Parte 3 Confusión

2.8K 101 2
                                    

Natalia

Según fueron pasando las semanas desde que me liara con Miki me fui dando cuenta de mi error. Lo quería como a un amigo, como a un hermano, no había nada más. Cada vez lo tenía más claro, pero no sabía cómo plantearle la situación a él. Encima todo esto me estaba alejando de Alba. La verdad que estábamos mejor pero no era lo de antes. Yo pasaba mucho tiempo con Miki aunque me moría por pasarlo con ella, pero me sentía culpable y con una especie de deuda que me unía a él. Hoy era la gala y estaba dispuesta a acabar con esto de una vez. No podía seguir en esta situación incómoda. No podía engañarlo más, ni a él ni a mi misma. Y no quiero que si se va hoy se quede todo en el aire. Ya tengo bastante lío en mi cabeza.

Apenas acababa de amanecer, no había dormido en toda la noche dándole vueltas al asunto. De repente Miki se acercó y me dio un beso en la mejilla como pidiendo permisos para meterse en mi cama. Di una pequeña palmadita para invitarle a subir. Todos los compañeros dormían aún. Miki se acercó un poco a mi cara como para besarme pero lo paré en seco.

¿Qué te pasa?- me dijo con tono de preocupación- ¿He hecho algo que te haya molestado?

No Miki, tranquilo. Pero necesito hablar contigo - asomó algo de preocupación a sus ojos- Verás, es difícil para mí decirte esto pero no quiero que continuemos con esta situación. Te quiero mucho, pero como a un amigo, como a un hermano incluso. Te agradezco todo el apoyo que me has dado y todos los momentos buenos. Pero los dos sabemos que esto no va a ir a ningún lado bueno y podemos perder nuestra amistad.

Miki sonrió ligeramente con una especie de mueca y me dijo tranquilo.

¿Es por Alba no?

Me quedé sorprendida y descolocada con la pregunta. ¿Acaso era tan evidente lo que sentía? ¿era tan evidente algo que ni siquiera era claro en mi cabeza?

Bueno es por todo - dije algo confusa- Esto no debería haber pasado nunca.

Tranquila - me dijo él con tono sereno- Sabía que tarde o temprano esto pasaría. Se perfectamente que nunca has sido mía y que los besos que nos hemos dado no te despertaban nada más que ternura. No soy tonto. Pero quería disfrutar del momento y adoro tenerte cerca. Sé de sobra desde hace días que no soy yo quien ocupa tu corazón, al menos no de esa manera. - Me dio un ligero beso en la mejilla y se fue de mi cama diciéndome que no me preocupara, que estaba todo bien.

Suspiré aliviada, la verdad que todo esto me estaba volviendo loca, y me aterraba perder mi amistad con él. Siempre había sido muy bueno conmigo y no se merecía que le hiciera daño. En el fondo creo que los dos estábamos confundidos. Él adoraba a Helena y yo pues... Para qué negarlo. Adoraba a Alba

Llegó la hora de levantarnos y desayunamos como siempre. Había un ambiente raro. Estaba en el aire la posibilidad de que cualquiera se fuera esa noche y nos daba mucha pena. Por un momento la imagen de Alba yéndose de la academia se pasó por mi cabeza y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Una mala sensación. Un sentimiento horrible de pena. En un momento en el que nos quedamos solas en la cocina, me levanté y la abracé.

Te quiero mucho Alba -dije en un susurro.

Yo también.- Se limitó a contestar ella y se marchó a la ducha.

Sentí la imperiosa necesidad de seguirla, quería contarle lo de Miki, quería decirle lo importante que era para mí y que si esa noche se iba me moriría sin ella.

La alcancé antes de que se metiera en la ducha. Llevaba solo una toalla cubriendo su pequeño cuerpo. No sé porque, pero no esperaba encontrarla así y su imagen me turbó. De repente sentí su mirada clavada en mi y mis mejillas se sonrojaron, podía notar el calor en mi cara.

¿Qué pasa Nat? ¿Quieres algo? - preguntó sorprendida.

Eh.. esto - Tartamudeé un poco antes de hablar, estaba como paralizada- Yo..

Arranca Nat - sonó entre divertida y tímida

Solo quería decirte que he hablado con Miki y hemos terminado con el juego absurdo que nos traíamos.


De repente se puso sería y no pude identificar que era lo que podía estar pasando por esa cabecita rubia.

Si no era lo que querías, me parece bien. Tienes que tener cuidado con lo que haces. Los actos tienen consecuencias -dijo tajante- Y está bien que por una vez pienses en ellas.

Lo dices muy fría, ¿estás enfadada?

En el fondo quería que estuviera enfadada, que lo que había pasado con Miki le molestara, que ella sintiera por mí lo mismo que siento yo por ella pero en ese momento continuó diciendo:

No Nat. Solo es un consejo de amiga.

Dejó caer su toalla y se metió en la ducha sin más. Dejándome casi con la palabra en la boca y sonrojada al ver su espalda desnuda. Siempre creaba en mi esos sentimientos confusos. Una mezcla rara de desconcierto y confusión. Lo que estaba claro es que lo que yo sentía por ella no era recíproco, y si alguna vez pudo serlo, lo había estropeado todo con mi comportamiento. Me fui en silencio con el corazón metido en un bolsillo del pantalón y triste, tremendamente triste.

Mirándote a los ojos - AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora