Emociones

Un poco de mí

¿Es normal que sienta tanto dolor por cosas que ya pasaron hace 1 año? ¿Es normal que aún me duela tanto recordarlo? Cada día que pasa de este mes, me duele más, lo comparo con el del año pasado y joder, que mal lo pasé.
No quiero volver a sentirme tan vacía como me sentía, no quiero volver a pasar por esas fechas, me arrepiento, me arrepiento de todo lo malo que hice.
Tenía una sensación de vacío muy grande, estaba cansada pero no física si no sentimentalmente. Mi corazón se había cansado de sentir, nunca pensé que eso podría pasar, la máquina encargada de hacernos sentir, ya no funciona.
Cada día que pasaba, era un sufrimiento. Al principio porque no tenía claro mis sentimientos, después, tuvo que hacer falta un periodo de tiempo en soledad para saber a quién realmente echaba de menos, a quien amaba de verdad.
Admito que tuve miedo, mucho miedo, tanto que en vez de miedo se convirtió en vértigo. Veía todo demasiado alto, que todo iba a poder conmigo, que no iba a ser capaz de sobrellevarlo.
Lo primero que hice fue dejar el miedo a un lado, hacer lo que tanto deseaba pero también lo que tanto temía. Me arriesgue y por suerte, todo salió bien. Preferí un "te acuerdas cuando" a un "te imaginas" y así lo hice.
El problema vino cuando me centre solo en esa persona y ya no tenía ojos para nadie más. Empezaron los "te echo de menos" por parte de amigos y familia. También los "has cambiado mucho" "tú antes no eras así".
Me pase muchos meses perdida, dolorida, rota, no me hubiera importado desaparecer, pero no lo hice.
Llegué a estar tan mal conmigo misma que me planteé varias veces el sí merecía la pena, seguir viviendo, sí como persona, merecía la pena.
Pensaba en huir de casa, irme lejos, donde nadie pudiera encontrarme. Pero mi conciencia pudo más que mis ganas de irme.
Un día decidí escribir una nota de despedida, mi intención era quemarla, pero algo me lo impedía, en esa nota estaban todos mis miedos, con nombre y apellido, las razones de todo. Y así, en vez de quemarla, la guardé. No le dije nada a nadie sobre ella. Se quedó guardada en una libreta que usaba como diario. Hasta que un día alguien la descubrió. ¿Por qué tuviste que ser tú? Me pregunté. Pues mi intención no era la que ponía en el título de la carta, intente explicártelo pero no encontraba palabras para hacerlo. Vi tus ojos brillando y supuse que ibas a llorar, ahí me di cuenta de lo mucho que te importaba y de lo mucho que me importabas.
Te prometí que no lo haría y que no pensaría más en ello.
Seguido de eso rompí la carta. Y en ese momento, asimile todo lo que había pasado. Habías leído como me sentía. Habías llorado por mí. Y seguido me habías abrazado. Desde entonces no he vuelto a escribir nada parecido a eso, ni tengo intención de hacerlo. Puede que no me acuerde de todas las promesas que nos hemos hecho pero creo que te prometí no volver ha escribir una carta así. Y a día de hoy sigo manteniendo la promesa.
Puedo tener una memoria de pez para algunas cosas, pero siempre recuerdo todo lo que te hace llorar, para que así no te haga llorar y te pueda hacer sonreír.
Aunque a veces parezca fría, me afectan demasiado las cosas.

La verdad haciendo un resumen de mi año, no me arrepiento de la decisión que tome. Estoy orgullosa y muy feliz de la persona que tengo al lado. Y aunque no lo creas, sí, estoy muy orgullosa de ti. Por todo lo que te esfuerzas conmigo y por mantener esa sonrisa que tanto me gusta. Y por si terminas leyendo esto, gracias por todo lo que haces por mí, pero sobretodo por enseñarme tanto a pesar de todo, a tener paciencia, a saber amar, a que cuando una persona se enfada o está triste hay que abrazarla y acariciarle el pelo para que se relaje, a confiar en alguien, a no abandonar tan rápido, a dejarme llevar, pero sobretodo gracias por enseñarme a amar, a cuidar y a confiar, en una misma persona. Te amo.