¿Perdón?
Ana miraba desde la ventana del pequeño apartamento que era su casa hacia abajo, a la acera del frente del edificio. Ahí veía como Miguel y Jake se montaban en el camión y salían del conjunto de bloques de construcción publica donde habitaban. No se sentía muy a gusto con ello, sabía a donde iban ambos, el hijo y el amante. Esa mañana, apenas estaban desayunando cuando entró aquella maldita llamada. Era una urgencia, necesitaban a todos los modelos, explicó Miguel. Y Miguel era uno de ellos y Jake iba a acompañarlo de chaperón atrás nuevamente. ¿Para qué iban a necesitar a todos?, eso no lo entendía Ana. Total para hacer pornografía, si falta alguno, simplemente se llama a otro; no a todos. ¿Que pensaban grabar, una orgía con cien personas?
Trató que sus ideas se alejaran del asunto. Ya había hecho las pases con el muchacho y su 'nuevo trabajo'; no iba a empezar de nuevo con el tema; pero le costaba imaginar a su niño teniendo sexo por dinero con otros hombres, aún lo seguía sintiendo como un acto de prostitución.
Sus pensamientos giraron a Lance. Desde aquel lunes pasado, donde Miguel lo dejó tirado en el piso, literalmente vuelto mierda, no lo había vuelto a ver. Ella se pasaba las horas libres en el centro medico mirando por los ventanales a los carros en el estacionamiento. Seguro que Lance tendría uno de esos convertibles ultimo modelo, o algún carro cuya presencia de nuevo y caro destacarían por sobre todos los estacionados en el lugar. Pero no vio nada. ¿Había sido suficiente el coñazo en el estomago y la patada en la cara para que Lance entendiera finalmente?, esa era aún una incógnita. Pero ella estaba segura que el hombre seguía cerca; lo sentía, como si ella fuera alguna de esas viejas pitonisas que predecían el destino en el mundo antiguo; no hacia falta verlo para sentir su presencia.
Unos golpes a la puerta de la entrada le hicieron girar el rostro desde la ventana de la sala al origen de los toques. Supuso que era la vecina que regresaba, unos minutos antes había pasado a avisar que iba a salir por una emergencia; su nevera se había dañado e iba a buscar a un vecino que sabía de eso, de otro de los bloques, para que la ayudara. Se dirigió a la puerta y abrió. Aquel hombre no era la vecina, era Lance.
Entre el instante que tuvo para reconocerlo y el intento de cerrar nuevamente la puerta en su cara pasaron no menos de dos segundos, pero el hombre había puesto un pie en el marco de la puerta y le impidió el cierre. Ella comprendió que no tendría fuerzas para detenerlo; y estaba sola; la vecina seguro no había vuelto, y ponerse a gritar hasta que alguien saliera de los otros pisos, y llegara a ver de donde eran los gritos, ya Lance habría entrado, la abría amordazado y cerrado la puerta atrás.
Ella corrió a la cocina y abrió las gavetas, trajino entre las cosas y agarró un cuchillo grande para cortar carne y una sartén de hierro como armas. Al voltearse Lance estaba atrás, con las manos levantadas, y a una distancia prudente. Aún conservaba los hilos de los puntos que le tomaron en la ceja; y los moretones en la cara por el golpe propinado por el hijo todavía eran evidentes.
—Por favor Ana, —suplicó Lance. —Sólo quiero hablar.
—Lárgate de una maldita vez, déjame en paz, —gritó ella.
—Necesito pedirte perdón por lo que te hice, lo siento tanto, era un chico asustado, y lo que te hice fue horrible; provoque la muerte de tus padres, desprecie a mi propio hijo, sabiendo que era mío; te hice infeliz y al muchacho; tanto les faltó a ambos que él que terminó prostituyéndose; de verdad Ana, no tienes idea de como me arrepiento por todo lo que provoque.
Lance vio como la mujer bajaba el cuchillo, pero no soltaba la enorme sartén. Vio como los ojos pardos de ella se ponían brillantes por el agua que iba a salir de los mismos. Vio como empezaba a temblar.

ESTÁS LEYENDO
Camarógrafo - Serie: Étoile Producciones - 02
DiversosDentro del mundo de Obligado, viejos amigos, otros nuevos y nuevas historias. *** Se aclara que esta obra contiene contenido para adultos. Hay relaciones sexuales explicitas entre hombres, nada de amor, romances y esas estupideces; queda avisado...