La sucesión de las sombras

Peligrosa Honestidad

Irelia estaba totalmente prendida en lujuria, movia sus caderas de fogosa manera, tomo mis brazos, y las paso por su espalda, para terminar tomándole por su delgada cintura, no separaba sus labios de los mios, mientras jugaba con su lengua, moviendo esta de manera circular en mi boca, con su mano derecha tomaba mi nuca, mientras la otra la escurría por mi pecho, bajar hasta mi abdomen y seguir bajándola a gusto, cuando por fin encontro lo que buscaba, lo tomo, y los comenzó a manipular a placer, luego de ello jalo mi cabello, provocando que nos separáramos de lo que parecia ser un apasionante beso, un hilo de saliva tendia de sus labias al separarse de los mios. En irelia se notaba el fuego de sus ganas por hacerlo, la temperatura de su furor era tal, que un leve vapor salia de su boca, al combinarse con el frio de la noche, ella sabia que no podríamos hacerlo a gusto en el lugar en donde estábamos, por lo solo debía conformarse con esa estimulacion, su expresión corporal denotaba todo lo que pensaba hacerme, en sus infinito deseo de lujuria que podia ver en sus ojos

- ¿Ahora quien es la borracha? - resumi a todo aquello que sucedia, mientras aun trataba de llenar mis pulmones de oxigeno, su beso me dejo literalmente sin aliento

- Lo admito, pero ahora tengo una excusa para cuando karma se entere - ella al igual que yo, respiraba con dificultad, a causa de lo anterior

Todo daba a lugar que mis suposiciones eran correctas, el vino, ese especial "vino" no lo había traído por casualidad o por ociosidad al alcohol, vino de uvas rojas 15 años de pallas, de las reservas personales de mi maestro zed, cual tiene un inusual efecto afrodisiaco en el genero femenino y las pones mas honestas de lo usual, en otras palabras, las ponia a "hablar" de la excitación, en cierta forma era vino de la verdad, para ellas en cierto modo

Irelia buscaba con su mano la cantimplora, y al encontrarla, le dio otra buena probada

- Este vino esta exquisito - dijo mientras tomaba otro sorbo

- Toma el que gustes, aun tengo mas en mi mochila- en parte, entre mas tomara, mas sinceras sus palabras serian, sin mencionar el otro efecto secundario que tenia la bebida...

Cuando de pronto el ambiente comenzó a cambiar, de un momento a otro senti que me observaban, y rhaast tambien se dio cuenta de esto. El viento soplaba de manera inusual y un extraño escalofrío paso por mi cuello, hasta mi columna vertebral, un mal presentimiento paso por mi mente, como si algo no encajara del todo en este rompecabezas. Una visión paso en frente de mis ojos. Me encontraba en el punto mas algido, por un momento deje de estar con irelia, y ahora me encontraba en la sima de una colina. Mi colina, donde siempre reposaba para admirar el pacifico paisaje de mis dominios. Otro flash paso, y ahora me encontraba encadenado, viendo a lo lejos una feroz batalla, las planicies ardían en fuego abrazador

Volvi donde estaba, y aun tenia a irelia encima de mi, viéndome con los mismo ojos de antes, gire mi vista hacia rhaast, y tenia mi mano libre sobre el agarre de la guadaña - ¿sera que el tambien lo vio? - me pregunte, y de nuevo, surgió ese mal presentimiento que carcomia mi mente, una gota de sudor resbalaba sobre mi mejilla, y la vi de nuevo, conocía a la perfección esa sonrisa, esa "cinica" sonrisa

- Entonces... ¿Estoy rodeado? -

Ella no dijo nada, en vez de eso volvio y me beso con pasion

- Eso depende - dijo - si estas dispuesto a colaborar - agrego despues

Me intrigaba en parte, que queria - ¿En que? - pregunte

- Quiero darte a luz un hijo... pero quiero que renuncies a aspirar al shogunato, mientras nace este - Irelia después decir aquello se tapo la boca, incredula de la que había dicho, solo sonreí ante tal confesión. "El vino había echo efecto"