comenzamos a correr hacia la calle, y de ahí al supermercado. Justo a las 17:59 llegamos a las puertas, en donde nos quedamos quietos.
-¿Podemos entrar ya?-Pregunta Byron, temblando.
-¡No! ¡Hay que seguir el plan!-Le grito, con el ceño fruncido.
Mi reloj empieza a pitar. Es la hora.
Sin nada que decir, todos entramos en el supermercado y nos dispersamos. Parecemos unos auténticos espías, esquivando a la gente y procurando no sacar mucho la cara de las bufandas.
Llego a la sección de detergentes. Cojo dos, entre los que no me decido.
-¿Vainilla o flores del campo?-Me pregunto a mi misma.
Abro los botes y los huelo; suelto un gemido, ya que no me huelen a nada por mi resfriado.
Intento aspirar más fuerte, tanto que una señora que tengo a un par de metros y me mira con cara rara.
-¿Que pasa, señora? ¿Acaso nunca a visto a una chica oliendo detergente?
La miro mal y me voy con el de vainilla en la mano con la cabeza bien alta, demostrándole a la señora que me da igual lo que ella piense.
Miro el reloj y veo que justo son y cinco. Llego a caja y me encuentro con Andrea y Daemon, pero Byron no está.
-¿¡Y BYRON?!-Pregunto abriendo los ojos como platos.
-No lo sabemos.-Andrea se muerde el labio, y de repente escuchamos una voz que grita.
-¡CÓDIGO ROJOOOOOO!
Dejo el detergente en los brazos de Daemon y salgo corriendo en busca de Byron.
Voy a la sección de la carne, en donde me encuentro a Byron con dos paquetes en la mano.
-¡No sé que coger! ¿Pollo o cerdo? ¡¿POLLO O CERDO, NIM!?
Sus ojos están muy abiertos, así que para calmarlo solo se me ocurre gritar:
-¡POLLO, BYRON, POLLO!
Él asiente y deja el cerdo en su sitio. Luego echamos a correr.
Cuando llegamos, dejamos la comida encima de la caja y suspiramos.
-¿Que te ha pasado?-Le pregunto enfadada.
-Pues... El carnicero me dijo que en estas épocas el cerdo estaba muy rico, pero a mi me apetecía pollo, pero él seguía insistiendo, y no sabía que hacer y me puse nervioso.-Reconoce sonrojado.
Los demás estallamos en una carcajada.
Pagamos y volvemos corriendo a casa.
Nada más entrar, el calor del hogar nos recibe como un abrazo. Suelto un suspiro y me quito mi abrigo, que dejo en el perchero. Luego, me giro hacia los demás, que me han imitado.
-Vale, ya que he sobrevivido... Olvidad lo del chocolate. Es mío.-Les fulmino con la mirada y luego sonrío.-¿Hacemos la cena?
-¿Que cocinamos?-Pregunta Andrea, descalzándose.
-Pues pollo.-Le sonrío a Byron y él asiente orgulloso de si mismo.
-¿Fajitas?
Me giro para mirar a Daemon. Está sonriéndome, sin enseñar los dientes.
-Claro, fajitas.-Le respondo.
Los cuatro caminamos hacia la cocina. Al entrar, sacamos los ingredientes de las bolsas y empezamos a hacer pedacitos la carne junto con las verduras.
Las echamos a la sartén y dejamos que se cocine.
***
Diez minutos después, detecto un olor algo raro.
-¿No os huele a quemado?-Pregunto.
Al tiempo, nos giramos hacia la sartén. Y vemos una llamarada salir de ella.
-¡Oh, mierda!-Exclama Byron.-¿Y ahora que cenamos?
Me giro hacia él y le grito:
-¡¿Acaso ese es tu mayor problema ahora mismo!?
Andrea sale corriendo de la cocina, y a los diez segundos vuelve con un extintor.
-¡Apartaos!-Nos grita.
Hacemos lo que nos dice, y empieza a rociar toda la cocina de espuma.
-¡Andrea!-Le grito, cuando veo que está ensuciando todo.
-¡¿Qué!?-Se gira hacia nosotros y, como consecuencia, nos llena de espuma de arriba abajo.
Suelto un grito y me quito la espuma de los ojos.
Me acerco a ella y le quito el extintor, me giro hacia la cocina, la apago rápidamente y corto la espuma, que deja de salir del bote.
Dejo el extintor en el suelo y me giro hacia ella.
Se está mordiendo el labio inferior, arrepentida. Luego, me giro hacia Daemon y Byron, que están tan cubiertos de espuma que no distingo a ver los colores de su ropa.
-¡A por ella!-Grito, y los tres saltamos emcima de Andrea.
Ella suelta un grito, pero cojo un poco de espuma y se la estampo en la boca, así que se calla, y yo me río.
Vale, se que también es un poco corto, pero necesito haceros una pregunta muy muy MUY importante...
¿Quereis que haya escenas subiditas de tono? Ya me entendeis... Escenas +16...
Vosotros decidis, porque la verdad es que a mi me da algo de cosa escribirlas, pero si vosotros lo apoyais, lo haré! Besos!
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Una irresistible casualidad
Teen FictionNim es una chica de quince años segura de si misma, con un caracter fuerte. Una tranquila noche está en su habitación cuando ve que un chico intenta colarse en su casa para que no lo pille la policía. Y lo más raro es que ella le deja pasar... <...