💚 NUESTRO AMOR 💚 #2

44. 💚 Nunca me vas a perder 💚

'Voy a llevarte al cielo'. Esas palabras se repiten en mi cabeza una y otra vez mientras siento los besos de Jack por toda mi cara y cuello. Jamás he creído tanto en unas simples palabras. Porque sé que lo que dice es verdad. Él es el único que es capaz de subirme al cielo y de bajarme al mismísimo infierno con solo tocarme. Me da igual dónde me lleve, mientras sea él el que lo haga.

Nos metemos dentro del coche, en el asiento del conductor sin separar nuestros labios. Mueve el asiento echándole hacia atrás y reclinándolo para que podamos tener más espacio. Jack se pone más cómodo y yo me amoldo sobre él. Levanta mi vestido azul y le tira hacia otro lado. Ahora agradezco ponerme vestidos porque es mucho más fácil quitármelos en estos casos. Tengo que apuntármelo. Lamo su cuello saboreando su piel y sus manos descienden por mi cintura acabando por tocar la piel de mi culo.

Me doy cuenta de que yo ya estoy medio desnuda y él todavía tiene la ropa puesta. No es justo. Intento quitar rápido los botones de su camisa pero mis dedos tiemblan y me trabo en el segundo botón ¡Mierda! ¿Para qué los ponen tan pequeños? Para joder. Este se ríe cuando me oye gruñir por mi torpeza. A tomar por culo. Tiro fuerte de su camisa con ambas manos y todos los botones saltan rompiéndose.

- ¿Ahora quién es la que rompe la ropa? - pregunta mirándome divertido. Le devuelvo la mirada de la misma forma y vuelvo a besarle a la vez que él se quita por fin la camisa. Paso mis manos por la piel caliente de su torso y muerdo su hombro jadeando cuando sus dedos intentan desabrocharme el sujetador. Sonrío internamente cuando no consigue quitármele.

- Por delante - digo un poco agitada y notando un bulto creciente chocando mi muslo. Jack levanta la cabeza y me mira elevando la ceja.

- Por donde quieras, mofletitos - carcajea travieso al ver mi cara tornarse de rojo. Le pego en el brazo al entender el doble sentido de sus palabras.

- ¡Que el sujetador se quita por delante! - niega riendo y desciende la cabeza hasta mis pechos. Lleva su boca al centro de estos y, con sus dientes, provoca que un clic casi imperceptible suene. Mi sujetador se abre y mis dos atributos superiores quedan expuestos ante sus ojos hambrientos.

Dedica su tiempo a cada uno de ellos haciendo que mis gemidos se hagan presentes dentro del pequeño coche. Mis manos impulsan su nuca para que no se detenga y mis ojos se cierran dejando mi mente en blanco. Mis caderas se mueven instintivamente sobre el bulto que choca contra mi queriéndole sentir más cerca puesto que todavía está cubierto por sus pantalones. Las manos de Jack guían mis movimientos incitándome a seguir sin dejar de comerme las tetas. Mi cuerpo cada vez más caliente y mis gemidos cada vez más altos me indican que, si sigo así, voy a acabar sin ni siquiera haber echo mucho.

Una idea se cruza por mi cabeza... ¿Lo hago? ¿Por qué no? Vamos a probar. Detengo mis movimientos y me separo unos centímetros de él. Empujo su pecho haciéndole quedar tumbado sobre el asiento. Me va a decir algo pero se lo impido poniendo un dedo sobre sus labios.

- Shhh. Quiero probar algo... - susurro dándole un beso corto.

Pongo mi pelo hacia un lado para más comodidad y bajo mis labios a su cuello. Lamo y succiono unos segundos dejándole pequeñas marcas rojizas en la piel y, cuando veo que ha sido suficiente, muevo mis labios hacia abajo. Beso sus hombros, su clavícula, sus pectorales... Dedico unos minutos a delinear con mi lengua cada uno de los cuadraditos que adornan su perfecto y duro torso. Descubro que eso junto con las caricias que recibe su piel por los mechones de mi pelo, le gusta bastante. Una buena pista son los suspiros y gruñidos roncos que salen de lo más profundo de su garganta.

Llego a la línea de vello que se pierde entre sus pantalones y me quedo quieta. Levanto la cabeza y le miro para ver la expresión de su rostro. Jack no separa sus ojos de los míos. Los suyos me miran intensamente, me provocan, me retan. Me dejan hacer todo lo que quiera con él. Su cuerpo es completamente mío. Suelta un gemido sin poder aguantarlo más al ver como desabrocho el botón de su pantalón vaquero con mis dientes. No me preguntéis cómo lo he hecho porque no tengo ni idea. Si me mandara repetirlo, no me saldría, pero me ha quedado de puta madre.