✞ ✰» Capítulo 4.

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¿Ya todos lo saben, no? Soy el Dios del Engaño, bueno, de niño tuve que aprender a ocultar mis emociones, a no ser tan débil como solía decirlo Odín. Pero bueno, podía engañarlos a todos, menos a mi madre, Frigga. Ella era la única que podía ver más allá de mis palabras, de mis acciones, de mi barrera; ella sabía diferenciar cuando mentía o no.
Creo que de no ser por mí, la biblioteca estaría solitaria. Y es que mi madre me daba los títulos de los libros que hablaban sobre hechicería y yo corría a buscarlos, pues era la única manera de poder dominar a la perfección mis dones. Para mi desgracia, aquella habitación tenía un ventanal que daba hacia los jardines del palacio, donde lograba ver a Thor con sus amigos. ¿Por qué todos lo preferían a él? ¿Qué tenía yo de malo y no me aceptaban como a él?

"― ¿Hay algo que te perturbe, hijo?― Había cuestionado mi madre a mi falta de atención a los libros que tanto adoraba. Siempre tan sagaz para darse cuenta de lo que más me molestaba o me incomodaba.
―No madre, no es nada.― Sabía que esa respuesta solo haría que mi madre se preocupara aún más por mí, y eso no es lo que quería, así que no me quedo de otra más que confesarle lo que tenía. ―Es solo que los amigos de Thor no me agradan, y yo a ellos tampoco.
― ¿Y por qué no buscas tus propios amigos? Con los cuales tengas cosas en común. Seguramente habrá alguien quien te encuentre agradable y esa persona a ti.
― ¡Ya lo he intentado! Pero es absurdo. Todos me miran como si fuera un bicho raro."

Podía ver preocupación y tristeza en el rostro de mi madre, pero poco a poco una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios; si no fuera porque la conocía a la perfección, nunca me habría dado cuenta que esa sonrisa significaba que tenía un plan para hacerme sentir mucho mejor, o eso quería pensar yo.

𝑳𝒂 𝑽𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝑴𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒐𝒔𝒐.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora