Capítulo 23

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Llegan al hotel y Ana acaba de hacer la maleta mientras Marc se sienta en la cama y la mira. Aunque no quiere demostrarlo porque sabe que Ana no está bien y se hace la fuerte, le cuesta mucho pensar que mañana tendrá que despedir por un tiempo a su princesa. Aún no se ha ido y ya la echa de menos así que no sabe como lo hará para que los días separados pasen lo más rápido que puedan y vuelvan a estar juntos.
En cuanto Ana acaba de cerrar la maleta se acerca a Marc y se sienta a su lado pero no puede mirarle a la cara porque sabe que llorará por dejarle y no quiere agobiarle más.
Marc le coge la cara para que ella le mire y simplemente la besa. Luego la abraza y así se quedan durante un rato, sin hablar, simplemente sintiéndose y guardando ese momento en su corazón hasta la próxima vez que se vean. Después poco a poco empiezan a besarse de nuevo esta vez más intensamente y acaban uniéndose uno al otro. Finalmente Ana se queda dormida en brazos de Marc el cual, mientras le acaricia el pelo y la mira como duerme, no puede dejar de pensar en lo afortunado que es de que esa chica que ahora mismo está en sus brazos tranquila, por fin haya aceptado compartir su vida con él, y no puede evitar sonreír.
El, a sus 25 años, lo tenía todo: una gran familia que le apoyaba en su sueño, un grupo de amigos con los que podía sentirse uno más y olvidarse por unas horas de las motos, y un equipo que era su segunda familia y con los que se sentía respetado y querido. El pensaba que realmente era feliz así, con sus campeonatos y sus récords, pero hacía tiempo que sentía como si algo le faltase. Veía a sus amigos con sus parejas cuando se juntaban y él y Joan se habían quedado los únicos solteros del grupo, aunque tampoco se sentía mal por ello. Pero sí que a veces pensaba en cómo sería poder llegar de un Gran Premio y tener a alguien en casa que te diese un abrazo nada más abrir la puerta, o que viniese al circuito y, aunque ella estuviese en la grada, saber que estaba ahí cerca, o simplemente coger y llevarla al cine, coger el coche y perderte con ella sin pensar dónde o pasar una tarde de domingo sentados en el sofá, viendo una película y peleándoos por quitarle al otro las palomitas del bol.
Y todo eso que empezaba a pensar por fin se haría realidad porque la había encontrado. Desde el momento que cruzaron sus miradas en la celebración supo que estaba perdido y que nunca podría olvidar esos ojos. Y, por suerte y aunque le costó, Ana le dijo que sí y aquí la tenía con él.
Mientras iba pensando todo eso acabó cerrando los ojos y durmiéndose no sin antes darle un beso a Ana con cuidado de no despertarla y decirle casi susurrando un "Te amo".
Y llegó la mañana.... Ana se despertó antes que Marc, que aún la tenía abrazada por la cintura, y sonrió mientras pensaba en todo lo que había vivido sólo en una semana y que su ídolo estaba junto a ella y además ahora formaba parte de su vida. Y así se quedó mirándole un rato hasta que Marc empezó a abrir los ojos poco a poco y, al verla despierta y mirándole, le salió la sonrisa más grande del mundo y le dio un beso mientras la abrazaba fuerte.
-M: Buenos días princesa.
-A: Buenos días mi amor. ¿Qué tal has dormido?
-M: Contigo a mi lado mejor que nunca. Ojalá poder despertarme siempre así.
-A: Algún día Marc. Yo también sueño con ello pero de momento hay que levantarse y desayunar que tenemos que irnos. (Mientras le dice eso, Ana se pone triste y baja la mirada, cosa que Marc nota).
-M: Mi niña, no te pongas triste. Yo también lo paso mal de pensar que tenemos que separarnos en unas horas pero te prometo que pronto organizaré para que nos veamos aunque sean unos días donde sea. Te vas, pero te llevas algo muy importante contigo: mi corazón.
-A: Ojalá sea pronto y pueda volver a abrazarte y sentirte a mi lado. Te amo Marc. Eres mi vida y siempre lo serás, no lo olvides nunca pase lo que pase.
-M: No lo olvidaré y tú tampoco olvides que, aunque haya distancia entre nosotros por un tiempo, soy tuyo y te amo con todo mi corazón. Eres y serás para siempre el amor de mi vida, mi otra mitad, mi mejor amiga, mi compañera, mi amante, mi consejera, mi confidente.... Eres mi mundo.

Dicho esto vuelven a besarse y, por última vez hasta que puedan volver a verse, se entregan uno a otro.
Después se levantan, se van a la ducha y bajan la maleta de Ana al coche antes de ir a desayunar a la cafetería del hotel. Aunque Ana no quiere, Marc se encarga de pagar la estancia y se suben al coche para poner rumbo a Barcelona.
Todo el camino van callados y Marc tiene la mano de Ana cogida y apoyada en la palanca del cambio. Sabe que ella necesita estar tranquila para no ponerse peor y él necesita sentirla para no derrumbarse porque sabe que tiene que ser fuerte por los dos.
Pasa el camino y llegan al aeropuerto. Marc mete el coche en el parking pero deciden despedirse en el coche para evitar miradas en la terminal. Además necesitan estar esos minutos que les quedan solos.
No se dicen nada, simplemente se abrazan un rato largo y finalmente se besan con dulzura. Un beso en el que se lo dicen todo y con el que los dos se van a quedar hasta por fin volver a verse de nuevo.
Y llega el momento. Bajan del coche y Marc saca la maleta del maletero dejándola en el suelo mientras Ana se queda a su lado.
-M: No te has ido aún y ya te echo de menos pero pronto estaremos juntos, ya verás mi vida. Te amo princesa.
-A: Gracias por hacerme feliz y querer ser feliz a mi lado. Te amo Marc.

Se abrazan y se besan por última vez y Ana coge la maleta y se marcha hacia la terminal. Cuando ha dado un par de pasos mira hacia atrás y ve a Marc de pie al lado del coche mirándola con los ojos brillantes. Entonces suelta la maleta y echa a correr hacia él para besarle de nuevo y decirle lo que lleva dando vueltas en su cabeza y que sólo sabe Roser.

-A: Quería esperar a decírtelo hasta tener algo mirado pero no puedo aguantar más. Que sepas que, en cuanto llegue a casa, hablaré con mi familia y me pondré a buscar trabajo y un sitio para vivir pero quiero irme cerca de ti porque mi casa desde ahora es donde estés tú.

Marc oye eso y sonríe como nunca mientras la abraza con fuerza. Eso ha sido la mayor alegría que ha podido darle Ana y aún no se cree lo afortunado que es de tenerla.

-M: ¿De verdad harías eso por mí? No te puedo querer más, de verdad.
-A: Me llevará un tiempo pero lo haré porque necesito estar cerca de ti. De todas formas lo hablaremos con calma pero que sepas que está en mi cabeza. Además tú madre lo sabe y creo que ya me prepara sitio en tu cuarto, jajaja. Por ella me quedaba ya con vosotros.
-M: Es que mi madre es muy lista y sabe que contigo tiene a una aliada para meteros conmigo, jejeje. Ya me vas contando tus planes y lo ponemos en marcha cuanto antes. Y que sepas que te voy a llamar todos los días así que no podrás olvidarte de mí.

Dicho eso vuelven a besarse y ya sí que Ana coge la maleta de nuevo y echa a andar hasta la terminal mientras Marc la sigue con la mirada hasta que la pierde de vista y se sube al coche para regresar a casa.

LA EDAD ES SÓLO UN NÚMERO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora