CAPITULO 10

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Sweet Dreams - Emily B.

Son varias cicatrices que abarcan desde el inicio de su espalda hasta el final de esta justo en donde empiezan sus caderas.

- ¿Qué te sucedió? – detengo el beso mientras tengo su rostro entre mis manos.

- Es lo único que no voy a decir de mi pasado – de repente su mirada ha cambiado a una que refleja un estado de furia.

- No parecen que te las hubieras hecho accidentalmente.

- Dije que no iba a decir nada – se aleja de mi mientras toma su camisa de la arena. Mi pregunta lo ha cabreado y le doy la razón yo también reaccionaria de esa forma si alguien intentara fisgonear en mi pasado.

- Es mejor regresar a casa – dice mientras saca sus llaves del bolsillo de su pantalón y decido bajarme del capot del auto acercándome a la puerta de este.

El camino hacia la mansión es silencioso, no sé qué pueda ocultar respecto a su vida y a esas heridas, pero parece que no quisiera recordar nu un segundo o instante de ella, ni siquiera un trozo de esta.

- No lo hago con nadie – responde mientras tiene sus manos fijas en el volante-. – No le menciono a nadie de mi pasado.

- No tienes por qué darme explicaciones de lo que sucedió, sé que fue algo incómodo el preguntar.

- Tú no tienes nada que ver en mi reacción, es la parte que quisiera mantener en lo mas oscuro de mi corazón. ¿Puedo preguntarte algo?

- Adelante.

- ¿Porque te has quedado con ese tipo, porque rechazaste que vinieras conmigo?

- Aunque te cueste creerlo, Alejandro ha sido el único que me ha ayudado cuando me via perdida en lo que hacia Georgia, le debo mas que dinero, son sus impulsos lo que lo hacen actuar de esa manera, no podía dejar a alguien que me ayudo, no seria una forma correcta de agradecimiento.

- Pero aun asi ese bastardo te ha dado condiciones, se niega a que te vayas de su lado.

- Las personas aveces pensamos que mantieniendo a alguien a nuestro lado incluso sin el mismo sentimiento de por medio basta para ser felicies, y al final terminan lastimándose asi mismos. A Alejandro le cuesta aprender eso, puede ser frío, testarudo y hasta distante. Pero es un buen hombre en el fondo, y sinceramente espero que algún día encuentre lo que tanto busca en una mujer.

- ¿Cuanto le debes a ese tipo? – enarca una ceja molesto-. – Lo pagaré por ti.

- Entonces ahora te debería dinero a ti – esbozo una sonrisa.

- Sin duda es mejor que deberle dinero a ese idiota y esar bajo un contrato de un año sometida a lo que diga.

- Es mejor no deberle dinero ni a ti,ni a él. Ni un centavo. Y debido a que he tocado el tema del centavo, tengo uno que te pertenece, te lo devolveré.

- Dije que podías quedártelo – guiña un ojo.

- ¿Que se supone que haría con un centavo de las islas caimán? – enarco una ceja.

- Uhm.. ¿gastarlo en las islas caimán? – responde gracioso.

- No estamos en las islas caimán.

- Pero podemos ir, tengo una propiedad allí, y un edificio que necesita una que otra sugerencia femenina para mantenerlo en orden.

- En primer lugar no iria contigo a las islas Caimán, tengo trabajo, y en segundo lugar no se nada de empresas.

- Soy el que esta a cargo de la casa, te doy permiso, y no importa que no sepas nada de administración, solo quiero que vayas, te sentara bien.

El arte de tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora