28.

895 125 23
                                    

Disclaimer: Capítulo sad, muy sad, mega sad. 


- ¡Hazel! - me llamó Subin, mientras almorzaba en el comedor del hospital, y a los pocos segundos, se sentó frente a mí con su bandeja.

- Hola, Subin. - saludé, llevándome un bocado de comida a la boca.

- ¿Ahora usas palillos? - preguntó y aunque era un comentario simple e inofensivo, hizo que sintiese una punzada en el pecho al recordar quién me había enseñado a usar los palillos.

- Sí, ya aprendí. - repliqué con simpleza para evitar entrar en detalles, para evitar la mención de Jaebum.

- Bueno, como sea, yo vine para saber si lo que se rumorea es cierto.

- ¿Qué se rumorea? - Subin apoyó sus codos sobre la mesa y se inclinó ligeramente hacia adelante para hablar en un tono más bajo.

- ¿Te vas a China? - mis ojos se abrieron de par en par, incapaz de creer que ella supiese de la propuesta del programa y que, sin que yo hubiese respondido a la doctora Min, ya lo estuviese afirmando.

- ¿Quién te ha dicho eso? - Subin me mostró una sonrisa complacida, seguramente porque interpretó mi respuesta como una confirmación.

- Una enfermera pasó por la oficina de la doctora Min y te vio allí.

- ¿Una enfermera? - mi amiga comenzó a reír.

- Ga Young. - replicó. - Por eso quise confirmarlo contigo.

- Me hablaron del programa, pero aún no doy mi respuesta. - Subin chasqueó la lengua.

- ¿Qué tanto tienes que pensar? Es una oportunidad que solo se te presenta una vez en la vida.


x


- Ga Young. - la llamé al llegar al área de Cardiología. Ella volteó a verme sorprendida de que la estuviese buscando y al verme de brazos cruzados y con el ceño fruncido, me imitó.

- Esta no es su área, doctora Ross.

- La oficina de la doctora Min tampoco es tu área. - le dije en un tono calmado, pero firme. No quería armar escándalos, pero si dejarle en claro que no iba a permitir que se metiese en mi vida.

- No sé a qué se refiere.

- Deja de actuar, conmigo no te funciona. Ya sé que fuiste tú quien le dijo a todos que me iré a China.

- Entonces, ¿es cierto?

- Eso no es de tu incumbencia. - Ga Young rió burlona y sentí mi paciencia comenzar a agotarse. - Te lo advierto, Ga Young, no te metas conmigo.

- ¿Me está amenazando?

- Te estoy informando que si vuelves a hablar de mí, voy a tomar acción.

- ¿Qué es lo que podrías hacerme? - dijo, dejando de lado el respeto a la jerarquía en el hospital y su tono de voz de niña buena. - Eres solo una interna.

- No se trata de lo que te haga yo, se trata de lo que te harán las personas de cargos altos al enterarse que estás murmurando de otros.

- No es un crimen.

- Y tú sabes mucho de eso, ¿no? - Ga Young parpadeó un par de veces, desorientada por lo que acababa de decir. Pero no se expondría, no me diría directamente cómo había estado extorsionando a la familia Kim. - No lo voy a repetir, mantente alejada de mí.

- ¿Qué está pasando aquí? - exigió saber alguien a mi espalda. - Hazel, ¿te encuentras bien? - añadió, colocando su mano en mi brazo para llamar mi atención.


Yugyeom.


- Le estoy recordando a la enfermera Ga Young que es incorrecto hablar de otros a sus espaldas. - Yugyeom frunció el ceño y le dirigió la mirada a la mencionada.

- ¿Por qué hiciste eso?

- ¿Te vas a poner de su lado? - se quejó la ex novia de Yugyeom, cambiando su rostro desafiante por uno de víctima. - Está mintiendo.

- Tu palabra no vale para mí. - replicó el interno de Cardiología. - Deja en paz a Hazel, Ga Young.

- ¿Por qué habría de hacerlo?

- Porque no te conviene que salga a la luz que has estado extorsionando a mi familia a tan poco tiempo de dar tu exámen para ser doctora.

- ¿Có...? ¿Cómo sabes eso? - preguntó, abriendo los ojos de par en par.

- ¿Ni siquiera lo vas a negar? - le reprochó Yugyeom, pero lejos de sonar dolido, se echó a reír. - Qué poca verguenza tienes. - Ga Young agachó la cabeza. - No tengo nada más que decirte, Ga Young, solo que te mantengas alejada. - añadió, antes de tirar ligeramente de mi brazo para que nos fueramos.

- No pensé que fueras a decírselo. - Yugyeom se encogió de hombros.

- Le dije a mis padres que no vuelvan a darle dinero.

- Pero, ¿qué pasará con la foto?

- Si Ga Young la publica, nosotros publicaremos su extorsión. - explicó, mientras caminaba a paso firme por el pasillo. - Ella ni siquiera es doctora y todavía tiene que dar un examen para el que tienen en cuenta su desempeño, ¿quién crees que va a perder más?

- No sabía que existiese un lado oscuro de Kim Yugyeom.


x


Yugyeom me acompañó hasta la sala de descanso y luego, regresó a su área para continuar atendiendo a sus pacientes. Mi turno ya había terminado, así que podía irme a casa y prepararme para darle mi respuesta a la doctora Min al día siguiente.

Saqué mi bolso de mi casillero y me quité la bata que siempre usaba en turno para luego colgarla. Mientras lo hacía, no pude evitar pensar que, de aceptar la oferta de la doctora Min, esa podría ser una de las últimas veces que utilizara mi casillero en Yongdo.

Todo cambiaría si me iba, absolutamente todo. No tenía idea de cómo serían las cosas en China y eso me causaba ansiedad.

Mientras en mi mente seguía librándose una batalla, pasé por alto la presencia de una segunda persona en ese lugar, una persona que se acercó a mí por detrás y me abrazó con fuerza, como si su vida dependiera de ello.


- No te vayas, por favor. - susurró en mi oído con la voz entrecortada, haciendo que mi corazón se estrujase en mi pecho. - No puedo hacer esto sin ti.

- Jaebum. - balbuceé, volteando para verle mejor.

- No te vayas. - pidió una vez más con el rostro desencajado.




Él secó un par de lágrimas que habían escapado por sus mejillas y comenzó a buscar algo en uno de sus bolsillos. Cuando lo tuvo consigo, alcanzó mi mano y lo colocó en mi palma.

El anillo que me había regalado.


- Lo lamento, de verdad. Quise hacer lo que creí correcto, pero te dañé en el camino. - Jaebum acunó mi rostro con ambas manos y se acercó lo suficiente para que la punta de su nariz rozara la mía. Ni siquiera pude moverme, solo me quedé viendo fijamente sus ojos, esperando que continuara hablando y que mi corazón no dejase de latir en ese preciso segundo. - Eres la mujer que quiero, Hazel, y Xinya es solo un capítulo del pasado. Si decides quedarte, te prometo que me encargaré de demostrartelo y enmendaré mi error cada día.

- Siento que me estás haciendo elegir entre mi carrera o una relación contigo, cuando no debería ser así.

- Hazel, no te vayas. - insistió una vez más. - Quédate aquí, quédate conmigo.

- Jaebum, esto también es difícil para mí. ¿Crees que...?

- Te necesito, Hazel Ross, hoy, mañana y siempre.


Y sin más, se cumplió lo que en mi interior deseaba:

Jaebum me besó.

Pero aunque sentí como mi cuerpo se despegaba del suelo y llegaba al cielo, comencé a llorar porque sabía que ese beso no era un comienzo.

The Healer | Kim Yugyeom/Im JaebumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora