4: Confianza

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Los días estaban tranquilos en la florería, las jóvenes muchachas se sentaron a descansar por la merienda de medio día, ambas estaban en un silencio bastante incomodo.

La rubia miraba la hora en la pared mientras también vigilaba hacia afuera, en ocasiones lograba ver a ese tipo de los ojos bicolor, la primera vez que lo vio fue cuando llegó al edificio, si, ella lo había visto desde el primer segundo en que bajó de su vehículo, le pareció raro un chico con diferente color de ojos y de cabello, pero poco le importó después al ver que se paraba mucho mirando dirección de la florería más precisamente a Midoriya, estaba segura que quería algo con su tierna amiga, no era de extrañar para ella, la mayoría de chicos que venía a comprar lo hacía por la pequeña, pero ella se encargaba de espantarlo siempre y cuando pudiera, hasta con amenazas de muerte si era necesario protegería  a su amiga pase lo que pase.

La menor en cambio pensaba en lo hambrienta que estaba, no había desayunado y su madre no pudo ir a la florería a atender con ellas por asuntos importantes, Kacchan su amiga de infancia siempre se mostraba hostil con ella pero en el fondo sabía que le quería, después de todo ella era  como su hermana, confiaba en ella y siempre le estaba agradecida. Su estómago gruño nuevamente por el hambre, miro la hora, ya casi eran las una estaba algo preocupada

—Esta tardando mucho... —habló la menor que esperaba con sus manos sosteniendo su rostro, tenía un hambre

—¡Ja! ¿no me digas que te preocupa? —la menor sonrió dándole la razón

—Claro que sí, es nuestro amigo de quien hablamos —la rubia rió con soberbia mirando a su amiga

—Ese cabellos de mierda no es amigo mio... —antes de que siquiera continuarán se asomo por la puerta de frente un muchacho de cabellos rojo, bastante alto, lucia algo despeinado y bastante sudado llevaba un paquete en sus manos y ropa de trabajo

—¡Chicas llegue! —dijo el muchacho, la menor se levantó de su asiento, dirigiéndose a la puerta

—Kirishima~kun gracias por venir de nuevo —el chico dejó el paquete que traía en manos sonriendo a la menor

—No hay porque Midoriya, pero ya van dos días que piden almuerzo, ¿tu madre está bien? —la más baja asintió con una sonrisa

—Sí, está bien, gracias por preocuparte solo ha tenido asuntos pendientes —mientras ambos hablaban la rubia observaba atentamente al peli rojo, él era muy amigable con medio mundo y solía visitarlas siempre, pero no podía echarlo porque su amiga ya se había encariñado con él y hacerlo desaparecer de la faz de la tierra solo la pondría triste. Ella no era de confiar en las personas como lo hacía su amiga, casi siempre prefería alejarlas e Izuku era la excepción porque ella era su amiga desde que tenía memoria. 

Dejó de lado sus pensamientos pues tenía hambre, observó el paquete abriendo el que se supone era para ella, encontrándose con un grata sorpresa, no perdió el tiempo para levantarse como un demonio, echando una mirada llena de furia hacia Kirishima

—¡OI, ESTÚPIDO CABELLOS DE MIERDA! —ambos chicos le prestaron atención a la molesta rubia

—¿Qué pasa Bakugou? —cuestiono algo tímido pero haciéndole frente

—¡ESTO ES CURRY, YO TE PEDÍ RAMEN! —gritó molesta mostrando el paquete

—Oh, oh no... ¡NO, NO, NO, ME EQUIVOQUE DE ENTREGA! —arrebato de la mano la caja, y se fue en dirección a la entrada —¡perdonen chicas volveré más tarde con sus pedidos!

—¡Ah, Kirishima~kun! —deku miro al chico y este solo se disculpó con la mirada echando a correr, ambas se quedaron mirando la salida, tenían el estomago vació

—Eso le pasa por ser un jodido despistado

—Kacchan... —suspiro la menor.

Casi una hora más tarde, aún más desordenado y agitado, había llegado el mayor con una mueca de tristeza en su rostro, la única que se digno a recibirlo fue Midoriya quien con mucha amabilidad abrió la puerta

—Lo siento mucho de verdad, aquí está su verdadera entrega —dejo nuevamente el paquete en la mesa volviendo a ser abierto por Katsuki quien probó inmediatamente su pedido, miro al chico con enojo más del normal producto del hambre

—Ni creas que te daré propina, pedazo de mierda

—Me lo esperaba... —suspiro cansado el chico, Deku quien miró el rostro afligido de su amigo se acercó a la caja recogiendo parte de su propia propina sin que Bakugou la mirara

—Ten Kirishima~kun —dijo la chica tendiendole el dinero

—Midoriya, yo no puedo aceptarlo —ella sonrió 

—Estuviste todo el día corriendo como loco, solo espero ayudarte con esto, aunque sea un poco —el chico recibió el dinero con una sonrisa en la cara, no podía decir que no después de ver aquella sonrisa

—¡Ah, gracias Midoriya siempre eres tan linda y amable, eres genial! —dijo mostrando un puño con alegría, la otra se rió

—¿Te quedarás un rato a platicar con nosotras? —él asintió mientras tomaba asiento, un poco alejado de la rubia para evitar problemas con ella.

Después de otra plática el chico se acercó a la salida despidiéndose de ambas, cuando abrió la puerta no pudo evitar chocar con alguien un poco más alto que él, un chico bastante masculino según sus estándares, le pidió disculpas y entró a la tienda, observó al chico  acercándose a la más baja por alguna razón tenía un mal presentimiento, intento ignorarlo subiendo a la moto del restaurante del cual trabajaba viendo por última vez al chico medio albino que entró a la tienda.

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Continuará... 

Dramatic/TodoBakufem/AU/HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora