Camarógrafo - Serie: Étoile Producciones - 02

Capítulo I

Entrevista de Trabajo

Trevor Harris esperaba en aquella sala, el lugar estaba lleno; «Hay mucha competencia», pensó el hombre al mirar la entrada y salida de personas al lugar. El chico que estaba en la recepción le había preguntado la razón de su visita a aquella compañía de vídeos. «Vengo a una entrevista por el puesto que anunciaron», explicó él. El chico lo miró de arriba a abajo. Él se había vestido con un traje completo gris acero, incluido saco, y corbata ocre lisa, zapatos de cuero negro y cinturón igual completaban el atuendo, quería dar buena impresión, no podía parecer un hippie, por mucho que en el fondo a veces sintiera que lo era.

«Teñida extraña», dijo el chico en la recepción. Él no entendió el comentario de aquel muchacho mestizo. 'Pablo' marcaba el carnet de identificación en la camisa del chico. El tal Pablo sonriéndole finalmente lo invitó a sentarse al fondo de aquella sala de recepción en una serie de juegos de sofás que estaban dispuestos alrededor de una mesa baja. El chico le pasó un número, «[#27]»; Trevor leyó en el cartón. Y se atrevió a preguntar por que número iban. «Hoy estamos llenos, culpa del nuevo gerente, con el tío Norman éramos menos formales», reclamo el muchacho. «Creo que van por el trece o el catorce, no estoy ya seguro, a veces entran dos a la vez, pero no se preocupe, seguro que sale antes del mediodía».

Eran apenas las nueve de la mañana.

Ya sentado en una de las plazas libre de uno de los sofás, Trevor entendió el comentario sobre su atuendo. Había más de una docena de personas, de todas las edades, desde chicos que parecían menores de edad, a hombres mayores de cuarenta. Todos iban con ropa casual, a lo más una camiseta de algodón y un vaquero. Zapatos de lona estilo mocasín, de sacar y poner. Los tipos mayores completaban el atuendo con botas de cuero y chalecos de material similar. No entendía el por qué de aquella indumentaria. Busco en el bolsillo interior del saco y extrajo nuevamente el papel que había recortado de los clasificados del periódico y lo leyó nuevamente.

Empresa de Vídeos solicita a profesional graduado en las artes escénicas con estudios y preparación en manejo de cámaras y edición de películas, así como capacidad de trabajo para medios virtuales, para mayor información dirigirse a....

Luego venía la dirección del sitio y el horario de atención. Trevor tenía ya dos años de graduado, y estaba especializado justo en lo que decía aquel anuncio. Habían sido dos años de vivir arrimado con sus padres, de soñar con un lugar propio, de ser reconocido como un buen director de escena, de poder trabajar en la televisión, en alguna serie o telenovela. Pero, nada de eso había ocurrido. Se había entretenido con obras de teatro infantil en los colegios y escuelas, más como un hacer algo, que un cobrar algo. Había disfrutado haber grabado aquellas obras y luego editarlas. Las escuelas le pagaban un pequeño monto por dejar constancia en vídeo de las experiencias educativas, que eran para esas instituciones escolares una forma de promover ante los padres las bondades de las mismas; pero esos eran trabajos de una o dos veces al año.

Completaba sus ingresos con la grabación de eventos como graduaciones, bailes, bodas, bautizos y similares; pero esto si bien le permitía pagar algunos gastos, no era su sueño o su deseo; y mucho menos podía con ellos independizarse finalmente del nido familiar. Ya tenía veintisiete años y todavía dependía de sus padres. Y cuando vio aquel anuncio en aquel viejo periódico sintió que era un llamado a la suerte. Su padre le volvía a recordar el pago de la renta, ahora le alquilaban su cuarto; vaya que eran...; bueno sabía que lo hacían como una forma de presionarlo para emigrar. Ellos no querían en su casa el síndrome de nido lleno; más cuando esperaban ya disfrutar su pronta jubilación y poder vender aquella casa para mudarse a un pequeño bungalow en la costa y la permanencia de aquel hijo los tenía amarrados.