Mirándote a los ojos - Albalia

Parte 18 Sinceridad

(Alba)

Me estaba terminando de vestir para ir a la fiesta. No había sabido nada de Natalia en todo el día pero tampoco quise escribirle para no parecer pesada. Al fin y al cabo solo hacía unas horas que no nos veíamos. Mientras me daba los últimos retoques estaba tarareando una canción, estaba contenta. Estaba decidida a hablar hoy con Natalia y apostarlo todo por ella. Era la persona más increíble que había conocido nunca y no pensaba dejarla escapar.

Con ese pensamiento firme en mi cabeza salimos en dirección a casa de Miki, María y Pablo venían conmigo. Hoy iba a ser una gran noche.

(Natalia)

Me había vestido con tiempo para ir a ayudar a Miki con los preparativos de la fiesta ya que él me lo había pedido y no pude negarme. Me dijo que también estaría Joan, que bueno aunque no era santo de mi devoción entendía que era el mejor amigo de Miki. Así que, a falta de una media hora para que empezara la fiesta estaba tocando en la puerta para que me abriera y poder ayudarle.

- Hola Nati - me dijo y me hizo pasar.

- Hola Miki- eché un vistazo rápido y pude ver que ya estaba casi todo preparado. Lo que no vi es a Joan por ninguna parte.

- ¿Dónde está Joan?- pregunté extrañada

- Al final no ha podido venir más pronto, me dijo que se uniría luego con los demás, pero ya casi lo he preparado todo yo

- Ah vale - estaba algo extrañada con la situación, si ya había preparado todo, para qué quería que viniera antes.

- Vamos a sentarnos Nati, tengo algo que decirte- Lo miré algo confusa pero me senté con él en el sofá.

- Tú dirás - le apremié.

- Pues verás, no se como decirte esto, pero siento que esta es mi última oportunidad. Vi como te ibas ayer con Alba de la discoteca después de lo que pasó con Joan y Alba.

- Bueno no era lo que parecía, imagino que Joan te habrá contado y Alba y yo teníamos cosas pendientes.

- Ya...- musitó con pena en los ojos.- Yo te quiero Natalia, pero no como una amiga. Te quiero de verdad. Te estás equivocando eligiendo a Alba - yo le miraba con los ojos abiertos como platos, ¿se me estaba declarando? ¿y qué demonios estaba diciendo de Alba?

- Miki no sigas por ahí, sabes de sobra lo que siento por ella y si no lo sabes es que eres ciego.

- Ya Natalia pero estás confundida, eso mismo que pasó con Joan te pasará mil veces si la eliges a ella, Alba es magnética y atrae a la gente que está a su alrededor como un imán pero no es una mujer de relaciones serias, tarde o temprano te hará daño como pasó ayer.

- Miki no seas injusto, sabes de sobra que ayer, fue Joan el que la besó a ella. Alba no tuvo nada que ver y se apartó en cuanto pudo.

- Pero Natalia, lo que yo te ofrezco es un amor incondicional- cogió mis manos entre las suyas y a mi me dio apuro retirarlas- Es un amor ciego. Sé que quizás ahora no estás enamorada de mí pero lo harás con el tiempo. te enseñaré a quererme. Hemos pasado muy buenos ratos juntos ¿o es que ya no te acuerdas?- se acercó a mi de repente e intentó besarme. Yo me aparté como pude y me levanté del sofá.

- Estás loco Miki, ¿te estás escuchando? Sabes que yo no siento lo mismo por ti. No vamos a estar juntos, tienes que asumirlo y deja de hacer estás cosas porque si no llegará un punto en el que no podremos ser ni siquiera amigos.

De pronto sonó el timbre y la gente empezó a llegar. Miki se había quedado con una cara descompuesta y no pudo decir nada más y yo estaba completamente descolocada. No me lo esperaba para nada, pensé que era un tema que habíamos dejado completamente zanjado pero parecía que no era así.