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La campana para la finalización del día sonó, levanté mi mochila y salí del salón de álgebra. Caminé por los pasillos mientras solo ansiaba salir de esta carcel, busqué en mi mochila mis llaves y cuando las saqué apresuré el paso hacia la salida. No podía dejar de pensar en los exámenes finales, me había dejado con el tema del estudio, porque pensé que tendría más tiempo. Mierda, siempre hago lo mismo.

Mi vista se juntó con la de Noah y Lidia, los dos estaban delante mío, cubriendo mi paso. Apreté los dientes y solté un suspiro, me sentí poderosa al saber que Noah en realidad me prefería a mi, pero al mismo tiempo una zorra sucia. Estaba con un chico "casado".

Despejé esas ideas de mi cabeza cuando sentí el aire fresco en mi rostro, salí pitando hacia mi auto pero una imagen me hizo detenerme.

Thomas, movió la mano en forma de saludo y se sacó los lentes de sol, estaba apoyado en el capo de su auto. Apreté los párpados y rogué que viniera por otra persona. Y fue ahí donde se empezó a acercar a mi.

—Hola —llevaba puesto unos jeans ajustados negros, una remera blanca con garabatos y una campera negra.

—Hola —contesté dirigiéndome hacia mi auto.

—Perdón que viniera así, es que no me contestaste los mensajes o solo los ignoraste —prosiguió.

—Si bueno... tengo prisa, mi celular se rompió y tendré una evaluación de matemática de la cual no entiendo un culo —abrí mi auto y me subí en el.

—Yo podría enseñarte —lo miré, nunca había notado sus ojos color avellana. Tenían un brillo particular.

—Puede ser, ya lo veré. Aparte tengo una fiesta mañana por la noche —miré hacia adelante, y note que Noah nos clavaba la mirada como dos púas directo a mis ojos.

—La fiesta de Cameron, yo también iré —se alejó de la puerta y yo la cerré—, nos vemos para el estudio y en la fiesta.

—Adiós —rodé los ojos y sonreí, hice marcha atrás y saqué el auto del estacionamiento.

Suspiré cuando salí a la carretera lista para emprender camino a casa. Conduje con cuidado y pensando en que Thomas quería algo más que una simple tutoría, ese chico era realmente hermoso, pero Noah era todo lo que nunca creí necesitar aunque eso me asustara ya que no quería depender de alguien hasta tal punto de no poder vivir si ese alguien no está conmigo.

Estacioné en la entrada y bajé, abrí la puerta de casa y noté que estaba todo muy silencioso. Vi una caja en la isla de la cocina y me acerqué, había una nota que mi padre había dejado.
Podré estar enojado contigo, pero te mereces este regalo. Disfruta los últimos días de clases en la preparatoria.
Con amor papá.

Saqué el envoltorio y mis ojos se abrieron como dos huevos, un iPhone 7 Plus. Tragué en seco, nunca mi padre me había regalado un teléfono, yo lo había comprado con mis propios ahorros. Tenía algo de dinero para comprarme un celular pero nunca rondó por mi cabeza algo así.

Lo saqué de la caja y lo dejé en la mesada, esto iba a ser como tener un hijo, realmente lo sería.
Subí las escaleras y entré a mi habitación, conecté el teléfono para que se cargara y después mande toda mi atención a los tres exámenes que tendría el miércoles.
Historia, biología y matemática.

En la escuela podías elegir las tres materias que querías rendir. Yo elegí esas tres, hasta que casi muero cuando vi el nuevo tema de matemáticas. No lo entendía, nuestra profesora no era la mejor explicándolo, y cada minuto que pasaba era un arrepentimiento mío por no haber elegido Lengua. Pensándolo bien, no estaría mal que Thomas me de una tutoría o algo así.

~

Miré mi reloj de pared, eran las 12:38 a.m, había estudiado todo de historia y parte de biología. Hace dos meses, había conseguido un buen resumen de historia por solo 20 dólares, así que no tuve que perder tiempo en eso. Pero biología no tenia resumen, era una de las pocas alumnas que había elegido este tema para rendir, aunque me gustaba.

Me levanté de la silla y tomé entre mis manos mi nuevo celular, caminé hacia la cocina y al llegar ahí la puerta trasera se abrió. Me di vuelta y mi corazón se aceleró.

—¡Algún día me vas a matar de un infarto! —Noah sonrió, no lo podía ver bien ya que todavía no había prendido la luz.

—Lo siento —se acercó a mi y me tomó de la cintura.

—Es algo tarde para que estés aquí —sonreí y el besó mi mejilla.

—Lo sé pero, no sabía si venir o no —sus labios pasaron hacia mi cuello y corrí mi cabeza hacia atrás para que él pudiera cubrir más terreno— ¿Estás sola?

—S... si —logré decir, sus besos viajaron a mi mandíbula y luego atraparon mis labios. El me tomó de la cintura y me hizo subir a la isla de la cocina. Rodeé mis brazos en su cuello y luego sentí su mano viajar a mi espalda donde me acarició por debajo de mi blusa. Me estremecí con el tacto de su piel, pero no quería separar mis labios de los suyos.

Envolví mis piernas en sus caderas y de un momento a otro, los dos estábamos sobre la isla y yo me encontraba debajo de él.

Pude sentir sus manos tocar mi abdomen y mis manos en colocadas en su entrepierna. ¿Acaso esto tenía algún freno? Era yo y el, solos en la oscuridad, cada beso o tacto de su piel con la mía me hacía viajar a otro planeta. Dio un suspiro entre mis labios y sentí que me derretía debajo de él. Su mano viajó a mi muslo y empezó a acariciarlo, haciéndome reír.

—¡Hija! —la puerta principal se cerró y Noah calló a piso como una bolsa de papas— ¿Hola?—me bajé de la mesa y pude ver como Centineo corrió por el jardín y desapareció.

—Papá —prendí la luz y el miró.

—Podía jurar que vi a otra persona —acomodé mi cabello y sonreí nerviosa—. En fin, ¿qué haces despierta tan tarde?

—Estudio —contesté, y tomé mi celular que estaba en una punta de la mesada—, gracias por esto.

—De nada pequeña —besó mi frente y se detuvo, su ceño se frunció—. Hueles a mi perfume —apreté los ojos y mordí mi labio inferior, Noah había dejado impregnado su olor en mi.

—Oh —miré nerviosa al suelo—, me coloqué tu colonia hoy.

—Es ¿enserio? —asentí—. Bueno, no la uses, es bastante cara... ¿Tienes hambres? —suspiré aliviada, ni siquiera me había dado cuenta que estaba conteniendo el aire.

—Si —me fijé la hora en mi teléfono y entré a Instagram, tenía más de 4 mensajes de Thomas. Ignoré completamente su chat y volví mi atención a papá—, tomaré una ducha y después bajo para cenar.

Soñemos un poco - Noah Centineo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora