Es hora

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Como de costumbre estoy en un árbol cerca a un a acantilado, podría decirse que es mi lugar favorito para meditar, pero en vez de eso, estaba irritado, me entere que el maestro zed había fallado es su expedición quizás en donde y que había perdido a mucho acólitos en el intento de reunir poder mágico quizás para que cosas. No se sabia nada de el desde entonces, era como si la misma tierra se lo hubiera tragado

Veía ese gran paisaje verde y colorido desde el árbol, era una gran distracción para mi inconformidad pero aun así Rhaast podía sentir mi rabia

 - Párese que tu querido maestro no es la gran cosa -

No preste atención a su burla, mas bien no me cabía en la cabeza la solo idea de que el maestro zed halla perdido, si tan solo hubiese estado allí, sus planes se habrían cometido, en vez de eso, solo me dejo a cargo de los novatos, los templos y a guarda espaldas de Syndra, sabia que era necesario cuidar el templo, ya que los kinkou estaban al acecho, pero aun así, quería salir a matar a algunos noxianos 

- Me moriré de aburrimiento kayn, vamos salgamos a matar a alguien- Dice rhaast 

-Aun no!- conteste. La verdad estaba de acuerdo con el pero debía acatar con mi orden - hasta que no llegue zed no podremos a ir a matar a noxianos - Bastante irritado le conteste 

-Ohh!me agrada esa parte, pero esperar e tu maestrucho es una mierda -

En eso llego un acólito de syndra,una chica me buscaba entre el bosque, por lo que veo ella aun me tiene entre sus ojos, no sabia exactamente como descubrió donde estaba, fui a donde se encontraba la chica, era una de las mejores discípulas, pero a diferencia de syndra, esta tenia el cabello castaño, no la había visto nunca y traía un mensaje al párese ser un recado del maestro zed pensé.

Maestro Kayn- me dijo, me sentí bastante alagado, pero debía actuar como tal, ya que mi reputación dentro del clan, es tan alta como la del maestro, al parecer ella también se entero de lo sucedido

-No soy tu maestro niña- le conteste,

 - Jajaja ella solo es condescendiente conmigo su futuro maestro rhaast - me dice

 - no seas iluso rhaast. Tu no seras maestro de nadie-

La acolita de syndra me miraba raro, ya que no sabia si le hablaba a ella, no la culpo, ya que solo yo soy capaz de escuchar a rhaast, me dispuse a desenvolver el pequeño rollo que traía por lo que leí del mensaje me necesitaban en el templo, al parecer los maestros necesitaban de mi.

Quien lo diría, esto nunca había sucedido antes - Mi maestra syndra también requiere de su presencia, maestro kayn - esto no tenia buena pinta, no creo que le hallan dicho que me dijera así, pero podía sentir que lo hacia por gusto

- porque insistes en decirme maestro, no soy tu maestro - le dije

- Tal vez ya es hora - me contesta , mirándome con una sonrisa picara, yo le sonreí de vuelta, en ese momento sabia que tenia que ser mía, en algun momento que no viésemos de nuevo.

Ahora solo tengo que comenzar a planear mi gran escalada y convertirme en el nuevo sucesor de las sombras, mi cuerpo se estremecía, mi tiempo a llegado.

- No te precipites muchacho, sabes que no podrás conmigo -
me dice rhaast, yo solo lo ignoro ya que solo era cuestión de tiempo para hacerme con su poder, sabia que no podría bajar la guardia

Si no me equivoco, ya media jonia debió enterarse de lo de el maestro zed, esos vastayas son seres muy bocones, me agradaría enfrentarme a quienes osaron desafiar la orden, seria un gran calmante para la sed de sangre de rhaast, así dejaría de molestar, así como cuando le dimos una paliza a ese demonio de lujuria que merodeaba mi territorio de vez en cuando.

En ese momento decido partir primero ir al templo flotante de syndra, la conozco muy bien y nunca me llama si no es extremadamente necesario.

En el camino note que alguien me seguía, hice que la aduladora discípula de syndra se adelantara.

- se que esta ahí, revelate -

  Ohh si una pelea, vamos kayn acabemos con su vida - me dijo rhaast mientras me refería al intruso escondido entre la maleza del bosque, de ella salio una vieja amiga.

- sabes que no puedes sorprenderme akali - rechistando dije

-  Me entere de tu maestro ¿no te de vergüenza?  eres demasiado fuerte como para poner tu destreza a ordenes de maestros innecesarios - tal vez tenga razón pensé, por lo que veo si era cierto akali abandono la orden kinkou.

- ¿Que quieres akali? - mirándome directamente se quita su antifaz, baya se me había olvidado lo hermosa que era akali

- quiero que desertes de la orden de las sombras - me contesta, era una respuesta estúpida tanto que me enoje

- ¿Para que? para unirme a tu causa, al fin y al cabo solo quieres reclutas para convertirte en lo que mas odias, niña tonta! - del gusto de volverla a ver me paso recordarme lo inconforme que estaba.

- ¿Que harás? ¿¡Te volverás en un monstruo como lo es zed!? - me miro con ira

- sabes que no soy como el, como tu no eres como tu madre -

- no metas a mi madre en esto - era una situación muy tensa hablar después de tanto tiempo y mas como terminamos nuestra antigua relación, ahora solo piensa que estoy loco menuda mierda! pensé - vamos no es para tanto - tratando de calmarla, en eso se sienten ruidos a los alrededores y de las sombras llegan ¿refuerzos? Acólitos de la sombras cercaron el área alrededor de akali, pero el ultimo que necesitara protección de akali era yo.

- por lo que veo, esto ya no tiene reversa ya comenzaron los preparativos, es una lastima espero que la próxima vez que nos veamos, no seamos enemigos kayn, me dolería mucho si tengo que acabar contigo-

- Jajaja, no seas ingenua akali ni por dieras para acabar conmigo te considerara mi enemiga, nuestro tiempo fue muy valioso - me mira satisfecha y se va entre los arboles.

Ahora si, es mi turno de demostrar a la orden que soy digno de la sucesión de las sombras.

La sucesión de las sombrasWhere stories live. Discover now