—Bueno, era eso —Dice el y me sonríe. No puedo creer que sea tan buen pibe.
Me acaba de decir que se dió cuenta de todo lo del Pity, pero no sé lo tomó a mal. Al contrario, me dió su apoyo para que esté cada vez que lo necesite.
—Sos lo más— Le dije y le devolví la sonrisa. Lo abracé y le di un beso en la mejilla.
—Eu, miren esos dos.—Dijo Exequiel y miré atrás nuestro.
Estaba mi hermana dormida abrazada con Nacho.
—Foto—Dijo Mayada. Sacó su celular y les saco dos fotos.
—Que pasa que hay tanto movimiento acá atrás. Apa, ¿y está pareja?
—Vos no viste nada Muñe.—Dijo el Chino.
—Bueno, ya está no jodan. —Se volvió a sentar.
A Camilo y Exequiel les entró por un oído y les salió por otro.
—¿Hay lugar allá? Ya se durmió Franquito.—Grito Enzo que estaba en el medio.
Vino a dónde estábamos.
—Sácame una foto, Uruguayo— Le dijo a Camilo y se acostó al lado de ellos haciéndose el dormido.
—Que culiado — Dijo Julián mirándolo.
Ví que mi hermana se empezó a mover dando señales de que Enzo la había despertado.
— Uh la puta madre. — Dijo y se corrió.
—Mar se está despertando, ya está, dejenlos tranquilos que se ven lindos así.
Mi hermana se levantó y cuando se estiró lo levantó a Nacho.
—Son unos rompe pelotas, ni dormir se puede. —Dijo el delantero y justo nos avisaron que llegamos.
Bajamos y entramos al hotel. Yo me fui a la habitación que compartía con mi hermana y ella, junto con Nacho, me frenaron.
—Cielo, no te podés ir a dormir a la habitación de Nacho—Estaba por decir que no, pero me acordé de que mi hermana y Nacho no pasan mucho tiempo juntos, por lo que busqué mi bolso y me fui a la habitación de Nacho
Me mandé de una a la habitación y ví al Pity en cuero.
¿Ignacio no podías dormir con otro? Gil.
—Perdon, me mandaron acá.
—Está bien. — Dijo el y desbloqueó el celular.
—Che ¿te pasa algo conmigo?—Le solté de una, sin dar vueltas.
—Nada— Dijo y rodé los ojos.
—Entonces porque un día me hablas re bien, otros no, y así.
—Eh, nose.—Dijo rascándose la nuca.Que obvios que son los hombres.
—Lo que digas, solo te pido que no me busques al pedo.
—Perdon, soy un pelotudo. —Se sacó la camiseta y se acostó.
Prendí el aire y me cambié la ropa. Sin vergüenza, el ya me había visto así.
—¿Dormimos juntos? —Volvio a hablar y me sorprendí por su propuesta.
—Esta bien.— Siempre tan dura Cielo.
Me acosté en la cama y él me abrazó.
—Lo que extrañé estar así con vos — Dijo y me empezó a acariciar.
—Yo también.Porfa, pensa bien lo que querés, porque me voy a sentir como el orto si esto sigue así.
—Me gustas Cielo, ojalá se nos dé.
No le respondí nada, solo le di un piquito y lo abracé.
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