Capítulo 11

76 3 132
                                    

Los días previos al robo pasaron como si de un suspiro se tratara. Con la cantidad de trabajo que tenían entre manos, hubo días en los que ni siquiera pudieron irse a sus casas a descansar y se veían obligados a pasar la noche en el centro de operaciones poniendo a punto los últimos detalles del plan. Tenían que subsanar todos y cada uno de los puntos que habían señalado sus compañeros y conseguir nuevos datos que tardaron su tiempo en poder ser obtenidos.
Pero finalmente estaban ahí, había sido difícil, les había costado mucho esfuerzo pero habían llegado a la recta final y la meta estaba al alcance de sus dedos.

*

La noche antes del atraco, Rose decidió quedarse en el centro de operaciones tal y como había hecho noches anterior. La tensión que se respiraba en su propia casa no ayudaba y entre aquellas cuatro paredes al menos era capaz de disfrutar de la soledad por unas horas.

Sentada en el porche miraba su móvil con lágrimas en los ojos, mientras releía una y otra vez los últimos mensajes que Seokmin le había dejado a lo largo de los días:

[04/10 22:00] Seokmin : "Te echo de menos"

[06/10 23:00] Seokmin : "No sé qué está pasando pero si necesitas tiempo te lo daré"

[08/10 23:23] Seokmin : "No olvides que te quiero Rose"

Aquellos mensajes recibidos días atrás e incluso aquella misma noche, terminaban de sumir a Rose en la más oscura y cruel tristeza. Resultaba realmente doloroso querer gritarle al mundo que estaba enamorada pero ser incapaz de hacerlo por ser quien era. No era buena, no era la mujer que él creía haber conocido.
Él un chico disciplinado, comprometido con su país no podía estar junto a alguien que delinquía como forma de vida y para Rose solo había una cosa que podía ser más dolorosa que todo aquello y era llegar a sentir algún tipo de desprecio por su parte, despertar en aquel precioso y puro corazón un sentimiento de arrepentimiento o de vergüenza hacia ella.

Esa fría noche, en la que sentía su muerte más cerca que nunca, no podía evitar pensar en él, en Lee Seokmin. Así que tras meditarlo durante horas, decidió que aquella era una causa de fuerza mayor para saltarse su propia regla y comenzar a escribir un mensaje para el castaño, el mensaje de despedida que nunca había llegado a mandarle:

"Hola, lamento no haberte contestado antes pero no me sentía con fuerzas. Sé que todo esto ha sido muy repentino pero tengo que alejarme de ti y no puedo contarte por qué, pero tengo que hacerlo. Necesito que sepas que nada de esto es por tu culpa, es algo que debería haber previsto pero no lo hice, porque me enamoré de ti. Sé que estarás confundido y tendrás un millón de preguntas, pero quédate con que no soy la mujer que crees y esto es lo mejor para ti, de verdad. Te quiero y espero que algún día me perdones. Olvídate de mí y sé feliz, es lo único que necesito."

Cuando Rose presionó el botón de enviar, apagó el teléfono a toda prisa y lo tiró con fuerza contra la pared rompiéndolo en pedazos. El dolor llenaba cada poro de su cuerpo, apenas era capaz de respirar y fue en ese momento cuando se dio cuenta que ya no tenía miedo a lo que pudiese pasar al día siguiente. Lo único que podía ser peor que estar muerta, era estar muerta en vida y así ya se sentía.

*

Las risas inundaban la cocina del apartamento donde Mingyu intentaba enseñar a Norah a hacer una pizza. Al principio ambos se lo habían tomado con seriedad. Mingyu tras ella, le ayudaba a colocar el cuchillo de forma correcta para realizar diferentes tipos de cortes en los champiñones, mientras ella le prestaba toda la atención que le permitía el hecho de sentir todo el cuerpo del chico pegado a su espalda.

The Improvised Robbery » Seventeen (En curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora