C U A T R O: capucchino.

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Jungkook sacudió su cuerpo un poco tenso luego de haber tocado el timbre de la casa en donde vivió por muchos años y de la cual no tenía muy lindos recuerdos de infancia.

Una mujer algo mayor abrió la puerta y seguido de una reverencia lo dejo ingresar a la residencia.

- Los señores lo están esperando en el comedor Joven Jeon.- la mujer lo encaminó hasta el amplio comedor y lo dejo ahí mismo para volver a sus labores.

Jungkook entró al lugar y luego de una reverencia tomó uno de los 12 asientos disponibles en la mesa.

- Mi bebé, ya eres todo un adulto.- recalcó su madre al verlo tan formal.- tan sólo debiste ponerte la ropa más cómoda, no tenías que ponerte ese traje, debes estar fastidiado de usarlos todos los días.

- Tengo una imagen que cuidar, madre.- un plato de frutas y cereales fue servido frente a él junto a una taza de café, tostadas y huevos.

-ajuum...- dijo su padre.

- Gracias por venir a desayunar, hace años que no venías. ¿Ya no quieres verme?

Jungkook suspiro llevando un pedazo de melón a la boca.- no me gusta tu casa, me causa un conflicto el ver tantas personas vivas y muertas.

- Basta Jungkook esas cosas no existen.- señaló el hombre que se había mantenido en silencio por un par de minutos. - Sólo es tu imaginación.

Jeon suspiro mirando a su madre quien dibujaba en su rostro una mueca y una mirada un tanto comprensiva.

Él lo entendía, entendía porque su padre no le creía y era válido, era válido no creer en algo que no puedes ver, pero ¿qué culpa se tenía él al llevar ese don? El tampoco disfruto sus días de infancia en esa casa cuando los fantasmas lo seguían y tampoco dejaban dormir.

Si, era su imaginación, quiso hacerse la idea de que era así, hasta que descubrió que podía tocarlos y ellos a él.

Tras terminar el desayuno, su madre le entregó un par de bolsas de café, café que habia traído de uno de sus viajes por el mundo y una compresa francesa. Incluso si pensaba que a su edad su hijo no debía a consumir tanta cafeína.

El joven sonrio levemente, dejó un beso sobre la frente de su madre mientras olfateaba el olor a vainilla que su progenitora desprendía y se dirigió en busca de un taxi.

Jungkook tras empezar con su fanatismo al café empezó a clasificar a las personas con los diferentes tipos de café. Y le era más fácil ya que la gente de su alrededor se reducía a 4 personas, su madre, su padre, Taehyung y él mismo.

Para Jungkook su padre era como el esspresso,  le costaba entender a su padre, a veces era lo que necesitaba, algo fuerte para despertar respecto al trabajo. Pero también era muy amargo y agrio como para no tener antojo de una taza del mismo.

Por otro lado Taehyung era como el latte , ligeramente amargo, o maduro , pero en lo personal un tanto infantil era la leche que lo hacía ligero, con poco de endulzante para hacer mejor  día de cualquiera, definitivamente para Jungkook, Taehyung era un latte de esos con los que puedes contar cuando hace frío o el clima es muy caluroso. Taehyung era ese que lo sacaba de su mundo laboral cuando lo veia tan cansado o ido.

ÉL se clasificó a si mismo como un americano. Tenía un poco de las características de su padre, pero definitivamente no se volvería más ligero con un poco de crema, según su forma de pensar. Él no agregaba a nadie y nada más a su rutina, y quizá el agua que volvía más ligera aquellas onzas de esspresso eran esas tazas de café que tomaba por las mañanas.

Su madre a quien nombró como capucchino.  Ella podía medir su dulzor, podía ser dulce como el infierno, pero también amarga.  La única que podía calmar a su padre y la única que tenía esa versatilidad en toda la familia. Jungkook no dudo ni un minuto cuando se decidió a declarase homosexual con su madre. Quien por su personalidad no rechizto en mostrarle apoyo. Cremoso, suave y reconfortante, como un capucchino. Aparte que su madre siempre olía a vainilla.

Llegó a casa minutos después, instaló su cafetera y se preparó una taza de café. Luego de deambular por toda su casa descalzo y portando aún su traje, tras unos minutos de pereza tomó una ducha para rehabilitarse de esa cansada mañana.

Al entrar a la regadera sintió las manos de alguien tocar su pecho. Se sobresalto y giró inmediatamente encontrándose con Rose.

-¿qué demonios haces aquí?

- Hola Rose, Hola kookie. ¿nos duchamos juntos? Claro.

- Hablo en serio.- alejo las manos de rose de él y se cubrió con sus manos.

- kookie necesito tu ayuda y tu sólo me ignoras. Te he dado mis recuerdo para que me ayudes.

-¿ y por qué no los vez tu y hacemos las cosas más fáciles?

- porque no me permitieron verlos.

- estupideces. Entonces sólo ve con el ángel de la muerte y besalo, para que recuerdes todo.

-Mmmm no creo que él quiera besarme.

-Mejor salte de aquí, déjame ducharme y ahora arreglamos tu asunto ¿ok?

Rose dio pequeños saltos y desapareció enfrente de él, kook suspiro sobrellevado y terminó de bañarse lo más pronto posible. Se dio la tarea de vestirse dentro del pequeño baño para evitar otra clase de momentos.

Cuando salió del baño se encontró a la joven  sentada en la cama con las piernas cruzadas mientras miraba hacia la ventana y se abrazaba a si misma. Giró apenas la vista hacia jungkook y suspiró.

- es muy extraño todo esto. Llevo casi 3 años aquí, divagando.- miró al Castaño.- me quiero ir. Estoy cansada y molesta conmigo misma. No se que necesito para ya irme. ¿Por qué tengo que ir hacia mi ex cuando apenas y se como se llamaba?

- No lo sé Nonna. Quizá él tenga la respuesta y te ayude. Por algo te están mandando con él. - Jungkook caminó a paso lento hacia ella y se sentó a su lado.- bueno veamos esos recuerdo de nuevo.- sonrio para Ella, rose limpio una lágrima que se había escapado y se giró hacia él.

- Lamento que tengas que ver las escenas del baño.- rió apenas. Jungkook sonrio y asintió indicándole que prosiga y cerró sus ojos.

La chica parpadeo un par de veces colocó ambas manos alrededor del rostro del menor.

Jungkook suspiro cuando en las oscuras imágenes se formaron recuerdo en primera persona. Imágenes variadas iban y venían. Ellos comiendo, durmiendo juntos, discutiendo. En un concierto, flashes de la sonrisa del Chico, algunas palabras. "Te amo, Rose." Se repetía una y otra vez.

"Casate conmigo"

"Te amo,Yoongi"

"yoonie"

"Yoongi oppa"

"Yoongi"

"Yoongi"

Jungkook vio el rostro del Chico, la sonrisa dental ahora tenía rostro, el cabello rubio, ojos pequeños y piel extremadamente blanca resaltaban en él. Kook suspiro y despertó justamente cuando vio el rostro del Chico lo suficientemente cerca de él,  punto de besarlo.

Rose se le quedó viendo sorprendida debido a su repentina alteración.

- ¿estas bien kookie? ¿viste de nuevo la escena del baño? Oye lo siento, no es mi culpa.

-Yoongi.- suspiro agitado.- su nombre es Yoongi, nonna.

C A R A M E L  M A C C H I A T O.               [ K O O K M I N]☕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora