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La habitación del conserje olía a perfumina mezclado con lavandina y otros productos de limpieza. Por no hablar de lo chica y poco ventilada que era. Pero eso no nos importaba ni a mi, ni a Noah.

—¿Para qué querías verme? —pregunté.

—Ah si... eso —se rascó la nuca, tragué en seco—. Pude revisar el celular de Lidia, el video no está ahí.

—¿Qué? —mi boca quedo abierta. Si mi corazón se había calmado ahora volvía a latir fuerte.

—Lo busqué, te lo juro... tengo otra teoría —hizo una mueca—, puede ser que esté en su computadora, la conozco bastante como para saber que si ella no quiere que encuentres algo lo tiene ahí.

—¿Ahora qué? —me mordí la uña.

—Ahora nada, ya casi termina todo. En unos días ella se olvidará de nosotros y se irá demasiado lejos como para enterarse de algo que tenga que ver contigo o conmigo juntos —asentí, tal vez tiene razón. Tengo que relajarme y dejar que las cosas fluyan, como el estudio. Tendría que mandarle un mensaje a Thomas.

—Esta bien —suspiré tienes razón, el sonrió y me dio un corto beso—, antes de que me vaya te daré mi nuevo numero.

—Okey —me extendió su celular y empecé a teclear—. Nuevo teléfono.

—Así es —le devolví su móvil—, mi padre me lo compró —se lo mostré y él abrió los ojos sorprendido—. Bueno me voy, tengo que almorzar.

—Nos vemos, linda —agarré el picaporte y el me tomó del hombro, me agarró del trasero y chocó nuestros labios en una torpe beso—. No te podías ir, sin que hiciera eso.

—Lo vi venir —sonreí y lo volví a besar.

—¿Te veré en la fiesta? —fruncí el ceño—. Es esta noche, dime que irás —sonreí por su suplica.

—Pues si tú quieres, iré —¿Iré? iré—. Okey adiós, amor me tengo que ir —salí casi corriendo, pero aflojé mi caminar. ¿Le dije amor? No, no, no. Le acabo de decir amor. No puede ser. Definitivamente lo asusté, ni siquiera somos nada, aunque para mi el se esta convirtiendo en mi todo.

—¡Smith! —me detuve en seco al escuchar esa voz. Mierda, algo más me puede salir mal—. Date, la vuelta estupida.

—¿Qué mierda quieres? —me crucé de brazos y ella se acercó. Sus tacones resonaron por todo el pasillo. Yo siempre venía cómoda al colegio, a veces pasaba más de 10 horas aquí, pero Lidia, no. Ella antes muerta que venir con zapatillas.

—Jacob Mars y Steve Lincon ¿te suenan? —se paró justo en frente de mi.

—Si —un escalofrío me recorrió la espalda al recordar tal suceso.

—Me dijeron que casi hicieron un trío contigo, te felicito... zorra —rodé los ojos—. Pero lo que más llamó mi atención es que MI NOVIO, les halla metido una paliza y te halla "rescatado" —hizo comilla con los dedos.

—Yo creo —me interrumpió.

—No me importa lo que creas imbesil, ni siquiera me importa tu patética existencia. No te acerqué a Noah, me hiciste lo mismo en el campamento y que crees. Yo me quedé con el, tu sin nada —me acerqué a ella. Sus rostro estaba demasiado cerca. Contenía la risa, una persona puede ser demasiado estúpida.

—A mi tampoco me importas —entre cerró los ojos.

—Tengo tu maldito video, una tecla y toda tu vida será arruinada —me reí—, me sorprende que te rías, con algo tan serio. No sería algo bueno que tu padre fuera despedido, y que mi padre se encargue de que ningún trabajo acepte al tuyo —mordí mi lengua.

—No me asustas Lidia —escupí en su cara—, eres demasiado estúpida para darte cuenta que nadie te toma en cuenta, ni siquiera tu novio— cállate Emma, cierra la boca—, solo ganaste algo y es mi lástima por ti —su mano se encontró con mi mejilla y por unos segundo me quedé mirando hacia mi derecha por el impacto.

—Ya verás como te importa lo que yo haga. Cuando tu estúpido futuro esté arruinado —la oí alejarse y el ruido de la campana me aturdió.
Había perdido el almuerzo, mi día no podía empeorar.

~

Caminé hacia mi casillero y saqué el libro de matemáticas. Había estado pensando muy seriamente el invitar a Thomas a mi casa. Pero no tenía otra opción, aparte todo era para terminar este año y entrar a una universidad. Ese era el motivo, no había otro.

—Dime que es verdad —Mel se asomó a mi costado.

—¿Que? —dije desafinada.

—Vamos, lo que se dice de Noah y tú —mis manos se aflojaron y los libros casi caen al suelo. Mi frente empezó a sudar.

—¿Qué se dice? ¿Nosotros? ¿Los dos? —pregunté obviamente nerviosa, mi amiga frunció el ceño.

—Que Noah, te encontró en los vestidores con Jacob y Steve. Y él te rescato de esos depredadores, aunque muy sexis —negué.

—Esos imbesiles, casi me violan. Noah estaba justo pasando por ahí y escucho mis gritos —cerré mi casillero con fuerza y me dirigí a la salida.

—Bueno espera —me tomó del brazo y me abrazó—, no tenía idea, eso lo dijo Lidia.

—¿Como no? —me crucé de brazos— ¿Le crees a esa estúpida?

—No estés mal —fruncí el ceño.

—No se me había ocurrido eso antes, gracias —dije sarcásticamente.

—Nos vemos en la fiesta —puse mi pulgar indicando el suelo y salí al estacionamiento de la escuela.

Tomé mi celular y entré a Instagram, miré por todos los chats hasta que encontré el indicado.

-Holaa -EmmaSmith.

-Creo que si necesito ayuda con matemáticas -EmmaSmith.

-En una hora puedes??? -EmmaSmith.

Guardé mi teléfono y me monté al auto, cuando estaba a punto de arrancar Lidia paso por mi lado. Y se montó en el auto de al lado, conducido por Noah.

Mi celular vibró y yo lo tomé.

-Claro que puedo -Thomass

-En una hora estaré en tu casa -Thomass

Solté en celular en el asiento de al lado y apoyé mi cabeza en el manubrio, soltando un largo suspiro.

Soñemos un poco - Noah Centineo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora