Capítulo 5

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Kate aparecía a la carrera, se le había hecho tarde porque el paseo con Castle aquella tarde se había alargado un poco. Se sentía culpable de tener que dejarle tantas horas solo y sobre todo siendo la mayoría de ellas de noche.

Sonrió al verlo jugar con algunos niños del parque, no podía alejarse de los niños, recordaba todas aquellas conversaciones que habían mantenido en las cuales siempre salía a relucir las ganas de él de ser padre y cómo él siempre decía, tenía que darse prisa o jugaría con sus hijos usando un taca-taca.

-Ey – dijo a modo de saludo al llegar a su lado.

-Llegas tarde – sonrió Ryan poniéndose en pie- Bueno chicos, os dejo – ambos comenzaban a caminar alejándose de la zona de juegos infantiles.

-¿Un café? – le preguntó ella agarrándose de su brazo.

-La respuesta a eso siempre será la misma, sí. ¿Te parece bien allí? – preguntó señalando la cafetería al otro lado de la calle.

-Perfecto, mientras me pueda sentar.

-¿Muchas horas de pie?

-Demasiadas.

Entraron al local y se dirigieron a una de las mesas libres al lado del ventanal.

Ambos se sentaron y comenzaron a charlar, desde una mesa cercana alguien no apartaba la vista de ellos, observando cómo se reían, como se tomaban de la mano.

-Eso no le va a gustar a Alex- al escuchar aquello su acompañante dirigió la vista hacía donde miraba la persona que había hablado.

-Ups, ¿no es esa la nueva?

-Así es.

-Pues tienes razón, cómo Alex se entere que anda con alguien se va a enfadar, está empeñada en llevársela a la cama y más desde que ella le dio calabazas – dejó de mirar y bebió un trago de su cerveza.

-Esperemos que nadie se lo diga – ella continuaba mirando con disimulo.

-¿Y quién se lo va a decir a Alex? Aquí sólo estamos nosotras dos.

-Ya, Niky espero que no se lo sueltes.

-Oh vamos Red, ¿por quién me tomas? La verdad es que la Heat está muy buena.

-Olvídalo, la Heat como tú la llamas, de entrar en la cama de alguna será en la de Alex, así que ni se te pase por la cabeza ir tú detrás de ella – Red la miró completamente seria.

-Que yo vea no lleva un cartel de propiedad privada.

-Pues lo es, es propiedad de Alex – la tomó del brazo – en serio Niky no hagas una tontería.

Mientras tanto Kate y Ryan continuaban poniéndose al día ajenos a la conversación que mantenían aquellas otras mujeres.

-¿Has logrado algo? – preguntó Ryan.

-Nada o casi nada.

-¿Y eso significa?

-Alex cada vez se interesa más por mi – contestó dando un sorbo a su café.

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