Parte 11

213 12 0
                                    

— No me esperabas, cariño — Dice con una sonrisa sarcástica sosteniendo ese rostro agrio como el limón pasando a mi sala como si lo hubiera invitado. Juega con Mateo sin temerle que lo muerda. No lo puedo negar pero se la han llevado muy bien los dos.

— Es linda tu mascota, ¿Cómo se llama? — Pregunta

— Mateo — Le respondí — Quiero que te vayas de mi casa, por favor, espero a alguien.

— No me iré, si se atreve a venir le partiré de nuevo la cara a ese imbécil, tú eres mía, solo mía y de nadie más.

Hay iba de nuevo acercándose más a mí, sabía que con él perdía, es como un puto imán que me atrae a él, como una polilla buscando a la luz sin importar cual daño le pueda ocasionar. En esos momentos entra André, apenas lo vi salí corriendo hacia él y lo abrace con fuerza, me sentía protegida a su lado.

— ¿Qué haces aquí imbécil? — Le dijo André a Scott

— Lo mismo me pregunto yo ¿Qué haces en casa de mi mujer?

Yo lo mire con una cara que no lo podía creer lo que acabo de escuchar salir de sus labios. Scott Treinor me reclama como suya.

— ¿Qué dices? Tú eres un demente, ¿Qué te pasa? — Contesto soltando una carcajada amarga — Tú eres mi jefe y no mi dueño, vete de mi casa Scott.

— No me iré a ningún lado, Paula. — Replicó sentándose en mi sillón como si esa fuera su casa.

— No escuchaste la dama, Scott — Le respondió André.

Él se paró del sillón dirigiéndose hacia André con ganas de golpearlo de nuevo. Al ver esa escena entre los dos, les dije.

— ¡Basta, ya! Yo no soy un objeto que toman cuando ustedes dos quieran, soy una persona, no lo olviden.

Se calmaron un poco, no sabía qué hacer con esta situación, los dos me generaban muchas cosas. En mi mente maquiavélica se pasó la idea de hacer un trio con esos dos soltando una carcajada. Los dos se quedaron viéndome extrañados.

— ¿Estás bien Paula? — Me preguntó André

Se quedó observando uno de mis brazos, se notaba un moretón que no cubrí. Me mira sorprendido no creyendo lo que ha visto. Maldigo para mis adentros por no cubrirlo, creo que tendré una batalla campal.

— ¿Qué te pasó? ¿Por qué tienes ese moretón?

Se queda mirando a Scott, no tenía dudas que lo golpearía metiendo en medio de esos dos leones, fue el peor error que he cometido, ya que el golpe me lo llevé fui yo desmayándome de una.

— ¿Qué has hecho idiota? — Grito Scott.

Caí al piso inconsciente no sabiendo más del mundo. Volví en sí cuando sentí alcohol en mi nariz sintiéndola húmeda llevando mis manos a esa parte que no paraba de sangrar por el golpe proporcionado nada intencional.

Los dos estaban a mi lado uno en la derecha y otro en la izquierda. Como pude me levanté, tome alientos y corrí a los dos de mi casa.

— ¡Largo! ¡Largo! salvajes de mi casa. — Gruño por el enojo — Si quien darse puñetazos vayan a afuera, respeten mi casa par de cavernícolas.

— Pero, pero.... Paula — decía André.

— Nos los quiero ver a ninguno de los dos — Los saque de mi vivienda.

Pase a mi baño poniendo un papel en la herida para evitar que la sangre siga saliendo. Me quedó en ropa interior ya que mi vestido estaba manchado de sangre. Por suerte es viernes y no voy a trabajar dentro de dos días, así tendré mi cara algo mejor.

Culpable mi Jefe (Saga Culpable)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora