Inspiración de por la noche

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- ¿No vas a volver verdad?
- No lo sé.
- Si te vas, no vuelvas nunca.
- ¿Por qué?
- Porque una vez te haya olvidado, no quiero volver a saber nada de ti.
- Pero.. eso es imposible. No quiero que te olvides de mí.
- Pues entonces no te vayas.
- Si me quedo te haré daño.
- Si te vas, también. Hagas lo que hagas me harás daño, es algo que tienes que aceptar. (Con seguridad)
- Pero yo no quiero hacerte daño. Solo quiero protegerte. De mí. ¿Acaso no me tienes miedo?
- No.
- ¿No me tienes miedo por todo lo que has escuchado de mí?
- No me importa lo que diga la gente, quiero saber cómo eres. Quiero conocerte. Quiero saber que hay detrás de ese caparazón del que nunca me dejas pasar. Quiero sanar tus heridas. - Dice de manera segura.
- Pero.. ¿Y si las tuyas aún no se han curado? Se curarán aún menos estando conmigo, yo solo hago daño a la gente..
- Pues asegúrate de que lo estén. ¿Por qué dices eso? Sabes que no es así.
- Sí, si que lo es. Soy un inútil para la sociedad, que no hace más que cagarla. Soy idiota.
- Lo eres por pensar eso de ti. Eres una persona increíble, con un fondo precioso que daría todo por verme sonreír aunque tú mismo no estés bien, de verdad, tú vales mucho más que algunas personas.
- Gracias, pero me encargaron protegerte, no que me enamorara de ti.
- ¿Estás.. enamorado de.. mí?
- Sí.
- Lo siento. Sé que este amor no es correspondido.
- ¡No! No te vayas... Yo.. Yo también estoy enamorada de ti.
- ¿De verdad?
- Sí.
- Pero nuestro amor es imposible.
- ¿Y qué?.
- ¿Me dejas hacer algo antes de que me obliguen a irme?
- ¿Te irás?
- Solo si me encuentran.
- Haremos que no te encuentren.
- ¿Puedo besarte? (Desliza suavemente sus dedos por la cara de ella.)
- Si. (Poco a poco se van acercando, hasta que finalmente sus labios acaban juntos. Se besan con pasión, como si nunca lo hubieran hecho, ambos se tenían ganas, es un beso suave pero intenso a la vez. Él acaricia su piel mientras la besa y poco a poco le va quitando prenda a prenda, hasta que quedan los dos semidesnudos. Él le desabrocha el sujetador, ella le desabrocha un botón del pantalón. Ambos saben lo que va a pasar, ambos quieren hacerlo.)
- ¿Segura de que quieres?
-  Sí, bésame.
Se besan a la vez que se van quitando la última parte de ropa que les queda, ya sólo queda sus cuerpos desnudos bajo la brillante luz de la luna. Se aman y eso no pueden negarlo. Él es muy cuidadoso e intenta no hacerle daño, primero un ritmo calmado, pero a medida que ella va gimiendo más, él no puede evitarlo y se excita más, se desean. Él está dentro de ella y ella de él, él va cada vez más rápido, están a punto, no pueden más..

EmocionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora