Cap.27

2.8K 226 49
                                    


El día amaneció lluvioso aunque no lo suficientemente apoteósico como para que Jon solo decidiera pararse a contemplar la lluvia y cancelar los rodajes.

A las ocho en punto, Alicia estaba ya vestida y sentada en maquillaje.
Había madrugado casi tanto más que la propia maquilladora, quien llegó alrededor de diez minutos más tarde de lo que Alicia lo había hecho.
Claro que a ella, no le había costado trabajo lo de madrugar, básicamente, porque no había pegado ojo en toda la noche.

Al cerrar los ojos, ya en su cama, aún con todo ese olor, entre las sabanas, el de sus cuerpos y todos esos sentimientos sudados por cada poro de su piel y de sus almas en una noche que no olvidaría tan fácilmente; seguía viendo las marcas en el cuello de Eliza en el momento en el que ella le pedía que se alejara; sus pupilas frías como un glaciar y que habían evitado en todo momento el volcán de su mirada, temiendo perderse la una en la otra en un viaje de ida sin vuelta; y todas esas lágrimas que hubiese deseado beber si ella le hubiese dejado.
Tonta.
¿Por qué Eliza la apartaba a la primera de cambio?
¿Por qué no arriesgarse aún así, a sabiendas de que lo que había y podría haber entre ellas superaría cualquier obstáculo? ¿Acaso el destino no estaba siendo claro con Eliza como lo estaba siendo con ella?

Para Alicia no había duda.
Ellas estaban conectadas, destinadas a encontrarse todo el tiempo y a amarse, aún si el mundo se viniera abajo en mitad de cualquier Apocalipsis zombie o radiactivo o Alienigena que pretendiese acabar con todo, menos con su amor, con el que no podrían; porque Alicia estaba dispuesta a todo por ella y creyó que Eliza lo había entendido de la misma manera.
Pero esos palabras, la habían apartado.

Lo entendía, lo comprendía muy a su pesar; por Dios que la entendía tanto que no podía hacer otra cosa que ser fiel a sus deseos, respetar su decisión y demostrarle que aceptaba cada palabra suya, fuera cual fuese pero ¿hasta cuando?.
Hasta que Eliza entendiera y admitiera que era inevitable lo que había nacido entre ellas dos.

Los primeros momentos del rodaje, solo vio a Eliza a lo lejos, junto con los chicos, Bob, Marie y Lindsey. Ella parecía no verla a pesar de los esfuerzos de Alicia para que sus miradas se cruzasen aunque fuera un solo instante.
Era inmune a su mirada y a su energía suplicándole a todos los astros que Eliza levantase la cabeza para encontrarse con sus ojos en el preciso momento en el que Alicia la miraba.
Se apoyaba en los chicos,  formaban una piña y le agradó al menos verla sonreír en más de una ocasión con esa sonrisa que llenaba su vientre de mariposas y de un poco de tristeza.

En esa primera escena que Alicia rodaba lo hacía sin ella y eso la impacientaba.
Actuar con ella era, por el momento, la única manera de que Eliza no la evitase.
Necesitaba ver su reacción pese a todo, mirarla a los ojos y comprobar hasta qué punto Eliza se había alejado.

En su recuerdo, Eliza era más intrépida, rebelde y temeraria, espontánea, alguien que no se frenaba fácilmente. No había sido una adolescente común como otra cualquiera, no como todas las que Alicia había conocido.
No como la propia Alicia, quien se crió entre normas en un colegio privado exclusivo de chicas, las cuales en su gran mayoría , eran chicas de buena familia y buenos modales, preocupadas más en dejar claro la clase a la que pertenecían que cualquier otra clase de cosa.
Por eso que amase pasar los veranos en la reserva de su abuelo en cuanto que era el único sitio en el que Alicia podía ser ella misma sin que la cuestionaran de ninguna manera.
Aún así, siguió siendo tímida, muy prudente y correcta hasta el día que la conoció.

Con Eliza, Alicia entendió dos cosas. La primera, que las normas estaban para saltárselas y que la vida había que sentirla y vivirla muy diferente a como ella lo había hecho hasta ahora.
Y la segunda que el amor era un sentimiento loco, difícil de controlar y que ciertamente, era ciego y no entendía de edad, de género o de nada que lo definiera o lo detuviese.
Había sido por Eliza que ella sintiera latir su corazón con mucha más fuerza.

VOLVAMOS A VERNOS [[FINALIZADA]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora