9.Clara

37 5 7
                                    

Hace 15 meses que sueño con este momento. Me imaginaba besándola con vehemencia o despojandola de cada prenda de ropa, pero ahora no sé cómo reaccionar, estoy paralizado mirándola sin saber cómo comportarme. Ella por su parte parece relajada, me sonríe con su cara de ángel. Está un poco más delgada que la última vez que nos vimos y un par de ojeras adornan el contorno de sus ojos, pero claro que sigue siendo excepcionalmente hermosa.

Ella abre la puerta del edificio y se voltea para asegurarse que la sigo. Cuando entramos al departamento deja su bolso en un sillón y suspira. Toda la situación me parece surreal, me quedo estancado al lado de la entrada sin tener idea de que hacer o decir.

Me ofrece algo de beber pero nos quedamos los dos parados al lado de la puerta, como no terminando de entender cómo desenvolvernos en un mismo espacio, como mosquitos atontados después de una dosis de insecticida. Ella pone su mano en su codo y después de rascarse la sien con las llaves que tiene en la mano se mueve con parsimonia hasta la cocina y vuelve con dos vasos de agua que coloca con delicadeza sobre la mesa y nadie va a tocar en toda la tarde. Las rodillas están a muy poco de fallarme y tengo las manos húmedas, es como si me hubiera olvidado cómo respirar enfrente de ella.

- Tengo suerte de haberte encontrado, la verdad, casi una cosa del destino.

- ¿Por qué lo dices?

- Ya te lo dije, no vivo acá. Solo estoy cuidando la casa de Olivia estos días, se fue a un simposio en Viena y alguien tiene que regar sus plantas. ¿Cómo estás?

- Yo...- No puedo ni hablar, la garganta se me hace un nudo y tengo tanto para decir pero tan poca idea de como hacerlo que tartamudeo una incoherencia que ni yo entiendo.

- ¿Estás bien? - No Clara, por supuesto que no estoy bien. Estoy a punto de morirme.

- Toda esta situación es... solo...- Balbuceo.

Cuando mi padre tuvo su primer infarto charlamos tiempo después sobre las sensaciones previas al asunto y creo que mencionó algo muy parecido a lo que estoy experimentando ahora: Dolor en el pecho, aturdimiento, sudor frío, ansiedad, náuseas, lo que sea. Pero el corazón no puede fallarme ahora, no puede darse ese lujo en este momento, tengo que encontrar una manera de tranquilizarme.

- Hey, está bien. Relajate. Solo somos nosotros - Me dice ella acercándose con prudencia. Yo respiro y trato de calmarme.

- Eso es lo inquietante de la situación - Le digo ahora con la voz más firme.

- Entiendo... ¿Cómo has estado?

- Vagando sin rumbo supongo. No es una respuesta muy cool pero...

- Es cool viniendo de ti.

- No digas esas cosas - Por favor.

- Perdona.

- Ya es demasiado difícil estar respirando el mismo aire que tu.

- No se si es un halago o una ofensa.

- Nunca diría nada para lastimarte.

- Lo siento.

- No pasa nada ¿Cómo has estado tu?

- Vagando sin rumbo...

- ¿Muchos festivales de cine? - Pregunto metiéndome de cabeza en el barro, se lo que va a responderme y se que no me va a gustar.

- Menos de los que esperaba.

- ¿Por qué?

- Bueno... Terminé con Franco.

#2 ¿Por qué será que cuando abrimos los ojos hay un incendio frente a nosotros?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora