VII

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Narra: Natalia

Estábamos comiendo la comida que nos había preparado Julia, estaba realmente buena y parecía que a Alba le estaba gustando también. Era la persona más adorable que había visto comiendo, inconscientemente me quedaba embobada mirándola sonriendo y al parecer ella no se daba ni cuenta o no quería darse cuenta.

Estuvimos comiendo, hablando, riendo, e incluso diría que tonteamos o bueno esa era mi percepción. Terminamos de comer y nos sentamos en el sofá, se lo tenía que preguntar,me invadía la curiosidad.

-¿Qué hacías tu sola fuera de la fiesta la noche que me encontraste?- se sorprendió ante mi pregunta y me contestó algo incomoda.

-Estaba agobiada y salí a tomar el aire.

-¿Tan lejos de la zona?- no quería parecer cotilla pero era un pregunta que me había hecho desde que la conocí y es que realmente es extraño porque estaba bastante alejado de la zona del recinto, además estaba sola.

-Si bueno, me puse a andar y acabé ahí, me senté a fumar un cigarro y luego apareciste tu.

-¿Y porqué te agobiaste? bueno perdona, no contestes si no quieres, no quiero incomodarte.- dije agachando un poco la cabeza, pero pude notar como esbozaba una sonreía y comentó.

-Hace un tiempo no pasé por una buena racha, estuve muy jodida con ataques de ansiedad etc y cuando estoy en un sitio con mucha gente me agobio, necesito estar sola y concienciarme de que todo está bien.- dijo un poco agobiada, yo decidí no preguntarle más, no quería incomodarla y menos que me contase cosas si no quería, pero he de reconocer que quiero saber todo de ella.

-Bueno cuando tu quieras me lo cuentas, supongo que cuando tengamos más confianza me contarás más cositas Reche.- dije con una sonrisa picara.

-Y quién ha dicho que tu y yo vamos a tener más confianza, quiero decir, yo estoy aquí porque de alguna manera me querías agradecer lo que hice aquella noche por ti y yo pues bueno, soy educada y acepto...- dijo ella seriamente.

TIERRA TRAGAME, no sabía donde meterme en ese momento, solo supe abrir los ojos y quedarme a cuadros sin pronunciar si quiera una palabra, me dejó totalmente descolocada.           En mi cabeza me rondaban mil pensamientos, ninguno positivo desde luego, no se que me pasaba con ella, pero hacía apenas un día que la conozco y tenía mi mente totalmente invadida. Pensé que de verdad le agradaba haberme conocido, pero esos pensamientos se esfumaron cuando me contestó aquello, o es que quizás era lo normal y yo me había motivado demasiado con ella, lo que está claro es que mi actitud sería completamente distinta a partir de ahora. Mis pensamientos se vieron interrumpidos por un chasquido de dedos.

-Reacciona Natalia que era una broma mujer- dijo ella totalmente muerta de risa mientras yo volvía a la realidad viéndola descojonarse tirándose al suelo.

-Maldita perra- dije en un susurro mientras me lanzaba a por ella, estuvimos forcejeando unos minutos en la alfombra, pero obviamente ella quedó debajo mía, agarrándole las manos y sentada encima dejándola totalmente inmóvil. Ella me miraba desde abajo mientras se resistía pero le era imposible, se quedó quieta y me miró fijamente, yo la miré también y estuvimos así unos segundos, había cierta tensión pero no era incomoda, de pronto empezó a sonar su teléfono.

-Bueno qué, me dejas cogerlo o tampoco.- dijo ella alzando una ceja.

-Y si no quiero que pasa- dije desafiante

-Nat, puede ser importante...- le liberé las manos y según me levantaba de encima suyo vi mi oportunidad de devolvérsela.

-Solo porque me has llamado Nat, esta vez te he escuchado perfectamente nena- dije guiñándole un ojo. Ella abrió la boca en señal de asombro pero que seguidamente se convirtió en una sonrisa, respondió a la llamada y para mi sorpresa la sonrisa desapareció de cara.

Se alejó del salón, no sabía muy bien dónde ir, lo deduje porque se quedó en medio del salón buscando alguna salida para hablar y yo no escuchara, se dirigió a mi y con la mirada la entendí y le señalé la terraza, se dio la vuelta, entró en la terraza y cerró la puerta.                                                No sabía muy bien qué hacer, así que me quedé en la misma posición en la que estaba, sentada en la alfombra del salón, cogí mi móvil y eché un vistazo a instagram. De vez en cuando podía escuchar a Alba alzar la voz, parecía molesta con la persona que había al otro lado del teléfono, incluso diría que en algún momento me pareció escucharla llorar, estaba preocupada por ella. De repente se abrió la puerta de la terraza y apareció ella, con lo ojos rojos e hinchados, efectivamente había estado llorando, bueno, seguía llorando porque le caían aún lagrimas de los ojos, me levanté rápidamente y me dirigí hacia ella.

-Me tengo que ir Natalia, gracias por la comida- dijo con una voz ronca y bastante seca mientras me rodeaba intentándome evitar, comenzó a coger su chaqueta y su bolso y se dirigió a la puerta, pero antes de salir por esta se dio la vuelta y me miró. -Gracias otra vez, ya nos veremos...- se giró y cerro la puerta marchándose dejándome en medio del salón de pie  y totalmente a cuadros.

No se con quién habría hablado pero sin ninguna duda alguien que le importaba y que a su vez le estaba haciendo daño, me hubiera gustado decirle que se quedara y cuidarla como ella hizo conmigo pero no me dio tiempo a reaccionar ni a articular palabra. Después de esto, la escribí preguntándole que si estaba bien, no le llegaban mis mensajes. Esperé horas y horas una respuesta pero nada. Escuché una llaves y aparecieron Marta y Julia por la puerta gritando cosas del tipo "chiicaas ya hemos llegado" "no queremos ver nada raro, ¿podemos pasar?"  sin yo contestar pasaron y al verme ahí tirada en el sofá se les cambió la cara, a ver cómo les explicaba yo a estas dos lo que había pasado.





LOST GIRLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora