Clare caminaba en silencio por el bosque. Todo a su alrededor era lúgubre y la luna apenas alumbraba gracias a las gruesas ramas que están por encima suyo. Pero ella sabía que no estaba sola. La presencia extraña, pero extrañamente familiar, estaba cerca de su ser. Justo aquel que la había convencido en esta misión suicida. Freddie.
Se mantuvo en silencio, sabiendo que un solo sonido los pondría en peligro a ambos mientras pensaba en cómo había terminado exactamente a casi 115 km de Londres, atravesando el bosque de Wychwood, a las afueras de Oxford. Quizá cerca de la ubicación de Paul. Demasiado cerca para su comodidad. Todavía no estaba completamente reestablecida de la última paliza que había recibido, sin embargo, aquí estaba. Enmascarando su olor y el de Freddie con un rastro de ajo y sal mientras se aferraba a un crucifijo cerca de su pecho, ella estaba entrenada y lista para cualquier situación crítica que se desarrollara.
Freddie había acudido a ella poco después de su último encuentro con Paul. Durante una noche fría mientras Brian vigilaba a su hermano, el vampiro mayor le reveló su plan: su deseo de intentar ayudar al pobre recién nacido que Paul había creado. Al principio, Clare pensó que era una idea estúpida, pero cuanto más pensaba, más crecía la idea en ella. Este recién nacido podría tener información sobre Paul que necesitaban, cualquier nueva debilidad. Él mismo podría ser las debilidades y ellos podrían utilizarlo. Pero ella sabía la verdadera razón por la que estaban haciendo esto: porque Freddie se sentía mal por el joven. Él no quería que otro recién nacido fuera corrompido por las manos de un padre indiferente. Y si Clare era honesta, ella tampoco. Ahí es donde comienzan la mayoría de los conflictos entre humanos y vampiros: de los recién nacidos maltratados y mal enseñados por sus padres. Así que pensó en matar varios pájaros de un tiro. ¿Qué daño podría hacer?
Bueno. Ella y Fred podrían terminar muertos, lo que haría que Brian y Roger siguieran de cerca sus destinos. Eso sería horrible. Sin mencionar que Paul seguiría corrompiendo el mundo y...
— Estás pensando demasiado en eso otra vez, ¿no es así, dulzura? — la voz de Freddie susurró justo al lado de su oído. Ella se tensó un poco y miró en esa dirección. Su nariz rozó el del vampiro al estar tan cerca. Clare se limitó a lanzar una pequeña mirada y a tomar que ajo que tenía para acercarlo a la cara de Fred, haciéndole retroceder.
Freddie sonrió ante la molestia de la humana, por lo que se encogió de hombros. Sinceramente él tampoco quería estar tan cerca de esta zona, así como ella lo sentía. No solo Paul no podía olerlos llegar, sino que Freddie tampoco podía captar su olor. Tuvo que controlar su mente y sus emociones para no desencadenar su "vínculo de padre y madre" y alertar a Paul. Tuvo que admitir que esta no era su idea más inteligente, pero era demasiado tarde para retroceder.
El bosque que los rodeaba comenzó a aclararse y Freddie pudo distinguir el contorno de una casa. Compartió una mirada con Clare antes de que ambos asintieran y siguieran adelante. Si sus fuentes eran correctas, Paul no debería estar aquí. Uno de sus contactos dijo que el bastardo debería estar de caza y Freddie también lo pensó, ya que cuando era apenas un recién nacido, cada cuarto de luna Paul cazaba.
"Esperemos que no haya cambiado su horario" Freddie piensa antes de levantar la mano hacia Clare, indicándole que se quedara quieta mientras abría lentamente la puerta. Se escabulló hacia el interior de la casa, asegurándose de estar atento y de mirar a todas partes antes de seguir adelante. La casa era relativamente pequeña: una cama y un baño, una cocina y una pequeña sala de estar. Pero no importaba dónde mirara, no podía ver al recién nacido.
Su corazón se desplomó al pensar en lo que podría haberle ocurrido al dulce bebé después de que Clare le clavara un puñal en el hombro. Paul podría haberlo dejado morir, sin querer ocuparse de curarlo de nuevo, pero un pequeño sonido hizo que Freddie girara la cabeza hacia el suelo. Miró el suelo de madera sin comprender por un momento antes de escuchar otro pequeño lamento, lo que le hizo sonreír y tirarse al suelo. Tanteó el terreno hasta que su mano dio con el más mínimo golpe. Sin mucho esfuerzo, fue capaz de levantar las tablas del suelo, revelando una pequeña escalera que conducía a lo que parecía un sótano.
Fred bajó lentamente, escuchando los patéticos lamentos antes de que se le cayera el corazón. El recién nacido estaba desplomado contra la fría pared, acurrucado y lloriqueando. Esos ojos verdes miraron al vampiro mayor antes de soltar un fuerte grito, obviamente asustado por el intruso. Freddie se acercó rápidamente al joven y le puso la mano sobre la boca. Le hizo callar suavemente y trató de calmarlo. Acarició suavemente el largo y grueso pelo castaño ondulado para calmarlo. Un pequeño rugido salió de su garganta. El recién nacido se calmó lentamente y miró fijamente al vampiro mayor.
Freddie retiró lentamente la mano de la boca del vampiro más joven y sonrió. Siguió acariciando el suave cabello, conteniendo un ruido de sorpresa cuando el recién nacido se lanzó de repente al brazo de Freddie y empezó a lamentar. Se acercó a él para recibir más caricias reconfortantes, para obtener más de cualquier tipo de sensación de afecto. Y eso hizo que Freddie quisiera llorar por él.
— John, ese es tu nombre, ¿no? — Freddie habla en voz baja, recordando el nombre del último encuentro con Paul cuando habían visto al joven por primera vez.
John se lamenta por lo bajo y solo se acurruca más cerca del mayor.
— ¿Puedes hablar? Seguramente, 40 años, Paul debe haberte enseñado algo — dice Freddie en voz baja, sin querer asustar al joven. John se apartó temblorosamente, asintiendo.
— Yo... sí hablo. Yo... él- — el recién nacido luchó con sus palabras. Su voz era muy suave y mansa, casi como si tuviera miedo de hablar.
— Sshh, lo sé... no le gusta que hables demasiado, ¿verdad? — Freddie, curioso, inclina la cabeza viendo a John asentir de nuevo con sus ojos verdes que miran hacia abajo.
— ¿Quieres estar lejos de él? ¿Ser libre? ¿Ser tratado como verdaderamente te mereces, querido? — arrulla suavemente, trayendo a John de vuelta a su abrazo. Su corazón se rompe ante el pequeño sollozo que sale de la garganta del joven. — Bien, te ayudaré. Te lo prometo, pero primero necesito tu ayuda. ¿Puedes hacerlo por mí, John? ¿Puedes ayudarme? — pregunta Fred esperanzado, frotando suavemente la temblorosa espalda contraria.
— Y-yo puedo intentar... yo-... quiero — John intenta hablar de nuevo pero su voz no deja de temblar.
— Lo sé, dulzura. Ayuda en lo que puedas y tendrás mi palabra — Freddie insiste.
— ¿Lo prometes? —
— Lo prometo —
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My only Sun - [Queen / Au! Vampire]
VampirosAños después de haber sido maldecido con una vida de oscuridad y hambre insaciable, Brian May conoce a un bello joven rubio que convierte su oscuro y frío mundo en uno de luz y calor. La cuestión es... ¿aceptará Roger lo que es? ¿Sus mundos les perm...