Camarógrafo - Serie: Étoile Producciones - 02

Capítulo XXXIV

Otra vez

—¿Usted lo sabía?, —dijo Miguel en el auto mientras Oliver conducía por la autopista.

—No, —respondió el viejo abogado. —Al menos no hasta que dijiste que no te parecías a tu madre; ahí simplemente fue sumar dos más dos. Por eso te me hacías familiar, eres muy parecido a tu padre a esa edad.

—¡Mierda!, —exclamó el chico.

—¿Y ahora, qué vas a hacer?

—Castrarlo, eso me gustaría, pero parece que mamá ya se me adelantó.

Oliver sonrió, esa respuesta explicaba el por qué de la renquera de Lance cuando lo encontraron ayer en la cadena de víveres.

—Sabes que es rico, muy rico, de familia con dinero.

—Si, mamá me lo aclaró.

—Puedes demandarlo y pedir compensación, hoy los bastardos tienen ante la ley los mismos derechos que los legítimos; además eres hijo único, no tienes más hermanos, así que su fortuna por ley te tocará a ti; claro tras los pagos de impuestos.

—Pude vivir dieciocho años sin ese dinero, puedo vivir el resto de mis días sin nada de él.

—Tu tía quiere conocerte, —dijo el abogado. Por primera vez desde que se subió al vehículo, la cara de Miguel se suavizó. —Ella piensa que debes conocer a tu familia paterna, que conozcas a tus abuelos, a tu primo, a ella.

—¿Era eso lo que conversaban ahí dentro?

—Si, ¿qué me dices, te gustaría conocer a tus abuelos?

—No estoy muy seguro, soy muy distinto, no fui criado en la riqueza..., he hecho cosas.

—¿Has robado?, ¿has asesinado a alguien? ¿tomas drogas?, —insistió el abogado.

—No, nada de eso, pero usted sabe lo otro...

—Eres gay, nada pasa con eso, yo lo soy, y nadie se atreve a burlarse o mirarme con mala cara por mis gustos personales.

—Es distinto, usted es doctor en leyes y rico; además, yo me refería más bien a lo otro.

—A la pornografía, bien no es el trabajo soñado por muchos, miento hay unos que sueñan con eso, pero no pueden, o no tienen lo necesario; y como te dije antes, no robas, no matas, no te drogas; ¿cuál es el problema?; además si te soy sincero un culito como el tuyo es para que todos lo disfruten, yo incluido.

—Julián me dijo que no le haga mucho caso, que usted es así, —contestó esta vez el chico a su lado con una ligera sonrisa en su rostro por primera vez desde que se subió dentro de aquel vehículo.

Al parecer este viejo había logrado centrarlo en el punto real; Oliver le había aclarado que esa parte de la familia quería conocerlo. ¿Quería él conocer al resto de su familia?, esa era la única pregunta importante, lejos de las ganas que tenía desde anoche, al terminar de saber quien era ese hombre, de matar a aquel desgraciado que traicionó y humilló a su madre cuando joven.

***

Ana ya estaba en su sitio de trabajo en el centro de salud, había llegado temprano a su turno vespertino. Jake había salido temprano esa mañana a sus entregas y no volvería hasta el viernes. Casi cinco días de ausencia. Ya lo extrañaba, y no era como las otras veces, esa angustia y deseo que sentía en su cama por su ausencia en las noches; era más bien miedo de lo que pudiera pasar con él fuera. Jake le había hablado por primera vez de su padre, del peligro que era Tex Morgan. Además estaba el problema de Lance, ella sabía que el hombre había vuelto a su vida y no pretendía apartarse del camino, sino entrar de frente y quedarse dentro. Estaba ya Ana acomodando algunos insumos médicos, cuando una de las compañeras de trabajo la interrumpió.