VIII

1K 48 0
                                    

Narra: Alba

Salí casi corriendo de casa de Natalia, me sabía mal dejarla así pero solo quería huir. Sin rumbo empecé a caminar por la calle hacia donde mis pies me dirigieran, estuve andando al menos una hora con los cascos puestos, la música a tope pero con el móvil en modo avión, me quería olvidar del mundo por un rato. Acabé en un parador, en aquel parador dónde tantos momentos bonitos y tristes había vivido. 

Recuerdo que ahí iba con Pol, decía que era su sitio preferido en el mundo, pero también se había convertido en el mio. Desde el se podía ver Madrid, te hacia sentir único ya que poca gente conocía el lugar. Pol era mi mejor amigo desde que tenía 9 años, siempre había estado ahí, en mi primer beso, mi primera borrachera (juntos por supuesto), mi primer novio, fue la primera persona a la que le conté que me gustaban las mujeres, con quién me gradué, con quién me vine a Madrid a estudiar... en cualquier recuerdo siempre estaba él, pero ya no estaba. Nos dejó a todos, me dejó a mi, se fue sin dar explicaciones.

*Flashback*

Me dirigía camino a la universidad más feliz que nunca porque esa noche iba a quedar con Pol después de 3 meses, venía a Madrid a verme, el estaba en un centro de desintoxicación en Elche, tenía ciertos problemas con las drogas, algo que yo nunca acepté. Tuvo épocas muy duras que incluían varias sobredosis, tras la tercera decidió meterse en el centro. Le apoyé en todo momento, cada mes iba a visitarle, se le veía bien, superando día a día su adicción, pero hubo una temporada que no me dejaban ir a verle, su madre me explicó que estaba teniendo una mala racha y no quería ver a nadie, yo lo entendía, tenía que ser muy duro aquello. 

Estaba en un descanso entre clase y clase, bajé a la cafetería de uni a por un café y esperando me llegó un mensaje. Era la madre de Pol, abrí whatsapp y me asusté un poco. "Alba cariño, llámame cuando puedas, un besito.", me pareció extraño, puesto que todavía me quedaban 10 minutos para que comenzara la siguiente clase la llamé. 

-Hola Paula ¿Qué pasa?- dije alegre pero con cierto nerviosismo. No contestaba, pero sabía que estaba ahí ya que escuchaba su respiración agitada. -¿Hola...?

-Es él...- dijo casi en un susurro, comenzó a llorar al otro lado del teléfono.

-Ey, tranquila, cuéntame qué pasa despacio, no hay prisa.-  dije intentando mantener la calma, pero cada segundo que pasaba estaba más intranquila. La madre de Pol era cómo mi segunda madre, casi una amiga también, era una de las mujeres más alegres que había conocido nunca por eso me extrañó verla así.

-Alba cariño, nos ha dej...el...yo no sabía...¿¡Por qué?!- y comenzó a llorar, casi sin poder respirar, yo ya me temía lo peor.

-¿Por qué que, Paula? me estas asustando de verdad, dime algo...- dije con la voz angustiada.

-Pol, Pol nos ha dejado Albita...- dejé de escuchar unos segundos, mi corazón iba a mil por hora, ni si quiera me salían lagrimas, simplemente no me lo podía creer.

-Dime que no por favor...- fue lo único que conseguí decir, ella continuaba llorando, eso solo afirmaba lo que me estaba diciendo.

Salí de la cafetería, no sabía dónde ir, solo quería llorar, pero mis lagrimas no salían. Subí a clase recogí mis cosas y me dirigí a casa. En ningún momento colgué a Paula, pero tampoco la escuchaba, solo estaba deseando que fuera un sueño, que fuera mentira. En medio del camino ella paró de llorar y me sacó de mis pensamientos.

-El no estaba bien, hay muchas cosas que no sabes Alba, en todo momento intentó dejarte al margen, no quería preocuparte...me hizo prometer que no te contaría nada...en ningún momento pensamos que pasaría esto, de verdad que no...- dijo ella haciendo pausas, yo la escuchaba atenta pero no conseguía articular palabra.

-¿Cómo ha sido?- dije en un susurro que no se como lo escuchó, porque ni si quiera me escuché yo. Ella suspiró, sus respiración temblaba, era entrecortada y escasa, tardó unos segundos en contestar, pude notar como intentaba reunir fuerzas para decírmelo.

-Se ha suicidado...él...esta mañana salía del centro para ir a verte a Madrid, era la primera vez que salía...- hizo una pausa para respirar, mis ojos comenzaron a empañarse, en cualquier momento me iba a derrumbar. -nos dijo que salía a comprarte un regalo, pero no volvía y decidimos llamar a la policía, y lo han encontrado hace a penas media hora...- tardó un rato en contarme aquello, cada palabra que decía era una puñalada.

Llegué a casa, tiré las cosas en la mesa del salón y fui disparada al baño. Me senté en una esquina y exploté. Colgué a Paula, no quería dejarla sola pero no podía aguantar más. No recuerdo cuanto tiempo estuve en ese baño tirada llorando, me quedé dormida entre lagrimas en aquel frío suelo. Pero era el mejor sitio donde podía estar, el mejor sitio para evadirme de la realidad, aunque fuese imposible.

*Fin flashback*

Estaba fumándome un cigarro mientras observaba el paisaje pensando en Pol, en Alex, en Natalia...

Alex era mi ex novio, de quien había recibido la llamada en casa de Natalia, menudo gilipollas. Me llama después de casi dos meses para intentar volver conmigo, diciéndome que me echa de menos, que lo sentía, así como si nada. Después de haberme puesto los cuernos con medio Madrid. No lloré por pena, o por que le quisiese, sino por rabia, le había querido muchísimo pero no era tonta. 

Por un momento en la terraza de Natalia, solo quería entrar y darle un abrazo, lo necesitaba, pero me pudo más el miedo que otra cosa. No se que coños me pasaba con ella, pero desde que la vi en el suelo tirada solo tengo ganas de cuidarla, cada vez que me mira un escalofrío me recorre todo el cuerpo, cada sonrisa suya es la mía. Cada vez que estaba con ella, hacia que me olvidara de todo y no fuese una chica tan perdida.

Después de estar bastante rato en aquel mirador intentado analizar cada uno de mis pensamientos y sentimientos puse rumbo a casa.

Cuando llegué, activé el móvil, tenía mil llamadas perdidas, curiosamente de Natalia también. Entré en whatsapp y también tenía mensajes suyos, todos de preocupación, pensé unos minutos antes si contestarla, pero finalmente lo hice. Seguidamente me quedé dormida, maldiciendo una vez más todos mis miedos inseguridades, los cuales habían incrementado desde que conocí a la morena.


LOST GIRLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora