Once

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La curiosidad es aquel sentimiento que nace como una idea innata con nosotros, pues ha sido el motor de miles de descubrimientos que el ser humano ha hecho, y podríamos atribuirle también miles de logros pero de cierta manera también, se la conoce como mala pues dicen que "por la curiosidad murió el gato", pero al menos murió sabiendo ¿no?, y supongo que, así como Aristóteles decía deberíamos convertir a la curiosidad en una virtud, y que no sea un vicio ya sea por defecto o exceso. Pues al llegar a ese punto es cuando se arruina.


Rose no podía negar que incluso el cuerpo le carcomía de curiosidad al pensar que tipo de cosas Jin le diría ahora, y la aburrida conversación que continuaba teniendo Jungkook con aquellos hombres tampoco ayudaba.

Una camarera se acercó educadamente a la conversación ofreciéndole unos tragos, tal y como lo estaba haciendo con los demás invitados, todos tomaron copas que traían diferentes contenidos, menos Rose que de hecho ni siquiera se sentía de humor para tomar.

-¿No tomarás, nada?- preguntó la joven directamente hacia Rose logrando así llamar su atención, pues recién en ese momento la rubia pudo darse cuenta de que probablemente la camarera podía tener su misma edad

-No gracias- respondió está negado con la cabeza y levantando las comisuras de sus labios formando así una sonrisa

-La noche será larga- aconsejó -Ten creo que deberías probar esta bebida- la joven tomo de su bandeja una copa que contenía algún tipo de vino rosa y la puso en las manos de Rose haciendo que esta se sobresaltara pero no fue por la acción que esta hizo sino porque al sentir el vaso en sus manos también sintió como una especie de nota todo la palma de su mano, Rose miró su mano y luego a la chica que le guiñó el ojo de una manera cómplice y se alejó sin darle tiempo a Rose para decir algo

Con cuidado fue abriendo el pequeño papel que parecía tener cosas escritas adentro.


Mi amor, te espero en mi habitación, no tardes, Oh me veré obligado a ir por ti. Jin

Que Jin la siguiera llamando de aquella a Rose le pareció un descaro pues de cierta manera él ya no tenía ese derecho, pero su mente en ese momento solo pudo concentrarse en las últimas palabras que Jin había escrito "Oh me veré obligado a ir por ti" no quería que este viniera y luego armara un escándalo pues, que dirían las personas, y la verdad es que no le importaba que la gente hablara de ella o Jin, sin embargo Jungkook necesitaba tener una hoja de vida impecable pues es de las cosas más importantes en los negocios.

-Voy al baño- susurro en el oído de Jungkook para que nadie más pudiera escuchar

Él de inmediato la regresó a ver y puso un beso en la mejilla de la misma -No tardes- Jungkook le dedicó una sonrisa de esas que ella tanto amaba se alejó








Se paró a fuera de la habitación antes de entrar, para pensar lo que estaba a punto de hacer con la perilla en sus manos, sintiendo cómo está se resbalaba pues sus manos se sentían sudorosas y hasta temblaban, tomó aire antes de finalmente abrir la puerta, y no sintió la necesidad de tocar antes de entrar pues era más que obvio que Jin la esperaba, entró a la habitación, confirmando que lo antes había pensado pues la habitación de Jin seguía igual que la última vez que la estuvo ahí.

Jin estaba parado mirando a la ventana, con ese mismo vaso que Rose lo había visto tomar antes, ella con sutileza cerró la puerta y empujó su cuerpo hacia Jin, parándose a su lado.

-Nunca supe exactamente qué era lo que buscabas, cuando mirabas a la ciudad- explicó Jin aquella pregunta que tanto se había cuestionado durante años -Recuerdo como solías ver al horizonte y siempre creí que podrías quedarte horas y horas haciéndolo pero no entendía bien por qué- al terminar de decir eso Jin llevó sus ojos ha Rose y noto cómo está sonrió levemente como si aquello le pareciera gracioso

-Al principio ni yo misma estaba segura, sobre lo que buscaba, sabes- Rose fue alternado su mirada entre mirar a Jin y luego mirar hacia la ventana, sus palabras salían de su boca algo torpes pues aquella pregunta la había tomado de sorpresa, pues siempre creyó que nadie se había dado cuenta de ese detalle
-Hasta que te conocí, supongo que ahí todo cambio- soltó aire por su nariz dándose cuenta de lo que estaba diciendo -Ahí finalmente me di cuenta de que siempre te estuve buscado a ti- las palabras se deslizaron de sus labios casi como una resignación, como si se estuviera rindiendo y finalmente diciendo todo lo que hace tiempo se había guardado para ella

Jin la miró detenidamente meditando sus palabras pues aquello que ella le decía era como música para sus oídos y se fue acercando lentamente -¿Por qué has estado evitándome?- finamente preguntó, Rose soltó una risa sarcástica negando con su cabeza

-Jin, ¿qué tengo que hacer, para que entiendas que eso que alguna vez tuvimos ya no existe?- Antes de que acabara de hablar él se puso justo enfrente, haciendo que la distancia se redujera por completo entre ellos, subió su mano hasta la mejilla de Rose y la acaricio con nostalgia

-No me puedo rendirme- dijo tomándola de la cintura para así finalmente apegarla por completo a él -no me voy a rendir- susurro parsimoniosamente en su oído haciendo que el cuerpo de Rose se estremeciera y su pecho empezara a palpitar fuertemente, haciendo que esta misma maldijera en su interior pues se odiaba así misma por aún reaccionar de tal manera a las caricias de Jin.
Pues por mucho que su cabeza gritaba que lo alejara su cuerpo no pudo rechazar sus labios cuando estos se posaron sobre los de ella.

Jin de un solo movimiento tomó el pequeño cuerpo de Rose y lo levantó, para luego colocarla sobre aquel piano blanco que aún seguía en su habitación, Rose envolvió sus brazos en el cuello de Jin, mientras sus labios se dedicaban a danzar uno sobre el otro.

Jin empezó a bajar lentamente sus manos pasando por el trasero de Rose y apretándolo suavemente pero no se detuvo ahí pues levantó la falda de la misma deslizando sus dedos  por los muslos de ella cada vez adentrándose más.

-No es correcto- susurro Rose entre gemidos pues su cuerpo ya había empezado a temblar, y aumentó cuando el miembro de Jin empezó a rosar su intimidad -No, mi amor, no te atrevas a decir que amarnos es incorrecto- y esa frase fue suficiente para que ella tomara las fuerzas que le faltaban y empujara a Jin

-No, Jin, tú no me hables sobre amor- gritó enfadada

-Rose- rogó Jin acercándose nuevamente a ella -Te amo y lo sabes- aquellas palabras salieron de su boca firmes y sin titubeos

-No puedo creerte- Rose negó con su cabeza -Lo siento- bajo de aquel piano en un brinco

-Por favor- imploró intentado tomarla de la mano pero esta lo rechazó

-Jin, amo a Jungkook y me casare con él- al regresar a verlo Jin observo como los ojos de ella se cristalizaban  y empezaba a morder su labio inferior, así como lo hacía cuando estaba nerviosa

-No lo amas- dijo por lo bajo Jin mirando al suelo, aquella conversación se había empezado a tornar molesta y Rose solo quiso alejarse, sus pies se dirigieron a la puerta -Solo, mírame a los ojos y dime que no me amas, que ya no siente nada por mí- acertando en las palabras pues era lo único que ella no podía decirle pues sabía que su cuerpo le traicionaría y prefirió escapar

TEMPTATION |+18|KSJ|JJK|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora