Cap.8

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Eliza y Jon hablaron alrededor de cuarenta minutos, los que Alicia controló, minuto a minuto, en el reloj de su teléfono.
Los observaba desde la mesa mientras Mikel le hablaba de otros temas para matar el tiempo.

Jon había llevado a Eliza varios metros más allá, a una distancia no muy alejada, donde Alicia podía ver los gestos de ambos, pero lo suficientemente distante, y desde la que hablarían sin que Mikel o ella pudieran oírles.
Y aunque Alicia hizo un esfuerzo por agudizar su oido para captar una palabra o frase que le diera alguna pista sobre lo que estaban hablando, el ruido del trafico recurrente de la gran avenida, junto con el murmullo de la gente en un ir y venir, hizo que no le fuera posible.

Jon parecía molesto y le decía algo a Eliza a lo que ella respondía con el rostro serio y negando con su cabeza, como si no le importara algo y Jon se echaba una mano a la frente más molesto aún si cabía ante la notoria indiferencia de ella.

Entonces Jon, relajó la expresión de su rostro y la miró con mucho cariño mientras que Eliza bajaba su mirada al suelo e intentó abrazarla pero ella no quiso.
Decía no con la cabeza y aunque no podía verle la cara, porque estaba de espalda y el pelo le cubría su rostro agachado, Alicia supo que ella estaba llorando.

Un nudo en el estómago le hizo sentir ganas de mandar de vuelta el vino que había bebido a su copa de nuevo y sintió el impulso de salir corriendo a por ella y abrazarla, consolarla y protegerla. Pero ¿quién era ella para hacerlo después de todo?
Si ni siquiera había aceptado los brazos de Jon, con el que supo, con certeza, que tenía algo; entre otras cosas porque tenían el aura de una pareja de enamorados discutiendo por algo importante en mitad de la calle y porque no hacía falta ser muy listo para ver que Jon sentía algo por ella.
Lo que confundía a Alicia era lo que Eliza sentía.
Y no podía quitarse de la cabeza, lo real que era todo y lo increíble, como si realmente existiera un algo llamado destino que lo explicara todo.

Le confundía como Eliza había actuado la noche del restaurante en un te conozco pero no te recuerdo y la forma en la que luego ella se entregaba sin poder evitarlo.
Extraño aunque no contradictorio.

Entonces pensó en James y lo que le había dicho, sobre perder la memoria y una duda nubló su mente. ¿Podría ser posible que Eliza tuviese amnesia?
Eso sin duda lo explicaría todo, la sensación de reconocerla y no encontrar ese archivo en su memoria donde debería conservar los recuerdos que la amnesia se habría llevado.
Y quizás también explicaría el porque ella había reaccionado de esa manera a sus besos y a sus manos, en un impulso inconsciente y desesperado de su cuerpo, que le decía que Eliza en el fondo no la había olvidado.
Fue consciente entonces, en su cuerpo desnudo, de las cicatrices repartidas por su vientre y su pecho, diminutas algunas de ellas y muy visibles algunas otras y la cicatriz de su frente.
Todo encajaba desde ese punto de vista, pero Alicia no podía creer que fuera ese el motivo por el que todo estaría siendo tan extraño.
Como sea, esas cosas solo pasan en las películas o en los libros aunque eso no descarta que no ocurriesen en la vida real. Pero ¿cuando perdió su memoria?
No podría saberlo si no le preguntaba o si ella no le decía abiertamente.

-¿Cual es el punto exacto de todo? -quiso saber Mikel porque aunque Jon le había contado que quería a Alicia para que hiciera una representación Lgbt, y lo que eso podía implicar, no conocía la historia demasiado - me refiero a la historia, ¿de qué trata?

Alicia salió de sus pensamientos de golpe. Mikel la miraba intrigado por saber que se estaba perdiendo.

-Seria mejor que le echaras un vistazo a la primera temporada por ti mismo.

-Venga Alicia, cómo si tuviese tiempo de hacer un maratón comiendo palomitas! -se quejó.
Ella rodó los ojos y suspiró. No quería perder detalle de Eliza y Jon pero Mikel la miraba, suplicando como un niño por su piruleta.

VOLVAMOS A VERNOS [[FINALIZADA]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora