Parte 6 Emociones contenidas

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(Natalia)

Eran las once de la noche pasadas. Llevaba un buen rato en la habitación esperando a Alba. Necesitaba hablar con ella. Lo que había pasado en la clase me había dejado descolocada. Pero Alba parecía no tener ninguna prisa por acostarse hoy.

Pasó como media hora más y por fin Alba apareció por la puerta de la habitación. Fue directa a su cama y se tapó con el edredón.

Me levanté decidida a tener la conversación que teníamos pendiente y me acerqué a su cama. Todos dormían ya hace rato y le susurré bajito:

Alba ¿podemos hablar?


(Alba)

El momento había llegado. Lo había estado evitando un rato dando vueltas por la academia haciendo de todo pero Natalia estaba allí, a los pies de mi cama y preguntándome si podíamos hablar. Sabía de sobra de lo que quería hablar. No iba a poder evitarla más, así que asentí ligeramente con la cabeza a su pregunta.

¿Me haces un hueco en la cama? No quiero despertar a nadie.


Me aparté un poco y le hice hueco para que se acomodara a mi lado. Ya estaba empezando a ponerme nerviosa y todavía no habíamos cruzado ni dos palabras. Pero es que su sola presencia me turbaba y tenerla tan cerca y en mi cama definitivamente no ayudaba. Se cubrió un poco con el edredón y se quedó mirándome durante lo que a mí me pareció una eternidad, hasta que comenzó a hablar

Alba yo... Verás lo de antes en la clase - titubeó- Lo del beso. ¿Por qué me has besado Albi?

Bueno era parte del papel- intenté esquivar la pregunta con algo de dignidad.

Ya, pero cuando lo hiciste con Julia, le diste un beso en la mejilla.

Bueno no sé, me salió así. No hay que darle mayor importancia ¿no? - no se porque, pero hice como si no me hubiera importado y sentí un sentimiento profundo de decepción en la mirada triste de Natalia.

Está bien - Natalia levantó un poco el edredón para incorporarse y marcharse, como si el peso de su cuerpo se hubiera multiplicado por mil después de mi respuesta.


Cuando ya se iba a marchar, mi cuerpo tomó el control de mí misma, sin hacerle caso a mi cabeza y sujetó el brazo de Natalia suavemente.

Espera, no te vayas. Quédate un rato. - No se porque estaba diciendo eso pero me mataba de ternura verla así y no podía mentirle a la cara y dejar que se fuera apenada por no tener el valor de ser sincera conmigo misma.


Natalia, algo sorprendida, volvió a meterse debajo del edredón sin decir nada.

Nat. Siento haberte besado. No era mi intención descolocarte. - Dije con sinceridad.

No pasa nada Albi, me ha gustado. - Una ligera sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios y yo morí de ternura en ese momento.

A mi también me ha gustado Nat- Nos giramos las dos para quedar mirándonos frente a frente y vi una pequeña lágrima deslizarse por la mejilla de Natalia.

No llores - dije acariciando suavente el recorrido alado que había dejado aquella lágrima.- Nat no llores amor, te he besado porque lo he sentido así. Nat te he besado porque me moría de ganas de hacerlo.


(Natalia)

Cuando Alba dijo eso mi cuerpo tembló, un escalofrío recorrió toda mi espina dorsal hasta provocar en mí un ligero cosquilleo. Cómo podía esa personita despertar en mí todos esos sentimientos, todas esas sensaciones que se multiplicaban cada día más y más.

Yo me moría de ganas de que lo hicieras Albi- Confesé


Alba siguió acariciando mi mejilla y bajó ligeramente por mi cuello. Después acarició mi costado hasta llegar a mi cadera, donde detuvo su mano. Yo estaba perdida, en todos los sentidos, perdida en sus ojos, perdida dentro de mí y perdida en el deseo que provocaba en mi cuerpo aquel ligero contacto. De repente, Alba, agarró con un poco más de fuerza mi cadera y me acercó a ella, hasta que quedamos a escasos milímetros la una de la otra. Acercó su cabeza a la mía y nuestros labios casi se rozaron, podía sentir su respiración sincronizada con la mía, cada vez más agitada. Yo ya no puede soportarlo más y la besé. Nuestro labios se probaron lentamente hasta que pedí permiso para entrar con mi lengua. Alba entreabrió un poco sus labios y yo pude saborear cada recoveco de esa boca que adoraba y que tanto tiempo llevaba soñando con probar. Nuestras lenguas se fundieron en un beso algo más húmedo, bailaban la una con la otra y nuestras manos empezaron a recorrer nuestros cuerpos torpemente. Me giré y me puse encima de alba que gimió ante el contacto.

Nat! No se que me haces pero consigues que pierda el control- susurró y consiguió que todo mi cuerpo se erizara.


El contacto cada vez era más intenso, metí las manos por debajo de la camiseta de Alba hasta llegar a sus pechos y los acaricié despacio, sus pezones estaban duros de la excitación y un gemido se escapó de mi boca mezclándose con la respiración entrecortada de Alba. En un movimiento maestro, Alba tiró de mi camiseta dejándome desnuda de cintura para arriba, yo quise hacer lo mismo pero, de repente un golpe seco se escuchó en la habitación. Nos quedamos paralizadas. Alguien se había despertado y se estaba levantando de la cama. Me dejé caer sobre Alba intentando las dos calmar nuestras respiraciones para evitar que nos escucharan. La persona que se había levantado salió por la puerta hacia el baño y de repente fuimos plenamente conscientes de donde estábamos y de que estábamos rodeadas de gente.

Nat- Dijo susurrando- Me muero de ganas de estar contigo pero creo que ahora no es el mejor momento, ni la mejor situación, lo siento mucho.


No pasa nada neni, lo entiendo. Tienes razón. Aunque me muera de ganas de seguir, este no es el momento ni el lugar. ¿Puedo dormir contigo esta noche?


Claro que sí, no quiero que te separes de mí. Ahora no por favor- dijo en un tono suplicante.


Me puse a su lado y la abracé pegándola a mi cuerpo con tanta fuerza que parecía que tenía miedo de que se escapara. Y así pasamos esa noche. Abrazadas, con los corazones bombeando tan fuerte que podíamos sentir la una el latido de la otra. Quería tenerla así para siempre y habría vendido mi alma al diablo para que ese momento no hubiera acabado nunca. Ojalá hubiera sido así.

Mirándote a los ojos - AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora