TEMPTATION |+18|KSJ|JJK|

Ocho

           

Jin se detuvo por un segundo para poder admirar aquel rostro tan perfecto y recibió de ella un pequeño quejido

-Por favor no te detengas- rogó con sus ojos aun cerrados mientras mantenía sus manos en el rostro de Jin -No pares porque si lo haces mi conciencia tomara acciones en mi cuerpo y tendré que hacer lo que la razón me ordena-

Y no, aquella noche en la que el cielo era oscuro y el frio vigoroso, lo que menos quería Jin era detenerse, pues mientras pasaba lentamente sus manos por el cuerpo de Rose se auto admiraba más por haber soportado haber estado lejos de ella durante todo ese tiempo.

Jin camino sin despegar sus labios de ella hasta la habitación de Rose, hace tanto tiempo no había estado en ese lugar pensó, pero todo seguía tal y como lo recordaba, la coloco sobre la cama con tanta suavidad como si tuviera miedo de lastimarla  como si ella fuera de cristal y fue bajando el cierre de su vestido, siguió dejando cortos besos por el cuello de ella mientras Rose contemplaba aquel rostro que solía amar ver por las mañanas cuando se quedaban juntos, con aquellas pestañas perfectas y esos labios tan deseables, Jin quito el vestido por completo empezó a sacar su camisa, pues incluso con la noche tan fría sus cuerpos parecían solo necesitar el calor del otro para estar bien, Rose llevo sus manos hacia la hebilla del pantalón de Jin y la desabrocho dejando caer el mismo y viendo como bajo este se encontraba una gran erección que rogaba por ser tocada, su cuerpo se deslizo de la cama hasta que sus rodillas chocaron contra el suelo y Rose fue bajando aquella ultima tela que aun cubría el miembro de Jin, mordió su labio y su respiración se aceleró,!levanto su vista encontrándose con la mirada de Jin, tan insegura como aquellos días en los que él le decía que estaba bien que no era necesario que lo hiciera y ella insistía pues también creería darle placer como él siempre hacia, sin desviar la mirada se metió por completo el miembro de Jin, haciendo que él gimiera, y botara su cabeza hacia atrás, aquella sensación producida por Rose era increíble, cada lamida y juego que ella realizaba con su lengua eran fascinantes, aunque no podemos negar que la práctica hace al maestro y Rose había tenido mucha practica junto a Jungkook.

-Si así, ah- gemía Jin tomando a Rose del cabello, empujándola con sus caderas, se sentía tan embelesado por sus acciones

Pero la detuvo pues no quería ser el único que disfrutara y la levanto de un solo movimiento tumbándola en la cama, dejo un beso en sus labios, y fue bajando, llego a sus pecho y quito el broche de su brasier, boto la prenda y llevo sus labios a los pezones de ella, dejando suaves besos y luego empezó a dar lamidas en uno de ellos y con su mano apretaba el otro pecho de Rose, esto hacia que el cuerpo de Rose se agitara. Jin dejo de lado los pechos de ella y continuo bajando pasando por su abdomen, se detuvo cuando llego a su intimidad y dio un leve beso en aquella ropa interior que se encontraba húmeda por las acciones que él mismo antes había realizado, hizo a un lado su ropa interior llevo sus labios a la intimidad de ella, dio ligeras lamidas, para luego empezar a introducir su lengua, algo que hizo que Rose gritara el nombre de Jin con desespero, pues a pesar de todo el tiempo que había pasado él aún seguía conociendo aquellos lugares que tanto la hacían gemir, Jin fue dando pequeños golpecitos con su lengua para mayor intensidad, Rose tuvo que adherir sus manos a las colchas bajo su cuerpo pues con aquellas acciones su espalda se iba arqueando y sentía que iba a desfallecer.

-Jin- grito entre jadeos y desesperación pues se sentía muy cerca del orgasmo, lo jalo de los hombros para que parara sus acciones

Y esa era más que una señal, de lo que Rose quería, Jin subió su cuerpo sobre ella y mirándola a los ojos esperando otra confirmación, al recibirla fue entrando en ella mientras sus manos se entrelazaban y su cuerpo se hacia uno, aquello era como un sueño que parecía casi irreal, con sus miradas conectándose he intentado hallar respuestas que ninguno quería dar, pues hay verdades que siempre están ahí pero uno prefiere evitarlas, porque las personas siempre se  protegen, incluso cuando dicen que no dicen algo para no hacer daño a las otras personas, lo que verdaderamente hacen es no decirlo para luego no recibir las consecuencias por sus acciones, y nos engañamos creyendo que hacemos lo correcto, pues si no fuera de esa manera como es que lograríamos concebir el sueño por las noches, sabiendo que a diario herimos a los demás ya sea indirectamente o no.

Pues mientras ambos recuperaban aquella sensación que parecía ser imposible conseguir en otro lado, el invierno haya afuera se hacía presente con la primera nevada.

Rose levanto su mano y acaricio el rostro de Jin, ahí estaba su mayor pecado, ahí estaba aquel hombre que sentía que no podía amar pero tampoco conseguía odiar, porque cuando el mayor placer que su cuerpo sentía se acercaba su mente no le permitía analizar lo que estaba bien y las consecuencias que repercutirían en un futuro.

Pues al llegar al orgasmo con su cuerpo vibrando Jin se dejó caer alado de Rose, porque ahí era donde estaba su medicina, su droga, aquella la cual le permitía sentir que los errores del pasado eran irrelevantes y lo que más importaba era el futuro, Rose lo beso y escondió su cabeza en el pecho de Jin mientras este acariciaba su cabello.

-Te extrañe- susurro con melancolía antes de echarse a llorar

-Yo también te extrañe- respondió Jin abrazándola mas fuerte -Pero ahora estoy aquí y no te volveré a dejar- confirmo sin saber que en realidad las lágrimas de Rose eran porque aunque ahora él estaba a su lado ella no podría estar con él

Y como los viejos tiempos Rose lloro en sus brazos hasta quedarse dormida, mientras Jin agradecía al cielo por haberle dado otra oportunidad para que su amada estuviera con él, porque no era tonto, pues sabía que así como el destino te da de la misma forma te quita y estaba más que seguro que su amor no sería fácil.

Y efectivamente el invierno había llegado, listo para congelar todo lo que estaba a su paso he ir asesinando toda la vegetación que existió.