Trece

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-Tranquila- ya mismo llegamos expreso Jungkook -Ya está, solo dame un segundo- se paró atrás de ella y fue desatando la venda que antes había puesto en sus ojos -¿Qué opinas?- estaba algo nervioso pues Rose no mostraba ningún tipo de expresión

La luz entraba por las ventanas tiñendo de naranja el suelo de mármol del lugar y la vista era fascinante pues al parecer se encontraban en el último piso del edificio.

-¿Es lo que creo?- pregunto regresando a verlo, y parándose en frente de este sin dejar de mover sus ojos por cada acción de Jungkook

-Pensé que te gustaría- explico rascando su cabeza acción que denoto  aún más su nerviosismo  -Pero si quieres podemos ir a mirar otros lugares- Rose lo miro como si este fuera un niño inocente que no tenía idea de lo que decía pues en ese intenta eso mismo parece, y sin decir palabras se lanzó sobre él, besando cada parte de su rostro

-Me encanta- respondió totalmente emocionada -Es hermosa- continuo

-Y aun no has visto nada- corrigió tomándola de la mano haciendo que lo siguiera, aquel lugar estaba perfectamente decorado como si de alguna de esas revistas de moda hubiera saltado, Jungkook la llevo por todo el lugar explicando por qué había hecho que los decoradores pusieran tal cosa de ese modo

-¿Por qué no me has dicho nada?- Rose estaba muy feliz como cada cosa estaba pero sintió algo extraño por el hecho de que Jungkook mantuviera eso en secreto y sus palabras salieron algo tristes

-No quería preocuparte, hablo de que era una sorpresa, supongo- Jungkook se acercó a ella y acaricio su mejilla esperando que ella no estuviera molesta pues lo que menos quería era no complacerla

-Solo digo que me hubiera gustado ayudarte, pero da igual- ella levanto los hombros sin darle mucha importancia -Pero ahora no puedo dejar de pensar en el día en el que nos mudemos aquí- Jungkook bajo sus manos hasta la cintura de ella y la levanto haciendo que se sentara sobre la encimera de granito que estaba ubicada en la que sería su nueva cocina.

-Si quieres podemos mudarnos ahora mismo- confirmo Jungkook besándola en los labios y mordiendo estos levemente, su tono dejo de ser el de aquel niño asustadizo convirtiéndose en uno más ronco y sexi

-Vamos Jungkook- corrigió ella como una reprimenda pero aun así el tono que ella empleo fue parecido al de él -Que diría la gente- expreso burlándose, pues a ella eso no le importaba

-Entonces abra que esperar hasta la boda para volver hacer algo como esto- el castaño mientras decía eso había ido metiendo su mano por la ropa interior de ella, pero Rose trato de fingir que no pasaba nada pues cuando Jungkook hablaba así y sus ojos se volvían más oscuros solo una cosa tenía en mente, pero Rose quería ganar ese juego de caricias, solo que Jungkook siempre jugaba sucio, en toda la expresión de la palabra, pues Rose se vio perdida cuando el acabo de hablar y ya tuvo sus dedos en el interior de ella -Ya sabes, para que la gente no hable- movió sus dedos estimulándola, haciendo que Rose gimiera y tuviera que apoyarse sobre el hombro del mismo

-Oh maldición- susurro a su oído 

-Que niña tan mala- dijo Jungkook negando con su cabeza -Como es que una señorita tan refinaba puede usar ese vocabulario

Movía sus dedos con agilidad sintiendo como las paredes de Rose llenaban de dedos que aquel líquido que Jungkook amaba probar, al encontrar aquella zona lo supo de inmediatos pues pudo ver como las expresiones de Rose le imploraban que siguiera haciendo aquel movimiento.

Casi sin fuerzas Rose contra ataco -Pues esta niña mala no te parecerá tan mala cuando sea mi turno de hacerte gemir- Ver como esa frase salía de esos hermosos labios y como Rose parecía estar a punto de llegar al orgasmo, hizo que Jungkook se pusiera mucho más duro.

-Jungkook- llamo ella con desesperación -Oh maldición, te amo- el cuerpo de ella callo en su hombro casi jadeando

-Yo también te amo- respondió este besándola en la frente

La puerta fue abierta y los ojos de ambos se encontraron mostrando lo sorprendidos que estaban, las pisadas de alguien se escucharon más cercanas y ambos sea acomodaron lo mejor que pudieron.

-Rayos- expreso Jungkook ayudando a bajar a Rose -Olvide que le dije al abogado que nos viera aquí-

Fueron a la sala donde se encontraron con un hombre que parecía de unos cuarenta y cinco a cincuenta años, vestido con un traje café oscuro, llevaba un portafolios en las manos y se acercó rápidamente a ellos saludándolos de una forma muy amable.

-¿Entonces qué tal te ha parecido?- pregunto Rose

-Creo que es perfecta- el hombre sonrió aliviado pues Jungkook le había comentado de lo mucho que esperaba que a Rose le gustara   

-Ve señor Jeon, le dije que a ella le gustaría- mientras decía eso fue sacando unos papeles de su maletín -Bueno entonces creo que solo tiene que firmar aquí y ya- mostró aquellos papeles y señalo el lugar donde Jungkook tenía que poner su firma

Jungkook firmo, se veía muy emocionado.

-Ah, por cierto si también traje los papeles de los acuerdos nupciales, si quieren también pueden firmarlos ahora- el hombre dijo eso para a continuación sacar más cosas de su maletín.

Pero aquello le pareció extraño a Rose pues no recordaba haber hablado sobre ningún acuerdo  -¿Acuerdos?- pregunto mirando a Jungkook y luego al hombre

-No es nada importante linda- explico el abogado -es algo que las personas siempre hacen ya sabes por eso de las empresas, por los convenios-

-Aunque no creo que se importante si lo firmas o no- Jungkook dijo eso después de que el abogado acabara

-Ah- dijo ella fingiendo entender, pues al escuchar sobre lo de empresas, sintió que le dio lo mismo pues no era importante nada de eso para ella -está bien- dijo dispuesta a firmar, si eso tenía que hacer para casarse con Jungkook claro que lo haría pensó

-Si quieres te los puedo dar para que los leas o te puedo enviar una copia-

-Si creo que beberías leerlos- corroboro Jungkook

-No, da igual, los firmare ahora- ella le sonrió a Jungkook pues no vio nada que parecía raro, así era el protocolo ¿No?

-Bueno entonces tú firma aquí, aquí y aquí, tu inicia aquí y bueno creo que eso sería todo- después de guardar todo, el hombre se fue tan rápido como había llegado

Dicen que el amor es ciego, en eso estoy de acuerdo, pues se a comprobado que estar enamorado es casi como estar drogado pues tu organismo secreta la misma hormona, hace que el humano no se dé cuenta de lo que está a su alrededor y en pocas palabras lo vuelve más tonto, confía que todas las decisiones que toma son correctas, camina por precipicios y hasta es capaz de nadar con tiburones, y solo cuando aquel estado de euforia se va, cuando la droga sale de tu organismo es cuando te chocas con ese muro de realidad, de consecuencias y te das cuenta de que estas tan hundido en el mar que es imposible salir a la superficie y lo peor de todo es que solo te quedan unos milisegundos de oxígeno.

TEMPTATION |+18|KSJ|JJK|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora