Parte 15 Pasión

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(Natalia)

Llegamos al portal sin dejar de besarnos.  Me separé un segundo para abrir la puerta. Subimos en el ascensor. Mis manos se perdían en su cuerpo por encima de la ropa.  Me sobraba todo lo que nos cubría. Apreté su culo mientras la besaba, apoyándola contra la pared, para seguir subiendo y bajando mis manos por sus muslos semidesnudos gracias al vestido que llevaba, subí su pierna hasta mi cadera y la escuché gemir en mi boca. Me estaba enloqueciendo. Cada contacto era puro fuego. Mis sentidos estaban al doscientos por cien, tenía la sensación de que iba a explotar de tanto como la deseaba. Llegamos al piso. Salimos con dificultad del ascensor y nos dirigimos a la puerta mientras la abrazaba por detrás dejando un reguero de besos por su cuello y enredando mis manos en su cintura. Abrí la puerta como pude, mientras la tenía detrás de mi acariciando mi espalda y mordiendo mi cuello. Pasamos y cerré la puerta tras de mí.

Clavé mi mirada en sus ojos, estaban oscuros de deseo, su pelo estaba alborotado a consecuencia de la lucha de besos y abrazos, su respiración entrecortada hacia que su pecho subiera y bajara a un ritmo frenético. Ella no retiró la mirada, la mantuvo como si me estuviera queriendo transmitir todo lo que sentía en ese momento.

- Necesito hacerte mía Alba, necesito fundirme contigo, te deseo tanto... - Le dije con la mirada turbada

- No sé porque hemos tardado tanto, yo también te deseo Nat, más que a nada en este mundo- dijo y volvió atrapar mis labios con pasión.

La levanté en ese momento y enredó sus piernas en mi cintura mientras la llevaba hasta la habitación. 

(Alba)

Me tumbó en la cama y pude sentir su peso sobre mi cuerpo y quise parar el tiempo en ese momento. Sentirla cerca era lo mejor que me había pasado en la vida. Tenerla toda para mí, sin que nadie nos molestara. Sentirla tan entregada a mí era una sensación maravillosa y tremendamente perturbadora a la vez.  Me estaba volviendo loca con sus besos y sus caricias. Me quité como pude las botas y me acomodé mejor en la cama sin dejar de acariciarnos. Natalia seguía encima mía subiendo peligrosamente sus manos pro mis muslos. Necesitaba sentirla más.

- Nat quítame el vestido por favor- le apremié

No dijo nada. Simplemente obedeció. Subió  sus manos por mis muslos hasta la cintura y tiró de mi vestido hacia arriba. Yo no llevaba sujetador así que me quedé prácticamente desnuda bajo su cuerpo pero me sobraba la ropa de ella. Así que la cogí por la cintura y la giré, quedando yo encima de ella. Le quité la camiseta torpemente y el sujetador tirándolo todo lejos de allí. Su pecho desnudo me nubló el juicio. No pude evitar bajar besando su cuello y mordiendo ligeramente su clavícula hasta sus pechos. Los acaricia y pasé mi lengua por ellos. Note los pezones de Natalia endurecerse al contacto con mi lengua. Los succioné son cuidado y pude sentir esa dureza dentro de mi boca, estábamos las dos cada vez más excitadas. Yo lo sentía en mi entrepierna y los gemidos cada vez más fuertes de Natalia me indicaban que ella estaba en el mismo punto. seguí bajando mi lengua por su estomago y su tripa hasta llegar al borde de sus pantalones. Me entretuve en la línea del ombligo para hacerle sufrir un poco.

- Alba por favor, no puedo más, desnúdame ya.  -suplicó-

Desabroché sus pantalones y los bajé junto con las bragas. Necesitaba tenerla desnuda ya. La imagen que quedó ante mis ojos me hizo sentir un latigazo por todo el cuerpo. Seguí con el reguero de besos bajando por su cadera y torturándola un poco más pasando mi lengua por la cara interna de sus muslos y por sus ingles, sin llegar a rozar la zona en la que más me necesitaba. Natalia no pudo más y bajó sus manos agarrando mi cabeza y colocándola donde tenía ya una urgencia que podía sentir por el calor que desprendía.  Obedecí, pasé mi lengua por su entrada deslizándola hasta su clítoris, donde me detuve haciendo círculos con ella. Se estaba volviendo loca y yo también, podía sentir como se tensaba y se estremecía y podía sentir el calor entre mis piernas y la humedad haciéndose cada vez más evidente. Seguí repitiendo el movimiento desde su entrada a su clítoris. Natalia estaba al límite, podía sentirlo por los movimientos eléctricos de su cuerpo, así que metí mi lengua en ella y luego subí a su clítoris para dedicarme en exclusiva a él. Lo succionaba, lo lamía con suavidad mientras dos de mis dedos se introdujeron en Natalia. Estaba cerca, lo podía sentir como si fuera yo misma.

- Me voy a correr Albi - gimió con fuerza mientras el movimiento de sus caderas se descontrolaba

La sentí correrse en mi boca tras esto y se me antojó el sabor más dulce y la sensación más placentera que había sentido haciéndole el amor a una persona en toda mi vida. Estar con Natalia era jugar en otra liga. Lo que me hacía sentir era de otro planeta. Subí mi boca hasta la suya y la besé para que se saboreara a si misma. Quería compartirlo con ella para que supiera lo maravillosa que era.

(Natalia)

Acababa de tener el orgasmo más increíble de toda mi vida, aún sentía mi cuerpo estremecerse y ahogaba los pequeños gemidos que salían en la boca de Alba que aún sabía a mí. Quería devolverle todo lo que me había hecho sentir.  Así que me puse yo encima de ella y acaricie todo su cuerpo desnudo con pasión.  Bajé su cuello mordiéndolo con pasión y luego pasando mi legua para calmarlo, seguí por su clavícula hasta sus pechos donde me entretuve mientras bajaba mis manos por sus caderas y retiraba el tanga que aún llevaba puesto.  Mientras succionaba su pecho acaricié con mis manos su entrada. Estaba empapada y eso hizo crecer en mí aún más la excitación.  Metí dos dedos dentro de ella y la escuche gemir descontrolada. Me volvía loca todo en ella, su tacto, su voz, su cuerpo, era la mujer más perfecta que había visto en mi vida. Seguí con mi trabajo entre sus piernas mientras seguía lamiendo todo su torso desnudo. 

- Nat, necesito sentirte- dijo en una súplica.

No lo pensé dos veces y baje por su tripa hasta su centro donde me dediqué en cuerpo y alma a lamer y succionar su clítoris para que sintiera lo mismo que yo acaba de sentir. Podía notar como se estremecía cada vez más fuerte. Estaba cerca, sus pareces presionaban mis dedos y se movía cada vez más rápido. Aceleré el movimiento y curvé mis dedos dentro de ella mientras con un gemido sordo, en el que pronunció mi nombre, me indicó que iba a correrse. Y así fue, su cuerpo se sacudía violentamente y pude sentirla deshacerse en mi boca. Después su cuerpo se relajó y subí despacio dándole besos hasta llegar a su boca. Era la boca más bonita del mundo y sus ojos eran el lugar perfecto en el que perderme para siempre.

Nos miramos durante unos minutos abrazadas y acariciando nuestras espaldas y el sueño nos venció lentamente sumergiéndonos en una sensación de calma total. 

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Bueno digamos que este capítulo, ha sido, como decirlo, ¿Intensito? jajaja. Espero que os haya gustado y que la historia os esté resultando interesante. Me encantaría que me lo hicierais saber con vuestros comentarios y votos. Siempre es un placer leeros. Un abrazo a todxs!

Mirándote a los ojos - AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora