Parte 16

151 9 0
                                    

La noche paso muy rápido para mí deseo con todas mis fuerzas que no amaneciera tan pronto, pero no tengo un genio para detener el tiempo. La alarma sonó a las 6:40 desperté sin ganas, aliste todas mis cosas para no tardar.

Reviso mi ropa que me voy a poner que consiste en un vestido rojo englobado, el rojo es mi color favorito, busque mis tacones del mismo color dejándolos en mi cama. Tomo una ducha con agua caliente y aceites para relajarme e hidratar mi piel.

Estoy muy feliz tomando mi ducha cuando soy interrumpida por el sonido de mi celular, lo tome y contesté sin percatarme de quién era.

— Hola, buenos días, ¿Con quién tengo el gusto?

— Hola preciosa, espero estés listas ya casi paso por ti

— Estoy en plena ducha, Scott — Digo blanqueando mis ojos — Eres impertinente.

— Si eres malvada conmigo... ¿por qué no me has invitaste? — Dijo dejando salir una carcajada. — Villana.

— Será para la próxima, jefe.

Dure otro minutos en la ducha disfrutando un poco, de ahí salí directo a mi habitación poniéndome mi vestido quedando perfecto en mi cuerpo. Es un bello vestido a media pierna, me maquillo un poco, algo natural saliendo directo a la cocina a comer algo de fruta, tomando una taza de café, no me gusta llenar mucho mi estómago cuando viajo.

Estoy ya lista con la maleta en la sala y de repente suena el timbre de mi casa, sabía que era mi jefe tan puntual como siempre. Abrí con una gran sonrisa, una que no sé por qué se formuló en mi rostro. Scott pasa cerrando la puerta dándome un gran beso, sus labios queda marcados de mi labial rojo.

— Estás lista, preciosa — Suelta con su típica sonrisa de tonto, esa que me encanta.

— Si jefe — Contesto — Estoy lista, nos vamos. No quiero que lleguemos tarde... como usted siempre me recalca eso. — Refute dejando salir una risita perversa.

— Chistosita la señorita — Responde — Si vamos. Será una semana muy especial para los dos y no te he dicho cariño... estás hermosa.

— Gracias — Respondo saliendo de la casa.

Esta vez Salomón no iría con nosotros, pasaría a recoger el automóvil al aeropuerto.

Es una mañana preciosa, muy fresca y luminosa. Veo las calles llenas de personas que corren de un lado a otro. Me siento feliz, conoceré por primera vez a París, estaré con mi jefe, el hombre que amo en el país del amor, de la moda y en especial, de esos candados donde te profesas amor eterno con la otra persona.

Esto no puede ser más perfecto. Siento que Scott con esto me lleva al mismo cielo. Me tenía en lo más alto y él está a mi lado, no puedo pedir más a la vida. Y de repente se rompe el silencio que nos invadía en el auto.

— Por una semana te voy a separar de tu admirador secreto — Refunfuña Scott algo serio y seco. — ¿Qué opinas de eso?

— ¿Qué dices? No puedo creer lo que me dices — Dejo salir una carcajada y le dijo — ¿Estás celoso Scott?

— No. No como crees eso... y ya sabes ¿Quién es?

— No, la verdad no sé quién sea por el momento.

— Te gustaría conocerlo. — Pregunto.

— Claro que sí — Digo algo ilusionada — pero ¿Porque tanta pregunta sobre el tema? — Le pregunto — Te molesta.

— No. No por simple curiosidad. — Responde

— Te molesta ¡verdad! ¿Estas, celoso?

— Para nada ¿por qué habría de estarlo? — Me dice sin mirarme a los ojos.

Culpable mi Jefe (Saga Culpable)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora