01 • El Encuentro

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La oscuridad era todo lo que su especie conocía... era su maldición. Una forma de castigo por desear lo antinatural. En el fondo, sabía que esto era su culpa. No habría tenido esta estúpida maldición si hubiera sido más listo... bueno... ahora es más inteligente, pero lo hecho, hecho está. No podía retractarse.

Y el ardor en la garganta.... Le dolían los dientes y el cuerpo le latía cuando el hambre se apoderaba de él. Lo único bueno de esta maldición fueron las mejoras en todos sus sentidos.

Los ojos color avellana miraban hacia arriba a la luna menguante. Podía oír el viento corriendo a través de las hojas y olió la quema de gasolina de la ciudad cercana. Cerrando los ojos y estando concentrado, casi podía ver a la gente hablando y corriendo por las concurridas calles, su sangre fresca bombeando...

- Brian. ¡Ahí estás! Te dije que me esperaras en casa - una voz un poco molesta sacó a Brian de sus pensamientos.

- Ah, Freddie. Lo siento.... Me he quedado un poco cautivado - él responde, aun mirando a la luna. Los otros pasos se mueven silenciosamente.

- Es una noche preciosa, pero debemos movernos con un poco más de prisa si queremos alimentarnos esta noche - Freddie suspira, notando cómo el hombre más joven, pero más alto, se movía incómodo. - Sí, querido, ambos lo odiamos, pero prefiero alimentarme que convertirme en un zombi sin cerebro. Puede que estemos muertos, pero me niego a verme así - el mayor continúa, dándole palmaditas en el hombro.

El joven sabía que había verdad en lo que se decía, aunque no le gustaba matar a otros.... Era mejor que muriera una persona que innumerables solo porque no quería alimentarse... Además, ya podía sentir el dolor en los dientes: el hambre aumentaba rápidamente.

- Sí... - se aclara la garganta - Vamos.... - dice antes de seguir a su amigo.

Había conocido a Freddie hace unos 90 años y se habían mantenido unidos desde entonces. Sabía que el hombre era muchos años mayor, teniendo esta misma maldición probablemente antes de que Brian naciera, pero el hombre aún se mantenía tan animado y le había enseñado que todo estaba bien... Bueno... Le enseñó a Brian casi todo si quería ser honesto: cómo diferenciar los sentidos, controlar su fuerza, controlar su hambre.... todo. Probablemente estaría muerto si no fuera por Freddie... bueno... no muerto... pero también podría llamarlo así...

- Esta ciudad es mucho más animada que la última vez que pase por ella - escucha a Freddie exclamar, por lo que mira hacia arriba y está casi cegado por la luz que sale de esta. Los autos circulaban por las calles, la gente caminaba al lado, las tiendas a lo largo de cada esquina.... Así no era como recordaba su ciudad natal...

- Londres... ha cambiado a través de los años... - Brian admite en voz baja. No podía evitar extrañar su casa. A pesar de los diferentes ambientes, Londres siempre tuvo ese... ese... aura... Le encantó; deseaba poder quedarse aquí para siempre.

- Bueno, ven, cariño. El sol no nos va a esperar - Freddie suspira, agarrándose dramáticamente del brazo del hombre más alto antes de tirar de él hacia un pub muy concurrido. - Esto debería hacernos bien, ¿no crees? - dice, mirando a su alrededor a toda la gente diferente. El olor del alcohol, el sudor, las drogas y el sexo llenaron los sentidos de Brian haciendo que se estremeciera la nariz, pero el olor de la sangre bajo todas esas pieles hizo que le doliera todo su ser.

- Sí.... debería estar bien - acepta antes de alejarse de Freddie y dirigirse al lugar mientras que Fred se dirigió directamente a una multitud de personas. Esa era una gran diferencia entre ambos hombres: a Freddie le gustaba sumergirse entre las personas y elegir a su víctima, mientras que a Brian le gustaba sentarse y elegir de lejos. Aún así, Freddie también tenía un don de seducción y bien que lo usaba.

My only Sun  - [Queen / Au! Vampire]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora