Siempre Juntos | Lionel Messi

Capítulo Siete: Juntos en esto

Hola a todos. Gracias por todo el apoyo que le dan a la historia. Es muy gratificante que les guste. Este capítulo es uno de los más lindos para mi y el proximo el más divertido. Disfruten las cosas buenas, que duran poco... 

Este capitulo va dedicado a eliausspence que comenta siempre. Y a todos los demás que también comentan, gracias!

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Capitulo Siete: Juntos en esto 

El sol se filtraba por la ventana del avión. Se podía apreciar que era un día precioso. Suspiró hundiéndose en el asiento. Iba a verlo a él.

Miró su celular apagado y pensó de nuevo en su vida ¿Qué carajo iba a hacer cuando terminaran de grabar Social Ghost? ¿Irse con Lionel? Hacer eso sería oficializar su relación, y eso le daba… mucho miedo. Pero irse a Argentina también le daba miedo, porque no quería alejarse de la gente que había conocido. No solo Lionel, si no Max, sus compañeros de la serie, y vería menos a Ariana. Tendría la vida que quería, su vida tranquila y feliz en su país, pero… ¿Sin ellos? Ahora eran fundamentales en su vida.

Al llegar, tocó su puerta suavemente. Vestía un joggins gris y una remera deportiva que le quedaba un poco grande. Recogió su cabello sobre una gorra y se puso una bufanda enorme, que más unos anteojos hacían irreconocible su rostro. Lionel le abrió la puerta sin que lo pudieran ver desde afuera. Aria entró rapidísimo, suspirando de alivio.

Las cosas recién empiezan, no puede cansarte esta pelotudés Aria.

—    Hola. — Le dijo él con una sonrisita.

Estúpida sonrisa tierna.

—    Hola Lio. — Lo saludó abrazándolo.

Recostó su cabeza en su hombro y suspiró. Él la rodeó con sus brazos, como si quisiera integrarla a su cuerpo. Ella inspiró el desodorante que llevaba puesto, lo hacía irresistible en su piel.

Despacio, se despegó de su hombro y lo besó con una suavidad extrema, con una ternura infinita. Ese beso no decía “tengamos sexo” como lo decía el de muchas mujeres. Ese beso decía “te extrañe” decía “te quiero” decía muchas cosas.

—    Te extrañé. — Dejó escapar ella. Él sonrió, había tenido razón.

—    Yo también. En serio.

Y esta vez, él volvió a besarla, por el simple echo de hacerle saber que la quería, que esto no era un juego, que no iba a dejarla sola, que la necesitaba, que estaban juntos en esto.

—    Che, ¿Qué querés comer? — Preguntó mirándola con una sonrisa de lado.

—    ¿No queres que cocine yo?

—    Nah, me gusta cocinarte. — Respondió de espaldas, quizá para ocultar un poco la vergüenza que invadió su rostro. Ella sonrió negando con la cabeza.

—    Sorprendeme.

Hablaron mucho. Principalmente de sus vidas, de sus trabajos. Aria escuchaba atentamente las cosas de futbol, de los compañeros, de los problemas, las cosas que lo agobiaban, todo, porque ella siempre consideró que eso era querer a alguien. Había que estar. Estar no solo besando al otro, si no, escuchando, sosteniendo, y tirando para el mismo lado. De eso se trataba al fin y al cabo, ¿No?

—    ¡Ah! Casi me olvido. — Comentó ella al mirar un porta retratos con la foto de Lionel y el Kun. — Viste que te dije que fui a ver al Manchester City allá. — Él asintió concentrado. — Lo vi al Kun.