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Las gotas de agua que salían de las puntas de mi cabello caían al piso de madera y mojaban mis pies, de vez en cuando me daba cuenta y salía de mi transe pero luego volvía a él y mi mirada se volvía a fijar en el vestido que tenía al frente de mío.

El baile empezaría en menos en de 4 horas y yo seguía sentada en la cama con mi bata y sin despegar la vista del vestido.

Melanie llegaría en 5 minutas con la peluquera y maquillista, eso fue lo que me dijo luego de dejarme en casa. Después de comer en Mac Donald's y hablar sobre todo relacionado en Lidia y nuestro odio incontrolable hacia ella me había convencido de ir al baile, después de todo el hermoso vestido al frente mío no se estrenaría en otro cuerpo que no fuera el mío.

—Hija —mi padre tocó la puerta.

—Pasa papá —el entró y se acercó a mi cama.

—Melanie y otra mujer están en la sala —miró el vestido—. Me alegra que me desobedecieras —como sabía, mi padre no era una persona que estuviera estable psicológicamente.

—A mi no, me estoy arrepintiendo —tomó mis manos.

—Luego de que te fueras de compras con Melanie, recordé que tu madre antes de fallecer me dijo que estaba triste por no poder tomarte fotos ni llevarte a comprar vestidos para los bailes de la preparatoria —sonreí un poco—, yo estoy muy agradecido de poder estar aquí y tomarte fotos, pero no acompañarte a comprar  vestidos... me volvería loco. Si tú madre está en alguna parte del mundo y te está observando, dale el privilegio de que te vea con ese vestido —asentí y el acarició me mejilla.

—Quédate en tu cuarto papá, hasta que yo me prepare —me paré de la cama y me acerqué a las escaleras.

—No será problema cariño —dijo él entrando a su cuarto y luego cerrando la puerta.

Me acomodé la bata y bajé las escaleras, cada escalón era un suspiro que yo tiraba al aire, deseando no a ver escuchado lo que mi padre me dijo. Antes no estaba segura de querer ir al baile, ahora tampoco lo estaba pero no quería decepcionar a mi madre si es que me escuchaba de donde sea que este.

—¿Ni te secaste el cabello? —salí de mi trance y miré a Mel, ella estaba con unos ruleros en la cabeza y con un vestido de seda rosa. Al lado de ella había una mujer rubia con una gran valija—. Sabes, no importa le tenemos que cerrar la boca a la perra de Lidia —me acerqué a ellas y me senté al lado de Mel.

—Me llamo Karina —la rubia habló, no tenía cara de Karina— ¿Ya sabes que es lo que quieres?

—Creo que dejarlo suelto y un planchado estaría bien —miré a Melanie y ella negó.

—Taparas la hermosa espalda del vestido, ella necesita un recogido —Karina asintió.

~

Puede que la tarde se pasara rápido pero yo no dejaba de contar los minutos para que llegue la hora de irnos, estaba más que nerviosa. Pero lo extraño es que no sabía porque lo estaba, tal vez el hecho de pasar la noche sola me asustaba o quizá el hecho de tener que aguantar los besos de Lidia con Noah. Me tendría que contener ahora más que nunca pues había olvidado que andaba un video mio circulando de celular en celular y eso era lo peor de esta noche, tener que soportar las miradas de todo el colegio sobre mi.

—Emma —Melanie chasqueo los dedos delante de mi.

—¿Si? —la miré.

—El peinado esta listo —Karina puso un espejo en frente de mi.

—Wow —me mire impresionada, nunca antes me había peinado así para una fiesta, mi atuendo consistía en un vestido y el pelo largo al natural, y mi única compañía era Mel pero ahora ella ya tenia compañía y no arruinaría algo como eso.

—Menos mal que te gusta —sonreí y miré a Mel—. Ahora hay que ir a cambiarnos y después viene el maquillaje.

Me levanté de la silla y con Melanie caminamos hacia mi cuarto, ella no paraba de sonreír y eso me hacia sonreír a mi. Entramos y ella me miró.

—Olvidé mi vestido —asentí y Mel salió a toda prisa.

Descolgué el vestido de mi espejo y lo llevé conmigo al baño, deslize la bata y una extraña sensación me recorrió los pies y subió por todo mi cuerpo, me metí dentro del vestido y lo subí completamente hasta mis hombros cuando Mel abrió la puerta.

—¿Te ayudo? —asentí y ella me subió el cierre—. Tengo a la amiga más sexy del mundo.

—Cállate —salí del baño y me senté en la cama para colocarme los zapatos.

—Llamaré a Karina así nos maquilla —Melanie salio del baño con un vestido negro largo pegado al cuerpo, y su cabello estaba suelto con unas ondas peculiares que a ella le quedaban bien.

—Alguien tendrá sexo esta noche —Mel se paró en seco en la puerta.

—Cállate ahora tu —reí y me paré de la cama, nunca antes había tenido tacos tan altos como estos y posiblemente me costaría caminar pero lo que menos quería era caerme ante todos en el baile.

—Emma tu seras la primera —Karina puso una pequeña valija sobre mi cama y se acercó a mi—. Ahora que veo el vestido puedo saber como maquillarte, cierra los ojos.

Eso hice alrededor de 15 minutos, hasta que pude abrirlos y la expresión en la cara de Melanie no se comparaba con nada en el mundo. Al llegar el momento en que Mel se tenía que maquillar bajé a la cocina por un poco de agua. Al estar allí mi padre salió del comedor y su boca casi llega al piso.

—¿Esa es mi hija?

—Pues tengo que serlo —se acercó y me hizo girar sobre mis talones.

—Mírate, tu ante último baile escolar —sus ojos se estaban humedeciendo

—Papá harás que llore —contesté y empecé a abanicarme el rostro con mis manos.

—Lo se, lo siento —el me dio el vaso de agua que había sobre la isla de la cocina y yo llevé un gran trago a mi boca

—Espero pasarla bien —su expresión se puso seria.

—Sobre eso... no puedes tener ningún tipo de contacto con Brown, ni con Daria —asentí—. El abogado está haciendo lo posible por tratar con el caso, pero sabemos que los padres de Lidia son gente de poder.

—No creo que podamos hacer nada papá —me sentía mal, el empleo de mi padre estaba en peligro— El padre de Lidia es tu jefe, si llega a pasar algo... ellos podrían despedirte.

—No me importa el empleo... me importas tu, por ahora no he cruzado al señor Brown en la oficina, pero cuando lo haga no me importará que sea mi jefe —negué.

—Basta papá, eso no ayuda —el asintió y me abrasó.

—Espero que te diviertas... pero antes necesito una foto —sacó su celular de su bolsillo trasero— ¿Cuando vendrá tu pareja? —tragué en seco.

—Lo veré allá —sonreí y sentí el flash en mi rostro.

—¿Estas lista? —Mel apareció en la cocina y parecía que toda la sala se ilumino con su presencia—. Vamos, Mike vendrá en cualquier momento —tomó mi antebrazo y yo no pude hacer más que agarrar mi vestido para no tropezarme con él y caer cara al piso.

—Están hermosas —me di vuelta y vi a Karina.

—Gracias —dijimos al unisono.

—Suerte —nos lanzó un beso al aire y luego se subió a un auto estacionado en la esquina de la cuadra.

—Déjame sacarte una foto —Mel puso la cámara frente a mi y solo disparó el flash—. Oye que seria.

—No me dejaste reaccionar —un auto se estacionó en mi entrada y tocó bocina.

—¿Listas presiosuras? —Mel sonrió y se acercó a Mike para besarlo con desesperación. Este chico me está empezando a caer bien.

—Okey, hay alguien aquí —dije y ellos sonrieron.

Me subí al asiento de atrás pero sabía que me olvidaba de algo, fue ahí cuando mi padre salió de la casa con mi bolso en sus manos.

—¿Que haría sin ti?

—Igual que tu madre, siempre se olvidaba algo—sonreí y el beso mi mejilla—. Divierte linda.

Soñemos un poco - Noah Centineo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora