𖥦 ٭࣭ . ‹ 🌷 › 𝑆𝑂𝐹𝑇 𝑇𝐻𝐼𝑁𝐺𝑆! 𓍼 ꒰ᴘᴀɴʟɪᴇ꒱ . ‧ ˎˊ◌

♡ ¡ Naturaleza ! ♡

El clima era templado, cómodo, hasta diría perfecto.

No estaban en el bosque de siempre, si no que se fueron más allá, escogiendo otro terreno rodeado de mucha vegetación.

—Como te iba diciendo, una vez Pardo nos trajo a Polar y a mí para ser "osos de verdad", todo por un tonto comercial que vio en la laptop.— Caminaban con suma tranquilidad en una zona donde habían varios árboles y arbustos con frutas.

Para hacer la experiencia más amena, Panda había puesto su celular en silencio.

Sólo lo usaría para emergencias.

—Debió ser divertido...

—Al principio si, pero... No recuerdo mucho. Lo que más me gustó fue que en la noche comí unas papas fritas deliciosas.

—Oh.— No sabía que eran esas "papas", pero sonaban bien.

—Si...— Su atención se desvío a un grupo de mariposas diurnas que pasaba justo a su lado.

Iban tan sincronizadas que hasta Charlie se quedó pasmado, notando como es que hacían una clase de danza en el aire, para luego desaparecer entre los tonos verdes de su alrededor.

—Wow.— Mencionaron ambos.

Antes de pronunciar algo más escucharon a unos petirrojos cantar, se posaban en los árboles más altos para que se pudiera escuchar su melodía.

"Si Polar estuviera aquí, hablaría sobre esos pajaros."

Miró a Charlie por un instante, lucía maravillado y familiarizado con aquel sonido.

—¿Ocurre algo Pan-Pan?— El mencionado volteó rápidamente el rostro, tosió para esconder el bochorno al haber sido descubierto.

—¡No pasa nada!— Hasta quiso sacar su teléfono pero recordó lo que se había prometido a sí mismo.

"Quiero pasar el día con él, en medio de la naturaleza. Quiero saber como es que vive a diario... Así."

Tan ensimismado estaba que no notó que el más alto se alejó y se dirigió hacia unas bayas rojas.

Éste recogió unas para llevárselas a la boca.

El bicolor se colocó a un lado suyo.

—¿Quieres?— Le ofreció un par de frutos, sin embargo, el oso dudaba. —, No te preocupes, no hacen daño, lo sé.

Entonces, Panda también comió y se dio cuenta que sabían bien.

—Mmm, no están mal.— Charlie sonrió.

—Ven.— Le mostró su mano, el contrario la tomó con lentitud. Siguieron recorriendo el lugar, observando los arboles y como parecían que sus colores parecían ir cambiando a medida que avanzaban.

¿Sería la luz del sol? ¿Las hojas? No estaban muy seguros.

Lo que si sabían es que no iban a soltarse con facilidad, el contacto era cómodo.

Cerca de estar diez minutos caminando sin decir nada el más bajo habló.

—Esto es muy pacífico. ¿Te la pasas de esta forma en casa?

Charlie se tomó un momento para responder.

—A veces si, pero, estoy rodeado de mis amigos del bosque, ¡sobretodo las serpientes! Es divertido...— Sin enterarse de sus acciones , el grisáceo hizo más fuerte su agarre. —, Podrías visitarme un día, si quieres.

—Si, claro.

Sonrieron.

—¡Mira esas flores!— El pie grande literalmente arrastró al oso hacia donde señalaba.

Y wow, habían varias flores; rosas, violetas, margaritas...

El bicolor miró con atención como es que el contrario era bastante delicado con los pétalos de aquellas plantas, no los arrancaba, no los ensuciaba, simplemente olía y visualizaba.

Puede ser que su conexión con el exterior fuera más fuerte de lo que creía.

—Charlie, esto es muy agradable...

—Lo es.

De nuevo, se tomaron de las manos.

—Y es agradable estar contigo.

Ni siquiera meditaba sus palabras. El más alto se ruborizó levemente.

—¿En serio lo crees?— Su voz se oía entusiasmada, el otro asintió.

—Sería bueno que... No sé, ¿hagamos esto más seguido? Pe-pero...

—¡Si! Si quiero, calabazita.— Sin previo aviso abrazó al bicolor, siendo el turno de éste de ruborizarse.

—B-bueno, ya.— Se separaron, pero Charlie no quitó su sonrisa.

—Ahora, vámonos.

No hubo mucho intercambio de palabras, sin embargo, sabían que eso no hacía falta.

Porque irían formando nuevas experiencias más allá de lo común, algo muy bonito iba surgiendo.

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Vuelvo luego de un mes sisi.

Puede que me desaparezca de nuevo, pero quería traerles algo mientras estoy ausente uwu.