CAPÍTULO TRECE

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CAPÍTULO TRECE


–Irina observó a Samuel sorprendida, Elizabeth estaba confundida mientras observaba a Flavio intentando conseguir una explicación a lo que Andrea había dicho, sin embargo Andrea solo sonrió para después como si lo que hubiera dicho fuera lo más normal tomar un poco de agua, Imelda observaba a todos, pero se quedó mirando fija a Samuel quien necesitaba una explicación–

Elizabeth – que feo nombre –la niña rompió el silencio que se había formado por unos minutos–

Andrea – ¿cómo? –la observó sin entenderla–

Elizabeth – el padre de tú hijo tiene muy feo nombre –Imelda sonrió con ternura–

Irina – mi amor, el padre de ¿Saúl? –Observó a Andrea la cuál asintió– no se llama así

Elizabeth – ¿ah no? pero Andrea dijo... –Imelda la interrumpió–

Imelda – Andrea dice muchas cosas en broma –observó a Andrea– que te parece si tú y yo vamos un rato al área de juegos

Elizabeth – está bien aunque yo ya estoy un poco grande para esas cosas

Samuel – obvio no –la jaló cuando la pequeña se levantó de su asiento y empezó a hacerle cosquillas– tú siempre serás mi bebé –la pequeña no paraba de reír–

Elizabeth – basta tío –se abrazó a él– yo también te quiero mucho –Samuel la separó un poco levantado una ceja– bueno muchísimo –de nuevo se aferró a él–

–Flavio observaba cómo Elizabeth se abrazaba a Samuel deseando ser él quien recibiera esos abrazos y las muestras de cariño, Andrea observaba a su hermano sabía lo difícil que estaba siendo estar tan cerca de su hija y no poder abrazarla, besarla demostrarle todo lo que sentía por ella, Flavio era un gran padre, el amor que sentía por Romina era admirable, así que creía saber el dolor que le causaba la distancia con Elizabeth–

–Imelda tomó la mano de la pequeña y aunque al principio no quería separarse de su tío lo hizo, caminaron tomadas de la mano alejándose de ellos, Imelda sabía que ellos tenían muchas cosas que hablar–

Samuel – no lo puedo creer –comentó observando fijamente a Andrea–

Andrea – ¡qué! –preguntó alterada–

Irina – bueno que hayas decidido tener un hijo

Samuel – no estaba en tus planes –comentó con cierto reproche–

Andrea – las personas cambiamos, y nuestros planes con ellos

Flavio – para todos fue una sorpresa –obtuvo la atención de Irina– nosotros nos enteramos de sus "nuevos planes" –hizo unas comillas con los dedos– cuando tenía tres meses de embarazó

Samuel – ¿por qué esperar tanto tiempo? –Preguntó aún sin creer el origen de Saúl–

Andrea – porque así el médico me lo sugirió

Samuel – es raro ¿no? –Andrea frunció el ceño– digo si lo que querías era tener un hijo, no sé porque no buscar una relación estable, que el pequeño tuviera un padre –Irina le dio un golpe en la pierna a Samuel con su pie–

Andrea – porque no creo en el matrimonio, porque no necesitaba a un hombre a mi lado amargándome la vida

Samuel – pero el pequeño si necesitaba un padre

Andrea – Elizabeth también y en diez años no lo ha tenido, y creme que no fue porque él no quisiera estar a su lado

Samuel – es diferente –comentó tajante, mientras Irina observaba a Flavio con cierta pena–

las trampas del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora