Ella.-
Miro con confusión la gran casa donde nos encontrábamos, la cual no quedaba muy lejos del mirador, cuando Liam me ofreció chocolate caliente supuse que me llevaría a alguna cafetería en el centro y no que me traería a su casa. Por lo que cuando se bajo de la moto yo seguía montada cuestionándome si debería entrar o pedirle que me llevara a casa.
Ciertamente no lo conozco mucho para estar en su casa a solas, pero al mismo tiempo se que yo me lo busque desde que accedí a que me sacara de la fiesta, el me miraba expectante así que soltando un suspiro baje y deje el casco sobre la moto, que tan malo podía ser no?
-Te prometo que no te traje aquí para torturarte- dice en broma al ver mi expresión de cautela- pero acabo de traer un delicioso chocolate de Roma la ciudad del chocolate.
-De hecho el chocolate es universal pero no te voy a negar que se dice en Roma se hace el mejor chocolate- le corrijo, más que nada para evitar pensar en que estamos solos en una gran casa muy lejos de la ciudad.
Abre la puerta principal cediéndome el paso.
-Adelante- dice señalando él umbral.
Con paso decidido me adentro a las profundidades de la casa con Liam a mi espalda que enciende la luz dándome vista de una impresionante sala de estar, me sobresalto ligeramente al escuchar la puerta centrándose y trato de recordarme mentalmente que se trata de Liam y no de el.
-La cocina está al fondo la puerta de la izquierda- me indica y camino hacia allá, entro a una cocina que pareciera haber sido sacada de un programa culinario y me siento en un taburete.
Liam empieza a sacar ollas, leche y un frasco que creo yo es el dichoso chocolate romano, parece perdido con todas esas cosas.
-Tienes idea de cómo preparar un chocolate caliente- preguntó dándose por vencido a tratar de encontrarle lógica a la preparación, lo cual no pudo más que causarme gracia.
-O no tú me ofreciste un chocolate caliente aquí yo soy la invitada- respondió aunque la verdad es que si yo intentaba prepararlo podría terminar quemando su casa.
-Vamos como mínimo podrías decirme como empezar.
-No, lo siento cualquier cosa que tenga que ver con estufas y ollas no es lo mío- admití- puedo hacer cualquier deporte que quieras, resolver problemas matemáticos difíciles e incluso coser, pero cocinar no se me da. Estas solo en esto.
-Muy bien entonces veamos- tomo el frasco del chocolate y lo miro- bien aquí hay unas instrucciones. Que tan difícil puede ser.
Y yo no logro detener el ataque de risa que me da en ese momento, al recordar esa frase.
-Oh quieres que que recuerde que sucedió la última vez que dijiste eso?-le digo con el momento aún fresco en mi memoria.
-Mujeres de poca fe- dice soltando un suspiro- por que no me esperas en la sala y pones algo en la televisión.
-Que? No quieres que vea el desastre que vas ha hacer?- bromeó aún que creo que eso es lo que quiere.
-Noo sólo quiero que estés más cómoda- dice a modo de excusa a lo que yo lo miro con una ceja arqueada- bueno si es por eso.
Contenta con su respuesta salgo de la cocina y me acomodo en el sofá en forma de "L" de color gris y tomó el control remoto y sintonizó un canal donde están pasando la película de hasta el último hombre la cual es una de mis películas favoritas. Cuando la película ya va por la mitad y después de escuchar unos ruidos que me hicieron preguntarme si Liam seguiría vivo este salió de la cocina con dos tazas pasándome una.
-Aquí tienes, no fue tan difícil- comentó tras poner en mis manos su gran logro culinario.
-A si? Y cuantos intentos te llevo?- pregunte de forma retórica, pues los sonidos de sartenes que escuche de la cocina hablaban por sí solos.
-Y que estamos viendo?- esquivo mi pregunta.
Nos quedamos viendo la película hasta su final, con el cual Liam parecía estar a punto de llorar, en definitiva la mejor película del mundo. Volteo a ver mi reloj y son pasadas las dos de la mañana, momento de regresar a mi casa por lo que me pongo en pie.
-Podrías llevarme a casa?- le preguntó más por formalismo que por otra cosa, tiene que llevarme a mi casa.
-Es muy tarde por que no te quedas- se que en parte tiene razón pero la parte no racional y la cual está en piloto automático se llega rotundamente a pasar la noche en casa de un chico.
-No prefiero ir a mi casa por lo que me vas a llevar o me voy por mi cuenta?- se que estoy siendo cortante pero es la niña de doce años la que habla ahora.
Él parece tener un debate interno hasta que por fin suspira y se levanta dirigiéndose a la entrada nos subimos a la moto y me vuelvo a sostener por tercera ves del soporte tracero de la moto, justo ahora no confío en mi misma para estar tan cerca de un hombre.
Recorremos la ciudad como por treinta minutos hasta que llegamos a mi casa, entonces caigo en cuenta de que en ningún momento le di mi dirección, restándole importancia bajo de la moto y le entregó su casco.
-Gracias, por lo de esta noche realmente la pase bien- quizás piense que soy bipolar pero si que la pase bien, clara hasta mi pequeño ataque de hace un rato.
-Yo igual- me acerco para darle un beso en la mejilla a modo de despedida pero de último momento el gira la cabeza logrando rozar la comisura de mis labios, a lo que yo me aparto inmediata mente.
-Buenas noches- digo apresuradamente ignorando su cara de confusión y me dirijo al costado de mi casa y comienzo a escalar por las enredaderas que llegan hasta mi balcón entonces entro a mi alcoba.
Mi madre no suele dejar que salga hasta altas horas de la noche por lo que tuve que ir a la fiesta a escondidas. En cuanto toco mi cama no puedo evitar soltar unas lagrimas no puedo creer que despues de cinco años aún no se capaz de siquiera rozar los labios de alguien sin sentirme como aquella niñita de doce años y con eso viene una furia que no soy capaz de contener y termino tomando un frasco que tengo en mi mesa de noche para reventarlo contra la pared.
No me extraña que mi mamá no haya venido a revisar que fue lo qué pasó, hace unos años que me aconsejaron en terapia buscar una forma de liberar mis emociones y lo que hasta hora me funciona es romper cosas, por lo que es probable que ni siquiera se allá despertado.
Lo que no espere es que tocaran a mi ventana y al voltear encontrar a Liam en mi balcón.
-Que paso...
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Lost Wolf (PAUSADA)
Kurt AdamLuna Carson vive en Phoenix Arizona con su madre desde hace 5 años cuando decidieron mudarse después de un incidente con su ex padrastro, es una adolescente normal, tan normal como puede ser la vida de una adolescente de 17 años. Pese a toda adversi...