✞ ✰» Capítulo 2.

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Aproximadamente a la edad de seis o siete años, junto con mi madre, Frigga, descubrimos que poseo habilidad para la magia, ¿increíble, no? Mi madre fue la primera en creer en mí, en ver que con este talento podía llegar a ser el mejor hechicero de todo Asgard, inclusive de los nueve mundos. Y obviamente fue gracias a ella quien me impulsó a tomar (claramente con ella), clases sobre hechicería.
Era tan ingenuo, que creí que Thor y yo, podíamos ser la dupla perfecta en el campo de batalla. Él obviamente será un gran guerrero y yo un gran hechicero.
Pero como siempre, toda felicidad tiene que ser arruinada en una milésima de segundo. Odín insistía a mi madre, que no me llenara de ideas estúpidas y absurdas con eso de la magia, y lo mejor era que junto con Thor y sus amigos, me convirtiera en un guerrero. Pero mi madre era una mujer muy persistente y obviamente no cambiaría de opinión, haciendo que el Padre de Todo, desistiera y se preocupara más por Thor. Thor importaba más ya que era el orgullo de Odín y quería enfocarse en hacer de él, el mejor de los guerreros, temible para quien quisiera traer guerra o problemas al pueblo, para así poder ser, el heredero al trono de Asgard.
Supongo que al tener esa nueva mentalidad, Odín dejó de preocuparse por mí, y dejar que hiciera lo que mi madre y yo quisiéramos, cosa que en parte era satisfactorio, por otra, dolía demasiado, ¿qué acaso no se sentiría orgulloso de mí cuando sea el más grande hechicero de Asgard o de los nueve mundos?
Thor se la pasaba preguntándome por qué no quería ser un guerrero como él, decía que todas las peleas que tenían Odín y Frigga se solucionarían si yo aceptara lo que Padre de Todo decía. Pero no, yo no era como esos trogloditas que solucionaban todo a golpes, de manera brusca, como animales, yo pensaba antes de actuar. ¡Era inepto, que solamente mi madre me apoyara en mi decisión!

"― ¿Y cómo se supone que te defenderás en batalla sino es con golpes?―cuestionó mi hermano. Yo perfectamente sabía que algún día lucharía junto con él, mano a mano, y sí, tenía que aprender a ser un guerrero, pero ¿cómo venceré al enemigo sino me convierto en un guerrero?
―También puedo usar mi magia, no todo se resuelve de manera tan salvaje como comprenderás, Thor. Los hechizos serán de utilidad en el campo de batalla y cuando sea lo suficientemente grande y sea el mejor hechicero de todo Asgard, podré ayudarte a ti y a tus amigos con mi poderosa magia; pero para ello tengo que estudiar y trabajar muy duro para hacer eso realidad. Aunque no me estas ayudando mucho, para ser sinceros.
― ¡Pero eso sería trampa!
― ¡Por supuesto que no lo es!― vociferé molesto, irritado, ¿cómo que usar mi magia es una trampa? Es semejante al usar cualquier tipo de armas, además muchos de los Vanir usaban magia en batalla, solo que su padre y su hermano, tenían la mente tan cerrada que para ellos la única manera de ganar una batalla, era con golpes y armas físicas."

Recuerdo aquella embarazosa situación, pero, es que Thor siempre trataba de que fuera su igual y no solo eso, él confiaba en mí. Pero fue entonces cuando esas palabras provocaron en mí, una estúpida esperanza que para ese entonces, en mi inocencia, era lo más intenso que Thor podía hacer por mí.

"― Yo te voy a proteger siempre.
― ¿Qué?¿De qué hablas?
―Me convertiré en un fuerte guerrero, seré el más fuerte de todo Asgard, no, no sólo de Asgard, sino de todos los nueve mundos y te protegeré de todo y de todos.― Thor musitó determinado, con un brillo que jamás había visto en aquellos zafiros. Es cierto que mi hermano era alguien muy decidido y noble. Era injusto que yo estuviera molesto con él, por el capricho que tenía Odín, en no dejarme ser yo mismo.
― Mejor hablemos de otra cosa Thor, somos demasiado jóvenes para estar pensando en las guerras.
― Tú eres muy joven Loki, yo soy el mayor."

Sí, ese orgullo por parte de Thor por ser el hermano mayor, a veces lograba sacarme de mis casillas, ya que le gustaba la posición de ser el mayor de los dos.

Dejando de lado ese nefasto y sentimental tema, mi madre Frigga al día siguiente me había dado unas cuantas clases sobre la magia, las más adecuadas para mi corta edad y la escasa experiencia que tenía en el tema. Así se fue todo el día hasta que anocheció.
Lo que más me encantaba era que Frigga, siempre me llevaba a mis aposentos a la hora de dormir. Solía leerme cuentos antes de dormir, dejando un pequeño y cálido beso cuando caía dormido.
Recuerdo que esa noche, el Padre de Todo y Frigga, mi madre, tenían que ir a Vanaheim para una reunión que requería de la presencia de los Reyes de Asgard. Por lo que entendí aquella ocasión, se vieron obligados a asistir en aquella noche, dejándonos solos a mi hermano y a mí, pero al cuidado de los numerosos guardias que custodiaban el reino. Todo iba bien hasta que una tormenta se apoderó de Asgard, dejando una torrencial lluvia, truenos, rayos retumbaban en los vidrios de mis aposentos. Tal parecía que en aquel entonces, todo quería ponerse en mi contra para impedirme ser feliz, por lo que el sueño se había esfumado por completo teniéndome horrorizado.
Para la desgracia de mis recuerdos, tal pareciera que Thor sabía de mi miedo que se presentó en mi habitación, para consolarme tal como solía hacerlo mi madre cuando una tormenta llegaba de repente.
Por primera vez, Thor se había metido debajo de las sabanas, a mi lado, abrazándome lo más tranquilizador posible, mientras me repetía una y otra vez "Prometo protegerte siempre Loki, siempre te voy a proteger". Y aunque me de asco decirlo, eso me reconfortaba totalmente, escuchar eso me hacía sentir tranquilo y en paz, provocando que sin evitarlo, cayera nuevamente en el sueño y confort. Y aunque Thor no se diera cuenta, para mí, mi hermano no necesitaba ser un poderoso guerrero para hacerme sentir protegido.

𝑳𝒂 𝑽𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝑴𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒐𝒔𝒐.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora