Nuestras canoas se balancearon, de pronto no sentí más los labios de Noah y un chorro de agua hizo que abriera los ojos.
Centineo estaba corriente abajo, tratando de agarrar su canoa. Estallé en una carcajada, mientras veía como luchaba con la corriente, hasta que pudo alcanzar el remo.
—¡Si me ayudas no me enojo! —gritó. Agarré mi remo y empecé a acercarme a él hasta estar a una altura donde pudiera sostenerse de mi bote— ¡Gracias! —se agarró de la parte trasera de mi canoa. Pero el agua cada vez era más caudalosa y me costaba seguir estable.
—Noah harás que me caiga —dije. Un punto rojo se pudo divisar a lo lejos—. Puedo ver tu canoa, me acercaré pero no muevas mucho la mía —dicho eso remé acompañada de la corriente hasta que el lago más adelante no se pudo divisar, parecía el fin del mundo.
—¡Espera! —me detuve usando el remo de ancla— ¡Si hay una cascada! —Noah me agarró del brazo sin darme oportunidad de reaccionar y me tiró de la canoa, cayendo al agua helada.
—La corriente es más fuerte que nosotros —dije y miré a mi alrededor, no veía una roca ni una planta de la cual aferrarnos—, tal vez la caída no sea tan dura— Noah me miró con cara de "¿Enserio Smith?" y luego agarró su remo y lo entrelazo con el mío. Empezamos a nadar hacia la orilla hasta que él pudo aferrarse a una planta.
—Te impulsaré y subirás a la orilla —asentí, el me agarró del brazo y tiró los dos remos. Me acercó más a él y prácticamente me lanzó hacia la orilla. Al sentir tierra firme mis piernas dejaron de temblar. Noah subió al lado mío y se paró con las manos en las cinturas viendo el lago—. Espero que te hallas divertido —toqué el bolsillo de mi short pero mi celular no se encontraba allí.
—Perdí mi teléfono —me auto abrasé.
—Bueno, creo qué hay que volver —Noah caminó hacia mi canoa que se encontraba a un orilla del lago—. No vendré más aquí —tomé mi canoa y me dirigí lago arriba.
—Ni yo —coincidí.
Luego de caminar unos 30 minutos llegamos al puesto donde se encontraba el encargado. El nos miró de arriba abajo y sonrió, sabía que nos habíamos encontrado con la cascada. Dejamos las canoas y le agradecimos por habernos advertido sobre la cascada de una manera irónica, aunque fue en vano ya que ni yo ni Noah le creímos.
En Nevada, la noche cae a las 6:00 p.m y eso estaba ocurriendo. Cada vez el día desaparecía y el viento frió de la noche nos acariciaba el cuerpo.
—¿Tienes frío? —preguntó Noah una vez que nos subimos a su Jeep.
—Algo —contesté. El miró hacia atrás del auto y me extendió una campera con un estilo universitario—. Gracias —me envolví en ella.
—Okey —hizo marcha atrás, y pronto salimos hacia la carretera— ¿Quieres ir a comer algo? yo invito —recordé a mi padre y por un momento estaba por decir no pero... estaba con Noah Centineo, el chico más codiciado de la preparatoria. Estaba teniendo una escapada romántica con el, y nadie lo sabía, lo que lo hacía más excitante.
—Claro —sonreí. A la mierda mi padre— ¿Dónde iremos?
—Conozco un lugar, iba con mis padres siempre cuando era pequeño. Hacen pizzas caseras y te aseguro que son las mejores del Estado —comentó.
—Si tú lo dices —el me miró y yo desvíe la mirada.
—Te encantará —sentí su mano encima de mi pierna izquierda, luego su dedo pulgar empezó a dejar pequeños círculos imaginarios en ella. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y este no era por el frío sino por el tacto de su piel con la mía— ¿Que haremos en el colegio? con lo nuestro.
—Pues... haremos como si nada pasara —lo dijo en un tono obvio.
—Si... pero aún así, es necesario que hagas algo—miré hacia la ventana, parecía que le iba a pedir que robara un banco, pero era algo más fácil, o eso creo—. Elimina el video del teléfono de Lidia.
—No será fácil, nunca me presta su celular —respondió.
—No quiero que por sin querer chocarla en el pasillo el video caiga otra vez en manos equivocadas —mi tono estaba casi quebrado por el nudo que se asomada en mi garganta. Noah al notar mi tono de voz, aparcó el coche al frente de un restaurant.
—No permitiré eso —tomó mi mano—, lo haré, lo eliminaré. Pero debes darme tiempo, será difícil convencer a Lidia.
—Te daré tiempo, pero no te aseguro estar tranquila. Ese video pone en riesgo mis ingresos —contesté y me acomodé el cabello detrás de mi oreja.
—Entrarás a una buena universidad, eres linda e inteligente pero sobretodo linda —tomó mi mejilla derecha y me atrajo hacia el, nuestras frentes se pegaron y el me miró directo a los ojos—, eres demasiado hermosa —sentí sus labios con los míos y eso me dio una señal para que cerrara los ojos y me dejara llevar por el momento.
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Soñemos un poco - Noah Centineo (COMPLETA)
Fanfiction¿Quién diría que me podía enamorar?