Parte 13 La cita (segunda parte)

1.9K 78 4
                                    

(Alba)

- Sí, sí quiero pasar, pero por otro lado me da miedo que nos estemos apresurando. - Dije, maldiciéndome a mí misma por estar rompiendo un poco el momento, pero de repente todos se me había venido a la cabeza y sólo podía pensar en que nos habíamos prometido ir despacio. Y si cruzábamos esa puerta temía no poder cumplirlo.

- Tranquila Alba.- dijo relajada con los ojos volviendo un poco a la normalidad.- Mira pasa. Ya que estamos aquí por lo menos te lo enseño. No va a pasar nada, no te preocupes- dijo con cierta frustración en la mirada pero con una mezcla de ternura.

Abrió despacio la puerta y me invitó a pasar. Me quedé embobada al estar dentro de la casa. Era un piso pequeñito pero muy bien distribuido. Al entrar, estaba el salón, con una cocina americana. Era bastante espacioso dentro de que el piso no era muy grande y después había un pasillito pequeño que daba paso a dos habitaciones. Me estuvo enseñando todo. En una de las habitaciones había hecho un pequeño estudio con unas cuantas guitarras, micros y un montón de vinilos decorando las paredes. Era muy ochentero. Me encantaba. Siguió enseñándome la casa, llegando a su habitación y lo que vi al entrar me sorprendió completamente. Era una habitación amplia, con una cama de matrimonio que intente no mirar mucho, no quería que mis impulsos me volvieran a traicionar. Estaba decorada de manera sencilla con mucho gusto, pero lo que más llamó mi atención fue una especie de mural que había en la pared de enfrente con un montón de fotos nuestras y de nuestros amigos. Pero había algo que me dejó con una sonrisa de tonta espectacular. En el medio, había una foto nuestra, que nos hicimos en los casting con una polaroid y que ponía Abeilan en un lateral. Natalia la había conservado durante todo este tiempo y al lado había un dibujo que yo le había hecho estando en la academia con un retrato de ella y que también había conservado.

- Es precioso Nat.- la miré aún sorprendida.

- Bueno, necesitaba que esta casa también fuera un poco tuya, siempre la había imaginado así y espero que algún día esos sueños se hagan realidad. Venga te invito a tomar algo, vamos al salón. - Me cogió de la mano suavemente y me llevó al salón.


(Natalia)

En realidad necesitaba salir de la habitación, le había enseñado mi pequeño mundo, en el que ella era el centro y me sentía vulnerable. Además tenerla ahí tan cerca, en mi habitación, después de lo que había pasado todavía nublaba un poco mi juicio. Pero había decidido respetar sus tiempos. Quería hacer, por una vez, las cosas bien.

Preparé dos Gintonic y nos los llevamos al sofá. Yo no sé si fue fruto de la conversación o del alcohol, pero el ambiente fue relajándose, convirtiendo la conversación en un agradable paseo por todos nuestros pensamientos y nuestras vivencias. Nos contamos la vida, nos conocimos aún más, nos dijimos lo que nos asustaba, lo que nos apasionaba. Hablamos de mil cosas que no habíamos podido hablar hasta ahora porque estábamos constantemente expuestas. Hablamos de nuestros miedos e inseguridades, de todo y de nada. Fue maravilloso compartir todo ese rato con ella, sin miedo a que nadie nos interrumpiera. Sin miedo a que nadie nos escuchara. Sin miedo a nada. Llevaba meses soñando con un momento así con ella y no solo fue lo que esperaba si no que lo superó con creces. ¿Podía ser que me estuviera enamorando aún más de ella? No lo sé, pero miraba esa carita de ángel, el pelo rubio alborotado, su sonrisa y me perdía completamente en ella y una sensación de paz y felicidad me invadía por dentro.

Pasamos horas así, entre gintonics y risas. Era ya bastante tarde, más de las 2 de la mañana y una mezcla de paz y sueño nos estaba venciendo.

- Creo que es hora de que me vaya Nat - susurró Alba.

- Jo. No quiero que te vayas.- dije yo poniendo un puchero, no quería que ese momento acabara nunca.

- Ya pero es tarde. María tiene que estar preocupada.

- Alba

- ¿Qué?

- Quédate a dormir, por favor. - supliqué. No había nada que deseara más en ese momento. Alba dudo por unos segundos y contestó

- Está bien. - Dijo con una sonrisa y una voz tan tierna que me derritió por dentro. - Voy a avisar a María- Me vas a tener que prestar un pijama!! Y más vale que sea bonito!- dijo entre risas

Como una niña pequeña el día de Reyes me fui corriendo a prepararlo todo. Le saqué un pijama que tuvo que remangarse dando mil vueltas a los pantalones y a la sudadera ya que le quedaba larguísimo. Estaba tan mona con esa pinta que me pareció en ser más adorable de la tierra.

Nos fuimos a dormir. Le pregunté si la podía abrazar por detrás y asintió. El sueño tardó poco en vencernos. El aroma de su piel me transportaba a otro mundo y sin saber cómo, caí rendida abrazada junto a la mujer más bonita del mundo.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola Amigxs! Siento que el capítulo haya sido un poco corto pero las fiestas están siendo una locura y no me dejan tiempo de nada. Espero a partir de ahora coger ritmo y poder hacer los capítulos un poco más largos. Me encantaría que me contaráis si os está gustando como va la historia y por supuesto se aceptan sugerencias y críticas. Todo lo que aportéis es bienvenido. 

Muchas gracias a todos por leerme. Un abrazo fuerte.

Mirándote a los ojos - AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora