Eliza salió del taxi después de pagar la tarifa que el taxímetro marcó y se preguntó porque Alicia habría elegido un lugar tan alejado para quedarse.Se quedó allí de pie y miró hacia arriba, impresionada ante la altura de aquel edificio; una muralla acrisolada que se levantaba majestuosa hasta el mismo cielo y en cuyos cristales, la luna iba reflejando sutiles notas de colores cambiantes y caprichosas ante el efecto de las pequeñas nubes siendo movidas por la brisa en el cielo.
Imaginó que desde arriba las vistas del parque y el mar al fondo debían ser mucho más impresionantes que en su cabeza y sonrió al comprender que Alicia después de todo era una romántica.
Suspiró.Estaba nerviosa. No había dejado de estarlo desde que volviera de Australia. ¡Qué diablos! Desde mucho antes incluso. Desde que sus ojos se encontraran por primera vez a través de ese espejo y es que desde esa noche su vida había dado un giro de 360 º y en lo único que pensaba y existía era en Alicia.
Tan solo que ahora ese nerviosismo hacía que su corazón bombeara con mucha más fuerza bajo su caja torácica, golpeándola y haciendo que le faltara el aire.Había meditado bien lo que haría mientras se duchó y eligió su ropa cuidadosamente.
Quería impresionarla, sin duda pero solo se le ocurrió vestirse de forma similar a como lo hizo esa misma noche, rememorando de alguna manera ese encuentro.
Así que eligió una camisa blanca, manga sisa, que abrochó en su cuello con una corbata. Una chaqueta gris y un pantalón de pinza negro.-Ahh!... Alicia...es increíble cómo me haces sentir... - dijo en voz alta mirando su reflejo en la ventanilla de un coche aparcado a unos metros de la entrada.
Al final, lucía como una autentica ejecutiva, aburrida, seria, formal aunque el pelo suelto, caprichosamente despeinado sobre sus hombros, le daba un toque algo desenfrenado.No había querido arreglarse demasiado para no parecer ostentosa pero ¿qué era demasiado?
De cualquier manera su visita nunca podría ser considerada casual o improvisada, ni siquiera producto del azar. Si no algo meticulosamente calculado, una encerrona en la que Eliza pretendía atraparla y satisfacer todos aquellos deseos reprimidos durante el tiempo en el que no se habían visto y poniendo como excusa la afortunada petición de Jon para que hablase con ella.Pero... Alicia ¿Estaría en casa? ¿Estaría sola? ¿Habría cenado? ¿Esperaría a alguien? ¿Que le diría?
Justo inició su paso decidido hacia la entrada, con todas aquellas preguntas saltando entre la razón y la locura dentro de su cabeza y entre la emoción y la duda de cómo tomaría Alicia su visita a pesar de haber metido la pata, cuando vio salir a alguien del interior del edificio.
—...No... no puede ser -expresó en voz baja. Se quedó perpleja, pasmada, como si acabase de ver a un fantasma.
No podía ser que ese tal Dorian se apareciera delante de sus ojos, justo otra vez. ¿Qué significaba aquello de nuevo?Reaccionó cuando él caminó en su dirección, abstraído con el teléfono movil en su mano.
Al sentir la presencia de alguien más, levantó la vista y la miró directamente, como podría haber mirado a cualquier otro desconocido, supuso, por que no mostró ningún gesto o expresión en su cara; a diferencia de ella, que sentió el calor ahogándole hasta el punto de necesitar aflojar su corbata.
Cuando se cruzaron la saludó educadamente, cortés.—...Buenas noches...-respondió Eliza de la misma manera y se volvió para ver como éste se alejaba y se subía en el mismo coche en el que ella se había mirado unos segundos antes.
Seguramente él no la conocía pero Eliza sabía bien quien era él.Sintió una punzada profunda y envenenada de una inquietud que le hizo temblar y odiar a los mismos astros que tanto había amado un tiempo atrás, no muy lejano.
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VOLVAMOS A VERNOS [[FINALIZADA]]
Romance[[[COMPLETA]]]. Eliza, a causa de un accidente, perdió su memoria y no recuerda su vida antes de los 20 años. A pesar del tiempo y de todos sus esfuerzos no será capaz de recordar nada, lo que la lleva a mudarse y empezar su vida de nuevo como actri...