Terminé de comer y Margaret levantó todo, le dejé el dinero y ella sonriente me dio una pequeña tarta de regalo.
Salí de la cafetería y me subí al carro, condujé hacia mi casa y al llegar mi padre estaba en la entrada. Di un largo suspiro, eso solo significaba que ya sabía todo y más. Me bajé del auto, y sentí mis piernas temblar.
—¿Donde estabas? —el se acercó—, la subdirectora me dijo que hace una hora y media habías llegado.
—Fui a cenar —contesté.
—Mira Emma, ya es tarde. No quiero ni saber porque te expulsaron del campamento. Solo sube a tu habitación y duerme un poco —asentí cabizbaja e hice lo que él me dijo.
Entré a mi habitación y me tiré a la cama, después de todo era lindo volver a sentir mi colchón y mis sabanas con una rica fragancia. Miré mi laptop y la agarré al prenderla se empezó a tildar de la cantidad de notificaciones que me estaban llegando. Todas relacionadas con el video, y los comentarios entraban directo a mi casilla de Gmail. Cerré la computadora y la volví a dejar en el escritorio. Solo la prendería para estudiar no vería ningún comentario o foto relacionado con eso. Al menos hasta saber que el campamento concluyó.
Me fui al baño me cepillé los dientes y luego me puse el pijama, para acostarme y caer en un profundo sueño.
~
Abrí los ojos y me estiré en la cama, miré la hora y eran las 11:27 a.m era algo tarde. Se sentía raro no ser despertada por Scarlet, mirar hacia mi izquierda y no ver a Noah durmiendo.
Bajé hacia la cocina y me preparé el desayuno, me senté en la isla y desbloqueé mi celular con una pizca de esperanza, esperando que mi video ya no sea tanta polémica. Pero mi pensamiento fue erróneo las notificaciones no paraban de llegar, mi casilla de mensajes estaba llena de comentarios y había más de una copia de ese video.
El timbre retumbó por toda la casa, me dije a mi misma que no abriría la puerta. Mi padre no podía ser por qué estaba en su oficina, y no quería ver más caras por hoy. Pero el timbre volvió a sonar y siguieron fuertes golpes en la puerta.
Dejé la taza y me acerqué a la puerta, miré hacia afuera y solo había una maleta, vi a un chico alto con una chaqueta de cuero, y luego supe quien era.
—¿Que haces aquí? —abrí la puerta y el sonrió.
—Esperaba un abrazo, pero con que te acuerdes de mi, acepto —reí ante su comentario—. El campamento se canceló— ahora no solo me molestarían por el video, sino que también porque arruine el campamento—. No fue tu culpa... mi madre estaba súper enojada por todo y los chicos en el campamento estaban alterados por.... bueno... por el asunto.
—¿Que quieres? —ahora no quería hablar con nadie y menos con el. Si mi padre me llegaba a ver con un chico después de todo lo qué pasó, le daría un paro respiratorio.
—Quería invitarte al baile —solté una carcajada— ¿Es un si?
—Es un no —cerré la puerta pero él puso su pie— ¿Que baile? —el campamento tenía un baile de primavera pero no creo que se haga y para el baile de despedida faltaban unos días.
—Será mañana en el colegio —abrí la puerta— ¿Entonces vienes?—negué— ¿Porqué?
—No iré a un baile después de todo lo qué pasó, no puedo mirar a nadie y tú deberías estar en tu casa —contesté, sentía una total impotencia al decir eso. Esto nunca hubiera pasado si no hubiera estado con Noah en el campamento, Lidia no se hubiera enojado y no me hubiera cortado la bikini.
—Se que es difícil, pero no tienes que dejar que te afecte. Yo se quien es Emma Smith y no dejare que nadie me diga otra cosa. Ese video no te define como persona —se acercó a mi y piso el tapete de la puerta que decía bienvenidos.
—Dile eso a los otros, si ese video cae en otros sitios mis solicitudes de universidades se cancelaran —sentí que mis ojos querían llorar pero me trataba de controlar.
—Eres una chica inteligente y linda, la universidades se pelearán por ti —los latidos de mi corazón se aceleraron y lo hicieron aun más cuando él tomó mis manos
—No lo creo, no has visto la cantidad de comentarios y copias del video qué hay —solté sus manos y el acercó aún más—. Estas últimas semanas serán un infierno —una lágrima trato de salir pero la limpié rápidamente.
—Yo estaré contigo —negué.
—Déjalo así Noah, no estoy de muy buen ánimo —traté de acercarme a la puerta pero el se interpuso entre mi camino e hizo que yo chocara contra el—. Debes irte —el negó.
Rodé los ojos, y el paso sus dos manos sobre mi cintura me atrajo a él y yo solo intenté separarme. Pero él tenía más fuerza, se acercó más a mi mientras sentía su respiración chocar contra mi nariz y mi boca, su mirada bajo a mis labios y una sonrisa burlona se dibujó en el. En tres, dos, uno, sentí lo que tal vez se podía llamar mariposas en el estómago, cuando sus labios chocaron con los míos.
Me quedé inmóvil hasta que reaccioné, y seguí el movimiento de sus labios, una sonrisa se escapó de mi boca y el también sonrió.
Al cabo de 10 segundos me separé de él con una sonrisa burlona.
—Adiós Noah —el se acercó a la puerta.
—Entonces te busco mañana a las 8 —sonreí y cerré la puerta.