CAPITULO 26

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Ben Cocks - So Cold

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Ben Cocks - So Cold

Dedicado a:LizRabbit_1998

Me sentía impotente en esos momentos de saber que Georgia estaba a tan solo centímetros de hacerme daño, no solo a mi, sino a mi bebé, sollozaba en esa cama sin poder moverme de mi posición aunque lo intentase no había nada que pudiera hacer para que salvara mi hijo.

Temor, miedo y horror. Todo eso se había juntado en mi, tenía miedo de mi hermana. No sabía que hacer más que rezar para que nada pasara.

- Georgia por favor no lo hagas te lo pido – lloro tratando de que se arrepienta.

- ¡Cállate! ¿no escuchas las voces? Es lo mejor para ti, ese bebé es un problema – su mirada es extraña, no es lúcida es como si fuera otro ser se mueve nerviosa de un lado a otro.

- Amo a mi bebé, si lo quiero tener, aléjate de mí - gruño moviendo la cama con mi propio peso.

- Si sigues moviéndote te caeras y será mucho peor.

- ¡Sueltame de una maldita vez!

Ella sigue con su decisión loca de acabar con todo hasta que algo la detiene.

- ¿Victoria estas acá? – la voz de Andrey se escucha a las afueras del cobertizo.

- ¡Andrey! – grito y ella me mira sin saber que hacer.

- No te muevas - gruñe entre dientes.

- Vick... ¿Victoria estas ahí?

- ¡Ayuda! - Georgia mira a través de la ventana y maldice antes de volver a fijarse a un lado de la cama-. ¡Andrey!

- ¡Voy a abrir esa maldita puerta! - empuja varias veces sin abrirla-.  ¡Por un demonio! – escucho como se detiene y posterior a no abrirla un disparo acaba con la cerradura que sale disparada, sus ojos verdes se encuentran con los míos azules llenos de lágrimas acumuladas y amenazantes de salir-. ¡Aléjate de ella! – la furia se refleja en sus ojos, su cuerpo baja y sube es como un lobo sediento de sangre, le apunta a Georgia quien deja caer la jeringa al suelo y se acurruca como una niña sollozando.

- Gracias al cielo – respiro aliviada, Andrey se acerca sin dejar de fijar su arma en Georgia, me logra desatar de la cama y me hace detrás de él.

- ¿Estás bien? – pasa su mano por mis muñecas lastimadas y cortadas por las cintas-. Te cortaste. ¡Maldita infeliz como has sido capaz de ello!

Todo se vuelve negro y posterior a eso caigo desmayada en sus brazos.

La sensación de mareo y el martilleo en mi cabeza hacen que abra de golpe mis ojos. Lo último que recuerdo es a Georgia como una loca acercándose a mí, a Andrey enojado y furioso, y el como caí desmayada en sus brazos.

- ¿Cómo te sientes? – su voz aparece de la nada y es suave, calmante, relajante y melodiosa.

- Mareada y con dolor de cabeza – respondo incorporándome en la cama.

El arte de tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora