My only Sun - [Queen / Au! Vampire]

03 • El Sol y la Luna

— ¿Estás seguro de que es una buena idea? — preguntó Brian, nervioso por todo lo que Freddie estaba planeando. Han pasado unas noches desde que Brian conoció a su... alma gemela... y Freddie había enloquecido. Desde entonces, el mayor había estado haciendo que Brian cace y se alimente hasta que se enfermó al pensar en meter sus colmillos en cualquier otra cosa. También hizo planes para que regresaran a Londres, al mismo pub, con la esperanza de volver a encontrarse con ese joven rubio. Brian no sabía si estaba listo para enfrentarlo de nuevo. Sabía que su hambre no lo ahuyentaría esta vez, pero aun así....

— Pregúntame eso una vez más y te voy a dar con el zapato e- —

— ¡Está bien! Joder, ya entendí — Brian se enojó antes de que Freddie pudiera terminar su oración. Siguió al mayor a través de las calles que le resultaban familiares hasta llegar al mismo pub el cual su nariz reconoció. Ya sabía que su rubio bonito no estaba allí, así que fue directamente a la barra y pidió un Guinness otra vez. Viendo a Freddie hablar con un grupo de chicos, no pudo evitar preguntarse qué le pasó al alma gemela de este. Se sintió mal al respecto.

Las vidas humanas son sólo un parpadeo para nosotros... No lo olvides...

Las palabras de Freddie resonaron en su mente, haciéndole fruncir el ceño y mirar hacia abajo a su botella. Tenía que encontrar a Roger de nuevo. Quería que ese rubio estuviera con él.

Y justo en ese momento sintió que esa fuerte presencia se apoderaba del lugar.

Mirando rápidamente hacia arriba, vio al rubio entrar con la cabeza gacha, pasando fácilmente entre las personas antes de saltar a la barra. Ni siquiera se dió cuenta del hombre alto de la otra noche.

— Stella Artois, por favor — dijo, mirando al viejo de su delante.

— ¿Puedo invitarte una? — Brian habló, volviéndose hacia el chico. Sintió una molestia que se elevaba rápidamente en este.

— Y tú puedes irte a la mier...da... — su voz empezó fuerte mientras se giraba hacia aquella voz, pero cuando ambos se encontraron, esos ojos brillantes azules se abrieron de par en par, y la molestia se convirtió rápidamente en conmoción.

— No creo que quieras que haga eso — el más alto se burló, sonriendo suavemente. Pudo sentir las emociones del hombre más joven cambiando rápidamente del shock a la felicidad, para después volver a una de vergüenza.

— ¡Mierda! ¡Lo siento mucho! No sabía-...no creí-.... ¡Jesucristo! — Roger tropieza con sus palabras haciendo reír al más alto — ¡No te burles de mí! — exclama, lanzando un cacahuete de un recipiente cercano directamente a la frente de Brian, haciéndolo reír aún más.

— ¡Bueno, pero deja de tirarme eso! — responde aun riéndose, haciendo sonreír a Roger mientras que le tiraba otro.

— ¡Lo hice porque te estás burlando! — se ríe a carcajadas. Un resoplido irritado los devuelve a la realidad. Se voltearon y vieron a un camarero bastante disgustado. Roger ríe y se aclara la garganta antes de mirar hacia abajo. Brian no pudo ayudarle al ver la forma en cómo Roger movió su cuerpo y mordió su labio curveado en una sonrisa.

— Lo siento, señor — Brian dice, sin apartar la vista del rubio. Tomó una cantidad de dinero al azar y la colocó sobre la mesa — Usa lo que queda en cualquiera de nuestras otras bebidas que vamos a pedir esta noche — comenta con sencillez, tomando la cerveza que tenía el hombre disgustado y dándosela a Roger. Deslizando su brazo alrededor del hombro del hombre más pequeño, lo guió a una mesa con asiento aislada en la parte de atrás del lugar. Dejó que Roger entrara primero antes de sentarse.