Parte 20

129 11 0
                                    

20.

Luego de nuestro paseo de despedida del país del amor, tomamos un taxi rumbo al aeropuerto, el día estaba algo lluvioso, hacia un poco de frio, Scott me abrazo, temblaba del frio por más que tuviera saco, sentía mi piel helada.

- Ven te abrazo pastelito, veo que estas temblando del frio o ¿porque estas cerca mío? - dijo viéndome fijamente soltando una risotada

-No me digas pastelito, sabes que odio que me digas así, y tengo frio, no miedo de ti, ¿por qué tenerlo? - respondí

Durante el camino al aeropuerto el no dejo de abrigarme, era todo un protector, hasta que su celular sonó y cambio radicalmente. Llegamos a nuestro destino, desde la distancia observe a Norberto.

- Hola Norberto, cómo estás, que tal te ha ido – inquirí

- Hola señorita Paula, ¿como esta? Se le ve muy radiante y feliz – refutó

- Norberto está listo el jet para irnos, estoy algo agotado.

- Si señor Treinor, podemos irnos a la hora que usted disponga.

- Yo dispongo ya, nos vamos Norberto.

No entendía ese cambio de actitud de Scott hasta hace un momento estaba feliz y sonriente, ahora parecía un ogro, peor que Sheck, todo se debía por ese mensaje que recibió en su celular.

Serían malas noticias, pero no era para que tuviera ese genio, Norberto no tenía por qué ser tratado así por él.

Esta vez solo veníamos los tres en el jet, miraba su cara de enojo no entendía que pasaba, me dolía esa forma de ser de él, siempre hacia lo mismo en los viajes, cuando íbamos de regreso se portaba como un troglodita. Tenía que entender lo que pasaba.

- ¿Por qué estás enojado? Pasó algo malo en la empresa – le pregunte con cara de angustia acercándome a él.

- No es nada Paula, deja de preguntar tanto. – inquirió

- Sabes Scott soy una tonta yo que me preocupo por ti, ya eres un hombre no necesitas de niñera, de esas tienes muchas que te atienden, pero ninguna como yo. - Dije sentándome lejos de él.

Sentí sus manos en mi hombre y me dijo

--Discúlpame amor, tienes razón, no debo enojarme contigo, tú no tienes la culpa, sino ese idiota.

- ¿De qué idiota estás hablando? – pregunté

- De André, que me envió un mensaje cuando te iba a dejar libre a ti, que no te pusiera tanto trabajo, que él quería verte. Me dio mucha rabia, Paula

- Rabia o Celos - Dije dejando salir una risita y acaricié su rostro.

- Las dos cosas, él no tiene derecho sobre ti y más pedirme que te dé tiempo a ti, quien se ha creído para pedirme esas cosas.

- Cálmate cariño, estoy contigo y a ti es quien quiero en mi vida. Nos dimos un beso y nos abrazamos.

Los dos nos recostamos en las sillas y nos quedamos dormidos durante el viaje, la verdad eran muchas horas de vuelo, pero pagaría una fortuna si la tuviera por vivir de nuevo esos momentos al lado de Scott que serán inolvidables para mí.

Ya estaba mejor de humor, ya no era mi ogro Sheck, ya no me tocaba convertirme en su Fiona. Ese hombre era todo bipolar, podía estar feliz y de un momento a otro se ponía serio y amargo como un limón.

Íbamos tan profundos que no supimos a qué horas aterrizamos en el aeropuerto, los dos estábamos cerca e íbamos abrasados.

De repente escuche una voz que nos llamaba, pero creía que era mi subconsciente que me hablaba, Norberto le tocó moverme para que despertará.

Al sentir que me movían pensé que era que el avión estaba en picada y me levanté asustada, despertando de un golpe a Scott.

- Que pena señorita, que pena señor ya llegamos al aeropuerto, no quería despertarlos de esa forma.

- No hay problema Norberto – inquirió Scott – llamaste a Salomón para que pasara por nosotros.

- Si señor ya los está esperando a las afueras del aeropuerto. – replicó

- Esta bien, muchas gracias Norberto, nos vemos.

- Gracias Norberto por todo – Inquirí

Bajamos las maletas del jet pasamos por el control de seguridad de salida del aeropuerto y vimos parqueado a Salomón que nos esperaba con una gran sonrisa al vernos tomados de la mano.

- Buenas noches Salomón – refute dándole un gran abrazo.

- Buenas noches señorita Paula, buenas noches señor Treinor.

- Hola Salomón, pasa primero por mi casa y de ahí dejas a Paula. – inquirió

- Si señor, como usted diga. – refutó.

- Pensé que eras un caballero, primero las damas, ¿usted qué opina Salomón? - Dije sacándole la lengua

- Muy chistosa la niña, mi casa queda más cerca que la tuya, Salomón primero a mi casa, entendido. - replicó con una risa burlona

Durante el camino no mencionamos ni una palabra, Scott me recostó a su pecho durante todo el camino, me sentía protegida en esos brazos tan protectores.

Llegamos a la primera parada donde dejamos a mi jefe, el bajó del carro y yo lo miraba por la ventana, se acercó a mí y depósito un beso tan lleno de amor y caluroso. Le di las buenas noches y esperaba verlo mañana en la oficina.

Salomón encendió de nuevo el carro rumbo a mi casa, quise llamar a mi sobrina para que me llevará a Mateo a la casa, pero ya era tarde no quise molestarla, está noche pasaría sola sin mi hijo, el cual me hizo mucha falta.

- ¿Señorita le puedo hacer una pregunta? No vaya a pensar que me quiero meter en lo suyo y el señor Treinor, ¿usted tiene una relación con él?

- Nunca pensaría eso Salomón, tú eres una persona que aprecio mucho, y pues si a eso le llamamos relación, si tenemos una.

- Quiere un consejo señorita, no se confíe del joven Scott, él le gusta jugar con las personas luego dejarlas, él no tiene conciencia de sus cosas y mucho menos de sus actos, no quiero que la lastime yo la quiero mucho a usted como una hija. – inquirió con una cara de preocupación.

- No te preocupes Salomón, tendré cuidado con él y gracias por esas palabras.

Hay estaba de nuevo mintiendo por Scott, la verdad ya estaba enamorada hasta los huesos de él, por estar tan ciega por él no veía lo que se me iba a vecinar tan pronto que destruiría todo lo bello que teníamos los dos.

Llegamos a mi casa después de unos 20 minutos de dejar a Scott me bajé del auto, Salomón me ayudó a llevar mi maleta hasta la puerta de mi casa despidiéndose de mí con un abrazo tan caluroso que me hizo recordar a los abrazos de mi padre que tanto extrañaba, pero por mis jornada laboral y mis constantes viajes con el señor Treinor y ahora con Scott sé me era imposible viajar a visitarlos.

Me dio papitis quise llamarlos para escuchar su voz, me sentía algo triste y melancólica, por todo lo que me dijo Salomón sobre Scott.

Entre a casa me preparé un té de menta y me fui a cama debía estar temprano en la editorial, el trabajo se me había aumentado por mi semana de ausencia, pero no me importaba, había sido la mejor semana de mi vida. Pero llame antes a mis padres.

- Hola papá los extraño mucho, quería oír tu voz mi viejo, me hacen mucha falta, ¿cómo están todos en casa?

- Hola mi pequeña bien, también te echamos de menos, la casa no es igual sin ti mi niña.

- Tan bello papito, yo lo se mi viejito adorado, solo quería saber de ustedes, espero pronto verlos, te amo papá, te dejo es tarde aquí, saludos a todos en casa.


Los horarios eran diferentes a New York, mientras aquí era de noche en mi país era de día, algo locos los horarios, pero permitían la comunicación. Con lo que viviría después, pensaría de regresar a mi país, pero tendría una esperanza.

Culpable mi Jefe (Saga Culpable)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora